Uno de los acontecimientos seriéfilos del último mes ha sido el reencuentro de Friends, una de las sitcoms más populares de la historia de la televisión. Más de quince años después de su último episodio, fue HBO la cadena que esta vez reunió a Monica, Ross, Phoebe, Chandler, Rachel y Joey para un especial de 90 minutos. Bueno, para ser precisos convocó a los actores, no a los personajes, puesto que la propuesta no continuaba el universo ficticio de la mítica serie, sino que mezclaba entrevistas, recuerdos de rodaje, anécdotas y multitud de invitados célebres comentando el impacto de Friends en sus vidas. Y en las nuestras.

Semejante ejercicio de nostalgia colectiva (y de lógico beneficio económico) nos presenta una buena excusa para encarar el centro de la serie, evidente desde su título: la amistad. Porque incluso desde el punto irónico —propio de toda comedia— que la serie imprimía, en el corazón de Friends siempre latía el cariño y la sensación de ese grupo de colegas que forman una familia extendida.

Es lógico que un tema tan cotidiano y, al mismo tiempo, profundo haya sido profusamente tratado en la literatura. De entre las decenas de opciones, destacamos un puñado de libros que, aunque sucedan en tiempos y geografías variadas, están todos atravesados por la misma máxima de Albert Camus: “Un verdadero amigo es aquel que llega cuando todos se han ido”.

Así, podemos empezar este paseo por la cartografía novelística de la amistad con los ecos de la guerra y el aroma de piedra sabia. Es la nostalgia que baña el Retorno a Brideshead de Evelyn Waugh. Oxford, años de posguerra, los recuerdos de Charles Ryder y su amistad con Sebastian. Un mundo que se desmorona y un puñado de personajes agarrándose a los restos del naufragio. Y allí, entre medias, dos amigos: “Es el lugar perfecto para enterrar una hucha llena de oro — dijo Sebastian–. Me gustaría enterrar un objeto precioso en cada lugar donde haya sido feliz y, cuando sea viejo, feo y triste, volver a desenterrarlo y recordar”.

 

 

De la juventud lozana y elegante que describe Evelyn Waugh a la infancia —ese sueño del que nunca debimos ser expulsados— de la España castellana de mediados de los 50. El camino (puedes leer aquí la reseña completa) es una de las novelas más queridas por los lectores de Miguel Delibes: por su realismo, su humanismo y su lancinante melancolía. Características todas ya presentes en el inolvidable arranque: “Las cosas podrían haber acaecido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así. Daniel, el Mochuelo, desde el fondo de sus once años, lamentaba el curso de los acontecimientos, aunque lo acatara como una realidad inevitable y fatal”.

 

 

Si hay amistades que comienzan en la niñez, hay otras que proyectan su sombra durante toda una vida. Es lo que hace Sandor Marai con El último encuentro (puedes leer aquí la reseña completa), donde dos hombres repasan su relación a lo largo de toda una vida. Esta vez en una Hungría que ha dejado lejos su pasado imperial. Ahí, dos amigos que han descarrilado cenan por última vez. Como reseñé en estas mismas páginas, la conversación entre Henrik y Kónrad “se convierte en un ajuste de cuentas, una catarsis dialéctica que les permita afrontar el último viaje con dignidad. Un remate para sus vidas. Cerrar el círculo, atar los últimos cabos, reconciliarse con el pasado”. Porque la amistad, como forma de amor, también puede resultar dolorosa en sus misterios y rupturas.

 

 

Un arco temporal también extenso es el que retrata Hanya Yanagihara con su exitosa Tan poca vida. Narra las vidas de cuatro amigos durante más de treinta años. En este caso, la trágica particularidad es la vida de uno de ellos, Jude, un chaval que sufrió abusos de pequeño y anda convertido en una suerte de tullido emocional. El resto del elenco encuentra en él el pegamento y la misión para salir adelante y recordar que, a pesar de tanta dureza y trauma, la vida puede merecer la pena.

 

 

La lista de libros recientes donde la amistad es el tema central puede prolongarse con La amiga estupenda (Elena Ferrante), Conversaciones entre amigos (Sally Rooney), Tiempos de Swing (Zadie Smith) o tantos otros. Porque la amistad, parafraseando a Francis Bacon, es como la lectura y las series de televisión: “Duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad”.

 

Autores citados

Evelyn Waugh (1903-63) es uno de los más famosos escritores británicos del siglo XX. Practicó el periodismo y cultivó la novela en títulos como Noticia bomba o la trilogía sobre sus vivencias en la II Guerra Mundial. En 1930 se convirtió al Catolicismo. Retorno a Brideshead sigue siendo su obra más leída.

Miguel Delibes dirigió El Norte de Castilla, fue padre de siete hijos, cazador, amante del campo y novelista. Entre sus más de 50 libros destacan El camino, Los santos inocentes o Señora de rojo sobre fondo gris. Ganó infinidad de premios y falleció en Valladolid a los noventa años.

Hanya Yanagihara es una escritora estadounidense, nacida en 1974, que ejemplifica a la perfección el melting pot: vive en Hawai, su padre es de origen japonés y su madre coreana. Su carrera literaria debutó con La gente en los árboles, en 2013, pero fue Tan poca vida la que le permitió alcanzar la fama mundial, dos años después. 

Libro + frase definitoria

Retorno a Brideshead: nostálgico

El camino: humanista

El último encuentro: retrospectivo

Tan poca vida: traumático