Una de las series revelación del año pasado versaba sobre el ajedrez. El documental seriado más visto, sobre baloncesto. Un inesperado éxito de Apple TV tenía a un entrenador de fútbol americano reciclado para el fútbol europeo como protagonista. Y una de las series más ansiadas para el 2021 era la tercera temporada de una serie sobre kárate. 

Al igual que en el cine, el deporte también ha sido el escenario en el que ubicar historias donde el sudor en el campo se mezclaba con el drama (o la comedia) fuera de él. Si revisamos la historia de la televisión es fácil encontrar referentes deportivos tan exitosos como Friday Night Lights, Ballers, Glow (lucha libre) o Eastbound & Down (béisbol). Sin embargo, en los últimos años parece que la tendencia se ha afianzado. 

Gambito de dama es una deliciosa miniserie de Netflix –su producto más visto hasta ahora– que narra la ficticia historia de una brillante y precoz jugadora de ajedrez. Ambientada en los años sesenta, Beth Harmon es un trasunto de Bobby Fisher, aquel estadounidense que asombró al mundo del tablero venciendo al entonces campeón mundial, el soviético Spassky, en 1972. En Gambito de dama parte del encanto proviene de la extraordinaria actuación de Anya Taylor-Joy, quien sabe transmitir la mezcla de fragilidad, adicción y genio que Walter Tevis concibió para la protagonista de esta mítica novela de 1983 que ha sido reeditada ante el gigantesco éxito televisivo. 

 

 

Igual de inesperado ha sido el alcance global que ha adquirido Cobra Kai, que en enero estrenó su tercera temporada por todo lo alto. Producida inicialmente por Youtube –en un fallido intento por generar series propias–, el gran salto de Cobra Kai fue su introducción en el catálogo de Netflix, esa suerte de rey Midas del streaming. La serie es una secuela retrasada durante casi 30 años. Los protagonistas de la mítica película Karate Kid, referente ochentero, recobran sus papeles añadiéndoles el paso del tiempo. Este astuto ejercicio de nostalgia, relectura textual y sentimentalismo adolescente ha tenido tanta pegada que hasta se han editado un libro ilustrado para niños y una novela gráfica

 

Por último, en este año donde el deporte y la serialidad se han dado la mano con tanta fuerza, hay que destacar una de las series que más dio que hablar durante el primer confinamiento: The Last Dance. En esta ocasión, la respuesta del público parecía más previsible, puesto que la historia de 10 capítulos se centraba en la vida y milagros de uno de los deportistas más célebres de la historia. Pero, aunque Michael Jordan (biografiado por David Halberstam) sea el gran atractivo de The Last Dance, parte de su appeal tiene que ver con la coralidad con la que reflejan aquellos inefables Chicago Bulls del sexto anillo, con el extravagante Rodman, el fiel Pippen o el egregio Phil Jackson. Todo un tratado sobre la competitividad y el camino del éxito.