Se ha quedado con la etiqueta de “maestro del terror”, pero su figura resulta tan gigantesca en la cultura popular que resulta imposible de apresar dentro de unas comillas. Sí, sin duda, el escritor de Maine trabaja el miedo y ahí están la telequinética adolescente Carrie White, el perturbado escritor aislado Jack Nicholson o el diabólico payaso bailarín Pennywise para certificarlo. Decenas de pesadillas suyas pueblan nuestro imaginario cultural. 

Pero ya ni siquiera es novedoso recordar su heterogeneidad genérica. La mezcla de fantasía oscura, ciencia ficción y western que levanta su saga de La torre oscura, sus relatos cortos y novellas dramáticas que han sido llevadas al cine (Cuenta conmigo, Cadena perpetua, La milla verde), los agónicos thrillers escritos bajo el pseudónimo de Richard Bachman o, incluso, un manual del oficio titulado Mientras escribo

 

 

 

 

Como es lógico, alguien tan prolífico –y popular– también ha sido seducido por la ficción televisiva, más aún esta tercera edad dorada que parece no tener fin. Desde que allá por 1979 una miniserie de la CBS adaptara los vampiros de Salem’s Lot para la pequeña pantalla, muchas de sus obras han llegado a los hogares de medio mundo… con suerte muy desigual.

 

 

 

En los últimos años se han multiplicado sus adaptaciones: el microcosmos social de Under the Dome aguantó tres temporadas y el obsesivo detective de Mr. Mercedes también gozó de un éxito relativo. Mayor resonancia crítica tuvo 11.22.63, un thriller de ciencia ficción que ubica a James Franco viajando en el tiempo para impedir el asesinato de Kennedy, esa precisión del título. Fue uno de las lanzaderas que colocó a Hulu en el mapa de las guerras del streaming, tratando de hacer sombra a Netflix.  

 

 

 

 

 

 

A principios de este año la prestigiosa HBO emitió The Outsider. Basada en una novela escrita por King en 2018, esta mezcla de drama y terror es una de esas series que maneja mejor el planteamiento que el desenlace, donde la atmósfera es más determinante que la peripecia narrativa. No es casualidad que la serie fuera creada por Richard Price, uno de los nombres clave del noir contemporáneo en Estados Unidos. Los problemas dramáticos –y también, por qué no, sus aciertos– de The Outsider son muy similares a los que presentaba el debut de Price en la pequeña pantalla: The Night of, un asfixiante drama legal de 2016. 

 

 

 

A diferencia del cine, donde varias novelas de King se han convertido en emblemas, la televisión aún no le ha permitido un pelotazo épico. Quizá llegue, por fin, con la adaptación de Apocalipsis que la CBS está ultimando. La propia novela ya viene una historia extratextual curiosa: se publicó en 1978 bajo el título, en español, de La danza de la muerte. Sin embargo, años después King la reeditó añadiendo 400 páginas que habían quedado fuera en la versión inicial. En todas las listas de sus mejores novelas aparece siempre aupada al cajón donde se otorgan las medallas. Las posibilidades de The Stand (ese es el título original de la novela y el de la serie que está a punto de llegar) para convertirse en un fenómeno son muchas, desde una producción lujosa hasta un elenco repleto de caras conocidas. No obstante, uno de sus mayores reclamos es la vigencia de la historia, su resonancia con el presente: un mundo post-apocalíptico donde una misteriosa enfermedad ha diezmado la población. Sí, por supuesto, es ciencia-ficción. Pero desde hace unos meses habitamos un mundo donde por ahí asoma un nuevo realismo. Quizá la adaptación televisiva de The Stand sea el “documental” que ahora mismo nuestro imaginario colectivo necesita para ordenar esta pesadilla pandémica.