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Reseñas
literarias
Theodor Kallifatides

Amor y morriña

por:
Gonzalo Núñez
Editorial
Galaxia Gutenberg
Año de Publicación
2022
Categorías
Sinopsis
Christo ha dejado a sus padres en Atenas y se ha mudado a Estocolmo. A sus poco más de veinte años, una beca del gobierno sueco le da la oportunidad de estudiar historia de las ideas en la universidad, algo con lo que siempre había soñado. Pero está demasiado solo en Estocolmo, donde sobrevive con trabajos precarios en empresas regentadas por otros emigrantes como él. No domina todavía el idioma y Grecia continúa presente en su cabeza y en su corazón. Pero cuando conoce a Rania, todo su mundo se pone patas arriba. Amor y morriña, la novela más reciente de Theodor Kallifatides, es una historia cálida y llena de humanidad sobre los muchos obstáculos con los que topa un emigrante, también y especialmente a la hora de enamorarse.
Theodor Kallifatides

Amor y morriña

En un artículo en El Periódico de España, Kallifatides ironizaba sobre su condición de emigrado: «Por extraño que parezca, irse de Grecia es una tradición muy antigua». Tanto que es posible rastrearla en los albores del canon occidental. ¿Qué es Ulises sino un exiliado coyuntural, un continuo migrante con mala fortuna y mucha nostalgia de su patria? La experiencia del desarraigo y consecuentemente la búsqueda de un lugar en el mundo es medular en la obra del griego Theodor Kallifatides, que dejó su país en 1964 y se estableció en Suecia.

Kallifatides se dio a conocer por todo lo alto en España con Otra vida por vivir, en la que un anciano escritor (él mismo) regresaba a su patria natal en busca de inspiración tras décadas en Suecia. Su última obra hasta la fecha, Amor y morriña, es el complemento perfecto a ese retorno crepuscular y es, a su vez, la ida del viaje. Christo, de 25 años, alter ego de Kallifatides, lidia con su melancolía en una habitación de una residencia de estudiantes de Estocolmo. Está terriblemente solo. Es 1966 y ha dejado Grecia con la mala conciencia del desertor. En Atenas quedan el padre panadero y la madre que lo empuja a abandonar un país aún renqueante por la guerra civil: «Vete, hijo mío, vete, tu país no quiere saber nada de ti».

La narración de la experiencia del destierro y el desarraigo, aunque sea en su versión moderna del emigrante que busca mejor fortuna en otro país, es el principal interés de este libro. Una experiencia que es casi una brecha en el lenguaje y en la forma en que las palabras determinan el mundo. Estas consideraciones sobre la lengua son especialmente importantes teniendo en cuenta que Kallifatides adoptó el sueco como idioma en su escritura. Sin embargo, siempre habrá un remanente cultural dado por las primeras palabras que aprendimos: «No basta con aprender una lengua. También hay que cambiarse las tripas (…) El país y la lengua seguirán viviendo en su cerebro y en su corazón, en su gesto y en su humor, en su deseo y en todas sus elecciones». Christo, que se refugia en Cavafis de la soledad en Estocolmo, sabe que, como cantaba el poeta de Alejandría, «no hallarás otra tierra ni otro mar. La ciudad irá en ti siempre». En este caso, Atenas, Grecia entera.

No es, no obstante, Amor y morriña un libro sesudo al respecto. El autor sabe transmitir de manera casi física la lucha por la identidad de Christo en una sociedad muy distinta a la griega. El joven desea con fuerza hacia el exterior, anhela de manera visceral a las mujeres y en especial a Rania, esposa de otro y amante de otro más. «¿Por qué no lo miraba nadie? ¿Por qué no veían su deseo?». Kallifatides marca la distancia entre la concepción mediterránea de las relaciones y aquella sociedad nórdica ya inserta en la revolución sexual que ha racionalizado el amor y el sexo: «Debía abandonar aquella sociedad sexualizada de la que venía y donde había crecido, e incorporarse a una sociedad de consideraciones e intercambios más o menos racionales. No creía que una fuera mejor que la otra. Las dos empequeñecían al ser humano».        

Quienes hayan leído Timandra, por ejemplo, la novela preferida por el autor, ya sabrán del uso habitual del erotismo por parte de Kallifatides. En Amor y morriña el sexo y el deseo erótico están siempre presentes. Christo, como la película de Wong Kar-wai, vive constantemente in the mood for love, deseando amar. Pero su deseo se ve aplazado. De alguna manera, no ha sido invitado aún a la fiesta. Es un desarraigado en todos los sentidos, el hombre que mira a los otros concretar los intercambios. «Todos tenían a quien acariciar y quien los acariciara. Él era el único que no tenía a nadie. Quizás viviría solo y aislado como un ciprés».

Mientras aplaza su tesis universitaria y se emplea en lugares variopintos (un restaurante francés, un hospital para terminales…), Christo nos abre una rendija a la vida de otros emigrantes con los que comparte residencia o el bus nocturno. Y al tiempo que Estocolmo va tomando forma, convirtiéndose en lo más parecido a una casa, Kallifatides apunta a la forja del escritor que luego fue: «Deberías ser escritor», le sugiere a Christo una amiga húngara; «No necesariamente, aunque algún día todos tenemos que enfrentarnos a nuestro relato». Este de Amor y morriña es un enternecedor relato que nos acerca a los orígenes del Kallifatides que acabaría soñando y escribiendo en sueco sin perder su grequicidad.          

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