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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Primos y primavera

Leo Universal concreto de Javier Gomá y no puedo evitar levantar la vista cada dos por tres para ver a mis sobrinos y a mi hijo jugando al fútbol en el jardín. Detecto que entre hermanos se calzan unas zancadillas más brutales. Me llena de ternura. Entiendo que es porque el perdón está asegurado. Hay más margen.

Cuando llueve con sol las gotas son de plata.

Me llega el último libro de aforismos de Gregorio Luri. He tenido el honor de contraportadearlo. Leo mi texto con la aprensión de no estar a la altura. Y qué alegría me da la solapa que se ha escrito Gregorio, por espléndida y porque asume un tema que yo destaco en lo mío: la ingente variedad de sus intereses. Me quedo más tranquilo.

De todas maneras, autoleerse no es un plato de gusto. Porque se hace sabiendo que todo —hasta la última coma— pudo haberse escrito de forma diferente. Un texto propio es un jardín de senderos que se bifurcan. Lo de los demás se lee, salvo error notorio, como un hermoso sendero entre un bosque. Lo propio como una trocha erizada de cruces.

Atisbo una herejía recreativa. Dios nos dio la libertad a los hombres para repartir la responsabilidad de la Creación. Para darse el gusto de ser un Puro Espectador.

Me piden de Monóculo que me grabe leyendo un fragmento de Gracia de Cristo para moverlo en redes. Yo obedezco. Pero no termino de encontrar el tono adecuado. A mí me sale (y de hecho así me sale) leerlo muy serio y que sea el lector el descubra la gracia en las entrelíneas y los intersticios. Pero, ay, en el vídeo no se ven las entrelíneas…

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