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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Dragoniana


Como era mía, tenía olvidada la deuda con Sánchez Dragó. Al escribir mi despedida, me fui dando cuenta de que era inmensa.

En sus redes, publica Ramón Eder una entrada que le dedicó y vuelvo a reconocer mi deuda. Ese entreveramiento entre vida propia y literatura es exactamente el que quería yo para este «Lo liado y lo leído y viceversa». Véase:

Confieso que me parece finísima la apostilla de Juan Martínez de las Rivas: «No fue -–no llegó a ser-– el que sabía quién era Ramón Eder. Y ese era el camino bueno». Pero para que conste que no me gusta reírme de nadie y ni siquiera sonreírme de nadie sin hacerlo de mí, confieso que no soy –no he llegado a ser– el que sabe quién es Juan Martínez de las Rivas. Menos mal que eso tiene remedio.

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