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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Alivio

En los Lugares comunes de Ricardo Calleja encuentro un lugar en el que acogerme a sagrado. Se trata del poema «What might have been» y parecen sólo cinco versos de los que casi todos son prestados al eliotano modo:

 

Y vio Dios

que era muy bueno

todo

lo que había dejado

sin hacer.

 

Yo, sin embargo, como lector, le doy las gracias al borde de mi vértigo. Nunca había caído en que, siendo Dios omnipotente y eterno, el hecho de que la Creación tenga sus límites es extraño. Él mismo se ha limitado muy a sabiendas, conscientemente. Y que esa limitación —incluso partiendo de la base de que todo lo que hubiese podido hacer de más sería estupendo— también es buena, muy buena. A ver si es lo que nos quieren decir los agujeros negros.

 

Pero a mí me viene de maravilla porque yo sufro de todo lo que me voy dejando sin hacer. En mi caso por mis limitaciones, por mi pelea a brazo partido con el tiempo, por la de obligaciones, distracciones y despistes que, saliéndome de improviso por las esquinas, me sacan de mi agenda. Bueno, pues quién sabe si todo eso que no hago, también es bueno. Puede ser.

 

La abstención creativa de Dios es mucho mejor porque es una limitación voluntaria, que se vuelve sobre lo que existe, y lo llena de la luz de lo caprichosamente elegido. Pero mi no hacer de una manera tan imperfecta  puede acogerse, siquiera en el deseo y la evocación, al suyo.

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