Estoy repasando mi diario y me encuentro con esta visita a Sanlúcar del 2018. Allí aprendí este fandango que me ha acompañado tanto en la vida desde entonces:
Sólo cuando estás bebío
te acuerdas de mi querer.
Permita Dios que te bebas
Sanlúca, El Puerto y Jeré
con toítas sus bodegas…
Pero como es lunes por la mañana, me sale esta variación:
Sólo cuando estás jodío
te acuerdas de mi querer.
Permita Dios que tú pases
las de Caín, las de Abel
sin un momento de impasse.
Naturalmente es más triste, pero tiene moraleja. Lejos de nosotros acordarnos de nadie a quien queremos sólo cuando vienen mal dadas. Mejor con la alegría.