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Reseñas
literarias
Javier Marías

Tomás Nevinson

por:
José María Carabante
Editorial
Alfaguara
Año de Publicación
2020
Categorías
Sinopsis
«Se ve que matar no es tan extremo ni tan difícil e injusto si se sabe a quién.» Tras la aclamada Berta Isla, llega la nueva y esperadanovela de Javier Marías. Una intriga absorbente sobre quienes nunca olvidan.   «Novela intimista, que encierra un relato realista y animado y las páginas de una crónica conmovida de dramáticos hechos históricos. [...] Quizá Tomás Nevinson sea la mejor de cuantas Javier Marías ha publicado hasta ahora.» José-Carlos Mainer, El País «Yo fui educado a la antigua, y nunca creí que me fueran a ordenar un día que matara a una mujer. A las mujeres no se las toca, no se les pega, no se les hace daño...» Dos hombres, uno en la ficción y otro en la realidad, tuvieron la oportunidad de matar a Hitler antes de que éste desencadenara la Segunda Guerra Mundial. A partir de este hecho, Javier Marías explora el envés del «No matarás». Si esos hombres quizá debieron disparar contra el Führer, ¿cabe la posibilidad de hacerlo contra alguien más? Como dice el narrador de TomásNevinson, «ya se ve que matar no es tan extremo ni tan difícil e injusto si se sabe a quién». Tomás Nevinson, marido de Berta Isla, cae en la tentación de volver a los Servicios Secretos tras haber estado fuera, y se le propone ir a una ciudad del noroeste para identificar a una persona, medio española y medio norirlandesa, que participó en atentados del IRA y de ETA diez años atrás. Estamos en 1997. El encargo lleva el sello de su ambiguo ex-jefe Bertram Tupra, que ya, mediante un engaño, había condicionado su vida anterior. La novela, más allá de su trama, es una profunda reflexión sobre los límites de lo que se puede hacer, sobre la mancha que casi siempre trae la evitación del mal mayor y sobre la dificultad de determinar cuál es ese mal. Con el trasfondo de episodios históricos de terrorismo, Tomás Nevinson es también la historia de qué le sucede a quien ya le había sucedido todo y a quien, aparentemente, nada más podía ocurrir. Pero, mientras no terminan, todos los días llegan...
Javier Marías

Tomás Nevinson

Javier Marías tiene un estilo moroso, como si se regodeara en los pliegues del lenguaje y cultivara un inusitado gusto por apuntar, aunque brevemente, los itinerarios posibles de la trama. Desde hace años sigue a Tomás Nevinson, el agente de los servicios británicos que, de la mano de un inolvidable mentor -Tupra, o como quiera que se llame-, va a la zaga de su propia identidad, buscando un hueco en este mundo abigarrado. Lo de menos, en cualquier caso, es el nudo narrativo, pues Marías ofrece, sobre todo, un artefacto literario, muy medido, de una exactitud y preciosismo que no encuentran fácil comparación en el panorama contemporáneo de las letras.

Pero situémonos, aunque no sea necesario haber leído las novelas anteriores y, por tanto y pese a compartir personajes y disponer de un mismo aire de familia, sean todas independientes de algún modo. Nevinson ha regresado a Madrid tras sus años de servicio; vive al lado de su primera mujer -Berta- y visita con frecuencia a sus hijos. No está en activo, pero todo el mundo sabe que eso, para un agente, es una circunstancia menor. Y, de hecho, cuando pensaba que ya su futuro era ese mismo horizonte gris que nos espera a todos -el transcurrir de días mecánicos-, irrumpe Tupra con su cigarrillo contumaz para invitarle a otra aventura.

El caso resulta cercano al lector adulto, pues el encargo que Nevinson recibe es buscar a una terrorista doble – ETA y el IRA-, a la que se le imputan atentados que muchos todavía guardamos en la retina, como el de Hipercor en Barcelona o la casa cuartel de Zaragoza. El objetivo Nevinson  es advinar qué identidad encarna ahora esa asesina impenitente, para lo cual se instala en Ruán -una anónima ciudad del norte de España, que Marías no precisa, pero que es fácil identificar- e investiga a tres mujeres, mientras se hace pasar por un rutinario profesor de inglés.

Esta es la trama que se abre después y explora caminos o personajes insospechados. Marías, como es habitual, aprovecha para condimentar el relato con reflexiones profundas, con estribillos literarios o alusiones cinematográficas, que le ayudan a plantear problemas muy punzantes para el hombre.

Es probable que el escritor madrileño construya sus novelas a partir de dilemas -por ejemplo, ¿quiénes somos?, ¿se puede matar para evitar una matanza?, ¿cuál es ese límite borroso en el que colindan justicia e injusticia, bien y mal?- y no sea, en el sentido exacto de la palabra, un narrador. Pero estamos ante un animal literario, un escritor de fuste, en el que es imposible separar la forma y el fondo. ¿Y en qué consiste la literatura, si no en eso?

Es mejor no apuntar lo que pasa después. Baste con decir que incluye un retrato de esa España de provincias que está desapareciendo -Marías vive mirando hacia atrás y eso se nota, pues deplora el progreso que envilece las etiquetas-, mucho amor y dosis especialmente altas de sensualidad y anticlericalismo. De todas maneras, es conveniente precisar que no es un libro para todo el mundo. Hay lectores a los que Marías resulta plúmbeo, enrevesado o engolado y a estos, como es lógico, lo mejor es ahorrarles un viaje por parajes que ya denuestan. Lo cual no es óbice para terminar con una apreciación: estamos ante su obra más lograda de este escritor.

Temática:
Detective a la caza de un terrorista
Te gustará si:
Eres fan de las novelas de Javier Marías
Dónde leerlo:
En un autobús de línea de camino al norte
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Un café con porras
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