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Reseñas
literarias
Dashiel Hammett

El halcón maltés

por:
Mario Crespo
Editorial
Alianza
Año de Publicación
2014
Categorías
Sinopsis

La audaz mezcla de realismo descarnado y de sentimientos románticos característica de Dashiell Hammett (1894-1961) alcanza en " El halcón maltés " (1930) su mejor expresión. Una estatuilla con figura de halcón que los caballeros de la Orden de Malta regalaron al emperador Carlos V en 1530 ha sido objeto, durante más de cuatro siglos, de robos y extravíos. Cuando tras mil peripecias llega a la ciudad de San Francisco, un grupo de delincuentes trata de apoderarse de ella, lo que da lugar a conflictos, asesinatos y pasiones exacerbadas. A ello contribuye el detective Sam Spade empleando sin escrúpulos la violencia más cruda y propiciando la creación de situaciones arriesgadas e imprevisibles, aunque siempre esclarecedoras. Basada en esta obra, John Huston realizó en 1941 una magistral película protagonizada por Humphrey Bogart, Mary Astor y Peter Lorre.

Dashiel Hammett

El halcón maltés

Si nos ponemos prosaicos, el halcón maltés es una pequeña estatua con forma de halcón, con incrustaciones de piedras preciosas, que la Orden de Malta regaló al emperador Carlos V en 1530. Pero es mucho más, claro. Es, para empezar, y desde hace siglos, un oscuro objeto de deseo de reyezuelos, aristócratas, piratas y ladrones. Un cometa Halley que aparece cada ciertas generaciones y luego vuelve a extraviarse. Un fetiche, una leyenda fascinante, un objeto esculpido en el material del que están hechos los sueños (aunque esa frase, lo sé, es de la película y no de la novela).

Por eso, cuando comienza a rumorearse que el ave rapaz está sobrevolando la ciudad de San Francisco, un auténtico temblor recorre los bajos fondos. Y Sam Spade, detective privado y tipo duro profesional, se ve rodeado, casi por casualidad, de un tropel de aventureros de dudosa reputación que pretenden cazar al pájaro negro de un perdigonazo.

Con asiento de primera clase en el Olimpo de la novela negra americana, Dashiell Hammett (1894-1961) vivió una vida digna de sus personajes. Agente de la Pinkerton, alcohólico y tuberculoso, de porte elegantísimo, peligrosamente cercano al comunismo, nada ejemplar en su vida de familia, Hammett forjó su carrera de novelista en un plazo muy corto, de finales de los 20 a principios de los 30, y después se sumergió en el silencio. 

Su estilo, después muy imitado, casi puntillista, con un gran dominio de las escenas de acción (“muy derecho, con tiesa rectitud, sin adelantar las manos para amortiguar el golpe, cayó hacia adelante como se derrumba un árbol”) y diálogos afilados como una navaja, marcó las reglas del hard-boiled, un género que llegó para estrechar la frontera entre el detective y el criminal y para ensuciar de sangre y cinismo la hasta entonces exquisita novela policíaca de factura británica.

De sus libros, pocos y buenos, mi favorito es El halcón maltés. Novela ruda y melancólica, su atmósfera, la del San Francisco de callejones oscuros, borracheras implacables, tranvías y teatros con puerta secundaria, es una de las más logradas de la historia del género. Por eso la eligió John Huston para convertirla en un maravilloso noir en 1941, con Bogart como Spade y unas frases que parecen directos a la mandíbula.

¿Consigue Spade el famoso halcón? Es lo de menos, claro. Sin hacer spoiler, puedo contarles que de la aventura sale un poco más cínico, con el hígado fatigado –nuestro protagonista bebe casi de todo: ron, ginebra, Manhattan servido en vaso de cartón…-, los puños doloridos y un extraño brillo en los ojos. 

Temática:
Aventuras, detectives y búsquedas del tesoro
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Dónde leerlo:
En un vuelo a San Francisco
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Un whisky solo
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