X
LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

No todo son pies

No todo son pies. También se pierde la cabeza en la playa. Había terminado El amor es ahora (Canto y cuento, 2019) de Pedro Sevilla, y se me habían saltado dos o tres lágrimas gordas. Tendría, sin duda, los ojos enrojecidos. Así que, aunque vi por el rabillo del ojo que se había sentado a mi lado de poniente una amiga de la adolescencia que ahora vive en el extranjero, decidí que no estaba lo bastante radiante para mostrar mi alegría por el encuentro. La sombrilla me cubría. Estaba casi seguro de que no me había reconocido. Tenía media hora para serenarme.

 

Cuando estaba casi curado de los ojos, me enteré por whatsapp de que un amigo había llegado un momento a dejar a sus niños arriba. Como éste acaba de llegar al Puerto a veranear por primera vez, yo tenía el prurito indígena de darle la bienvenida. Si saludaba a mi vieja amiga, conociéndola de toda la vida como la conozco, no iba a llegar a decirle «Hola» ni quizá a la hora de comer a mi casa. Con extraños contorsionismos, cerré la sombrilla con un alambicado giro hacia el este para que fuese imposible verla. Creo que lo hice bastante bien, teniendo en cuenta la cercanía, aunque subí con las dudas de si me habría calado (conociéndome como me conoce) o no.

 

Saludé a mi amigo y bajé, con la alegría de que por fin podría saludarla y dedicarle todo el tiempo efusivo que ella se merece. Quizá podría desfazer el entuerto, dar implícitas explicaciones, etc. Fui recto como una bala, dispuesto a suplir con extraordinarios entusiasmos tanto retraso. Pero cuando estaba encima de la chica vi que era una señora que no tenía nada que ver con mi amiga más que un perfil parecido y análogos rizos de su melena. Vaya por Dios, me he confundido, perdón, señora. «No pasa nada». Ya…, no…, pero ¡la que yo he pasado!

 

Así, con el bochorno y abochornado, qué bien volverme a meter bajo la sombrilla, a leer un poco y a ver los pies de la gente, que es lo mío.

 

 

También te puede interesar