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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

No nos estamos tomando en serio como seres humanos

Empecé a leer la entrevista con una risa sarcástica y estilística. Obsérvese el inmejorable ejemplo del epíteto contraproducente: cuando el entrevistador dice que Furedi es profesor en «una prestigiosa universidad», supe de inmediato que no sería de las que no necesitan el epíteto. Ni Oxford ni Yale ni Cambridge ni —aunque puede que me engañe la pietas o el amor almafilial— Navarra (shall be the wonder of the world). Era la Universidad de Kent.

Pero enseguida la risa dio paso a la admiración. La entrevista a Frank Furedi merece mucho la pena. Tiene observaciones necesarias. Por la aliteración a la elipsis, echa de menos los valores aristocráticos cuando «lamenta la pérdida de influencia de “valores aristotélicos” como la valentía, el deber o la solidaridad en Occidente», sin faltar a Aristóteles, oh capitán, mi capitán.

Naturalmente, critica la infantilización: «Vivimos en una sociedad infantilizada en Occidente. Hay gente de cuarenta y pico años, por ejemplo, que se comporta aún como si fueran jóvenes. Se está animado a la infantilización y, por ser honestos, no creo que nos estemos tomando en serio como seres humanos. No digo que tengamos que ser todos héroes o algo así, pero todos deberíamos tener claro lo que está bien y lo que está mal». Lo explica de un modo que da yuyu: «Me encontré a todos estos diplomáticos, eran la élite de la diplomacia, y eran como niños».

Aletea de fondo la tesis de un libro importantísimo, al que no hemos hecho el caso que deberíamos: El retorno de los dioses fuertes. Más claro no lo puede decir Furedi: «El patriotismo o la identificación con una nación se ha visto como algo malo y por eso hacían falta todas esas instituciones internacionales que, moralmente, estaban en una posición superior a los gobiernos nacionales. Esto es un error. Pero hay otro error, según el cual el concepto de interés nacional se identificaba con egoísmo. Por eso no se podía hablar de interés nacional sino de cosas como la humanidad o la realidad global. Esto surge de disneyficar la realidad».

Un baño de realismo político y filosófico que se pueden ustedes dar aquí. Pero será con agua fría, insoportable para muchos: «En general, en el mundo occidental, la libertad se está devaluando. En toda mi vida nunca había visto, como ahora, tanta aversión a la libertad de expresión viniendo de tantas partes distintas. Por eso pienso que la guerra cultural es la gran cuestión de nuestros días».

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