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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

La segunda oportunidad

 

Me sonaba muchísimo la cara del alumno atento pero la mascarilla lo enmascaraba y en Puerto Real hay siete u ocho apellidos que se repiten lo suficiente como para enmarañarme los recuerdos. Al final, se quedó a saludarme y había sido alumno mío hacía diez años. Me contó que lo había sido muy malo y yo ya lo recordaba perfectamente, aunque me hice de nuevas. Me contó que estos años había estado trabajando muy bien, pero que se había decidido a pedir la cuenta para estudiar de nuevo. Estaba arrepentido —me dijo— de lo mal alumno que fue y que ahora toda su visión había cambiado.

 

Yo lo felicité por el cambio y, sobre todo, por el arrepentimiento, que es de lo mejor que uno puede hacer en la vida. Tan bien le entiendo que a mi columna en Nuestro Tiempo le he puesto de nombre «Ahora bien» no sólo por mi pasión por lo adversativo, sino porque es como una segunda oportunidad con la Universidad de Navarra, y así me la tomo. Mi amor por las segundas oportunidades se debe, en primer lugar, a lo que las necesito; después al bellísimo aforismo de Andrés Neuman: «La corrección es el segundo turno del talento», y quizá, oculto en mi memoria histórica, por lo que me gustaba extrañamente el programa  «La segunda oportunidad» que ponían en la tele de mi primera infancia.

 

Le confesé al alumno que bregarse con un adolescente rebelde de 17 años es parte de nuestro trabajo, y  aunque no siempre tenemos la suerte de encontrárnoslo en clase diez años después, a menudo sí los vemos por ahí y nos cuentan que la vida les va muy bien y que se acuerdan con cierto bochorno y mucha gratitud de las clases. Es de lo mejor de nuestro trabajo.

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