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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

La hormonación no se cancela

Tanta felicidad nos quiere regalar el gobierno del señor Sánchez que -quizá- no se ha parado a pensar que los tratamientos hormonales (y/o quirúrgicos) a los que podrán someterse los menores al calor de su ley trans no tienen marcha atrás. Es un daño irreversible. No hay cancelación posible.

Van tan rápido los del gobierno de la felicidad social que los libros que tendremos que leer para hacer frente a esta dramática injerencia en la vida de todos nosotros aún están en imprenta. Ya se puede reservar la traducción de “Un daño irreversible”, de Abigail Shrier. Y también este otoño el profesor Pablo de Lora publicará “El laberinto del género”.

 

De Lora, autor de “Lo sexual es político y jurídico”, me envió el otro día un capítulo de su nuevo libro cuando le pregunté por el posible impacto de la ley trans de Montero-Campos en niños y adolescentes. El capítulo se titula “Niños, niñas y niñes” y les diré que su lectura resulta escalofriante. Sin ánimo de hacer spoiler, nos invita a reflexionar.

Los niños, muy especialmente las niñas, pueden tener una difícil transición en su pubertad. El tránsito (aquí sí) de niña a mujer incluye reglas dolorosas e incómodas, cambios de humor, de percepciones, de sentimientos… que en algunos casos se traducen en problemas como la anorexia o la bulimia. Y a nadie se le ocurre que si una niña deja de comer porque se ve gorda haya que acompañarla en su decisión para no incomodar su “felicidad” al llevarle la contraria. Son niños y, como mínimo, hay que esperar a que sean adultos antes de que tomen decisiones irreversibles que pueden destrozarles la vida. Más aún cuando esas decisiones están influidas por las modas. Y lo trans amenaza con convertirse en una muy dañina moda.

 

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