X
LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

La cara de Paulino

 

De Rafel Pérez Foncea sólo había leído Motivo suficiente. De Logroño me he traído —entre tantas cosas— su poesía completa, que voy disfrutando a pequeños sorbos [guiño, guiño, viniendo de la Rioja]. Del libro Los ojos grandes (Mangolele, 2014), el autor me avisó, alertado por mi fama (ojalá que merecida) de católico a machamartillo, del tono ligeramente blasfematorio del poema «Desconcierto por Lázaro y América».

El poema trata de la extrañeza que nos provoca la resurrección de Lázaro, con su retraso a posta, sus silencios significativos y, luego, con esa rara consecuencia de que Lázaro moriría dos veces, entrenado. Todo eso me parece lógico. Hay un poema de José Mateos en Canciones que da vueltas al mismo milagro:

Pérez Foncea es menos comedido, desde luego. Tras dejar claro que la resurrección de Jesús, siendo Dios, no le extraña nada, sigue:

 

Es la resurrección de Lázaro, su amigo,

la que me desconcierta

porque, ¿qué amigo es ese que lo despierta a uno

en medio de la siesta o de la muerte?

Yo, por lo menos, no soportaría

la cara de Paulino recortada

a contraluz abriendo la tapa de mi tumba

y pronunciando aquello de levántate y anda.

Para morir de nuevo en un mes o en un año

mejor que se levante cualquier otro,

[…]

 

Contra los temores previos, esa cara de Paulino (también ayudará haberlo conocido y haber visto lo buenos amigos que son Rafael Pérez Foncea y Paulino Lorenzo) me ha servido para sentir un estremecimiento de lo que tuvo que ser la amistad de Jesús con Lázaro, una cosa muy encarnada. Que es lo que tiene que hacer la poesía. Así que, contra todo pronóstico del autor, termino haciendo la oración con el poema, y la cara de Paulino, ea, digo, amén.

También te puede interesar