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ENTREVISTA

Ricardo F. Colmenero: «Mientras estábamos realizando el libro, sabía que Escohotado tenía la intención de suicidarse»

Ricardo F.Colmenero (Ourense, 1 de julio de 1977) es gallego pero, desde hace un tiempo, reside en Ibiza de una forma indefinida. Hoy hemos tenido la suerte de encontrarle por la capital. Antes de atendernos, visitaba los micrófonos de La mañana de Federico a propósito también de ‘Los penúltimos días de Escohotado’. Periodista en El mundo, corresponsal y desde hace unos años, escritor con ‘Literatura infiel‘. Además, sin comerlo ni beberlo, se ha convertido en un un gran amigo y biógrafo de una de las mentes más políticamente incorrectas y brillantes de estos tiempos. Vulgarmente conocido por su defensa a conciencia de múltiples narcóticos y drogas, también es autor de títulos imprescindibles sobre lo económico y filosófico con ‘Los enemigos del comercio‘ o ‘Hitos del sentido‘, que todo interesado en estas disciplinas debería leer. Escohotado y Colmenero, Ricardo y Antonio durante nueve intrépidos meses en Ibiza, han convivido para formar este libro que lleva a la cabeza como una de las biografías más vendidas en Amazon desde hace ya una temporadita. Acabar el libro ha sido todo un éxito. No hay que olvidar que el gran Antonio Escohotado– para Juan Manuel de Prada, una inteligencia sobrehumana– tiene la solera de ochenta años y un Parkinson bastante molesto. Conocemos a Colmenero en Madrid y hablamos de su libro sobre los penúltimos–que no últimos– días de Antonio. Ibiza, su energía y Escohotado son tres buenos motivos para volvernos a juntar.

Hace casi un mes que Antonio Escohotado cumplía años. ¿Le felicitaste?

Sí, exactamente ochenta años. Fui a verle, le llevé ‘Elogio de la quietud’ de Pedro Cuartango— él ya le conocía pero yo no sabÍa que habían tenido conversaciones antes— me dio las gracias por el libro. Me lo encontré con una camisa de flores de estas hawaianas. Se la acababan de traer sus jefas de Espasa. También estaba un tío que se dedicaba al Padel Surf, otro que era la pareja de una homeópata que, de vez en cuando, va a ver a Antonio, otro que era el chico que le hacia los videos y de repente… aparece una chica rubia, muy guapa, que no había visto en mi vida, muy, muy joven que había visto dos videos de Escohotado y que iba a verle de vez en cuando. Le estaba preparando tostadas de foie de oca.

¿Sibarita?

Sí, mucho. Con la comida es muy exigente. Con la comida y la bebida. Consume muy poco de todo.

Jajaja…¿Pero de todo?

De todo y… con el alcohol también. Por ejemplo cuando estábamos haciendo el libro, llevaba una botella de vino, le servía la primera copa pero nunca se la acababa y yo… pues me acababa bebiendo la botella entera. Es verdad que también pasaban muchas horas. Y para mi el cumpleaños de Antonio fue así; cuando llegué estaba con la camisa de flores, hablando inglés con alguien que le estaba felicitando desde no sé dónde…

Por lo que me cuentas, intuyo que ambos habéis forjado una gran confianza, amistad… y al principio, cuando te encargan este trabajo, como personaje, no le conocías mucho.

Lo poco que sabía de él me generaba rechazo. Para la elaboración del libro he procurado que fuera totalmente profesional. Si le odio o me cae muy bien y se nota, al final el libro no es bueno. Tenía que marcar las distancias en ambos sentidos. Él mismo ha leído la parte donde le critico, sobre todo, cuando marcamos nuestras diferencias con el tema de las drogas.

¿Ha intentado convencerte a favor de las drogas?

Chocamos en varios temas pero puede ser que la parte más polémica sea esa sin duda. Soy gallego y los amigos de mi hermana pertenecen a la llamada “generación perdida” y… se morían. De repente tenían ictus. Mi profesor de séptimo de EGB—una cosa que estudiábamos antes— murió de SIDA por intercambiar las jeringuillas. Eso te marca. Entonces, que a mí me venga un señor hablando bien de las drogas pues… me tiraba para atrás. Sobre todo, la gente que se había leído ‘La historia general de las drogas’ que es su obra magna y te lo exhibían con superioridad intelectual: “yo me he leído este libro y tú no, yo me drogo y tú no, entonces tu no sabes de drogas”. Esa gente me generaba todavía más rechazo y por eso, le fui cogiendo manía al personaje.

Para hablar de este tema con tanta superioridad son palabras mayores…

Es que al final una de las cosas que descubres es que él realmente no defiende las drogas. Habla sobre sus riesgos y  cuando se usó a sí mismo como cobaya de todos, de la humanidad, reconoce que se expuso a mucho riesgo. Dice que “se estaba jugando el alma”. Según explica, hay drogas de las que no vuelves, no porque te mueras sino, porque no vuelves a ser la misma persona y te puedes quedar…¿enganchado? No, es otra palabra…colocado, tampoco…

¿Tocado?

Sí, ¡eso!, gracias. Además, la frase de Antonio es “la dosis hace el veneno”.

“Filósofo”, “inteligencia sobrenatural”, “antisistema”, “drogadicto”, “profeta…” son algunos de los términos que han defino a Eschotado ¿El personaje eclipsa a la persona o realmente es una personalidad excéntrica, única…?

Él es así. Bueno… tampoco tiene mucho margen para ser de muchas formas con las limitaciones de movilidad que tiene ahora mismo. En estos momento es como “El Mago de Oz”; gente de todo tipo y condición se acerca a verle y cada uno va con una película totalmente distinta. El otro día fueron dos chavales para fumarse un porro con él y la semana pasada, nada más y nada menos que Florentino Pérez… así que toca todos los palos.

¿Qué destacarías en las distancias cortas sobre Antonio Escohotado?

Totalmente antisistema, eso seguro, “el último hombre libre” dijo Albert Rivera. Destacaría su alegría. Es admirable ver a un señor que sufre de unos dolores terribles, que se está muriendo, verle que con su va de mecum propio, va tirando. Sobre todo, cómo afronta su final con alegría, el llegar a asumir las cosas como son. Yo con cuarenta y cuatro años no lo asumo todavía, no sé hacerlo— me refiero a la muerte—. Patalear, cabrearte, ser un cabrón o ser un abuelo desagradable o realmente, tomar conciencia de que esto es lo que hay, lo sabías desde que eres niño pero, en ese momento, prefieres obviarlo. Por ejemplo, él lo que dice es que “ya tiene la vida cumplida”. De Antonio Escohotado me quedo con su entereza y sentido del humor. Al fin y al cabo con la idea del libro le decía que o nos descojonábamos los dos de esto o iba a ser una brasa infernal. Para hacer un drama, pasando.

 Buen apunte. Además, al estar con un personaje como Escohotado, relajarse durante la conversación no es muy recomendable, ¿ o sí?

Bueno… como mínimo me ha llamado “analfabeto” cuarenta veces. Por ejemplo, cuento en el libro que a dos chavales de segundo de económicas les echó de la cabaña porque no sabían cuál era la velocidad de la luz. No sé por qué salió la velocidad de la luz en la conversación y les dijo: “¡Lo siento muchísimo! pero, os tenéis que marchar porque esto no lo aguanto”.

Ahora se atreve con la fonética noruega y la geología de Islandia. El estudiar. ¿Puede que este sea el secreto de su eterna juventud?

La satisfacción del saber es lo que realmente le produce placer. Cuando el cuerpo no da más de sí y la mente aún puede, pues le provoca placer aprender.

La curiosidad, joder, tiene unos placeres muy gordos. Por favor, Ricardo. Me amplía el alma. Me da la sensación de que soy más. Porque soy menos Antonio Escohotado Espinosa y soy más mundo”.

Así es… y luego trasladado a cómo nos vemos hoy en día que tendemos todos a etiquetar, a apartar, este personaje sí, este no…porque dice lo que me gusta, porque no… a Antonio le gusta cambiar de ideas, lo ha hecho en muchas ocasiones a lo largo de su vida. Piensa que fue uno de los “fundadores” del partido comunista en este país y ha acabado firmando el manifiesto de fundación de Ciudadanos entonces… tiene una evolución, también en cuanto a conocimiento. A él le encanta cambiar de idea, pasar del prejuicio al juicio, es decir; el acercarte a las cosas para descubrir que no eran como se pensaba. Ese cambio de idea le provoca mucho placer, a pesar de que a la mayoría de la gente, no. A mucha gente no le da placer. La mayoría siente rabia, fastidio, intentan aferrarse a lo suyo, les molesta cambiar de idea, incluso la gente joven. Dice que hay gente que viene a este mundo a no aprender, solo a confirmar sus ideas y eso no puede ser. Estar abierto a ese continuo cambio es lo que le mantiene joven y además, conecta mucho mejor con los jóvenes que con los adultos. Tiene flow.

Dicen que la curiosidad es clave para mantener una eterna juventud.

Él a pesar de ser profesor, nunca explica diciendo que esto es tal cual lo dice un libro. A él lo que le gusta es que, si piensas lo contrario sobre algo, eso es realmente lo que le atrae. Te va a ir preguntando hasta que llegas solo a la respuesta.

Y esa respuesta tendrá que ser algo que realmente le interese, ¿no? Para muchos, es una de las personas más inteligentes con vida. “El líder espiritual de Calamaro”, por ejemplo. ¿Le enseñaste algo que no supiera?

Esa es una pregunta muy interesante porque, si te digo la verdad… más allá de la compañía, no sé que interés podría haber visto en mí salvo temas concretos que pudieran divertirle: “Uy, este es de Opus y no se droga… ¡vamos a darle caña!”. Salvo por el entretenimiento, no creo que le haya aportado nada. [risas]

‘Los penúltimos días de Escohotado’ está siendo todo un éxito en Amazon. ¿Cómo coge forma esta biografía?

Más que biografía, me gusta decir que este proyecto ha sido “la supervivencia con Escohotado a horas de conversación”. Este encargo fue todo un accidente. Tuve que ir a entrevistar a Antonio para el periódico (El Mundo) y de repente me encuentro con un señor espectacular, que no podía parar de oírle. Cada vez veía más gente a oírle y de repente, te encuentras con seis horas de grabación y… ¿qué haces con seis horas de grabación para un artículo? y llame a Jorge Bustos para comentarle precisamente esto, que había mucho tiempo de grabación y por si le interesaba hacer un Ebook. Ya las tenía transcritas y esa era mi idea. Envío el email y a los 30 segundos, me suena el teléfono y digo: “joe, qué poder de atracción tiene Escohotado” y me encuentro con lo siguiente: “No, no, Ricardo, ¡esto es muy importante! Tienes la posibilidad de ir a ver a Antonio porque tú estás en Ibiza y en nada se va a morir… tienes que intentar ir a hablar con él y además, a ti te va a venir fenomenal” Entonces, me calienta la cabeza, y le digo: “No sé si Antonio me va a aguantar a mí, si le interesará escribir un libro, a lo mejor le apetece escribirlo a él, igual se muere, esto se queda a medias y estoy aquí trabajando a lo tonto…”

¿Y al final cómo lo hiciste?

Iba a verle a la cabaña cuando estaba ahí solito. En diciembre fue cuando le comenté la idea de lo que estábamos haciendo y le hizo mucha ilusión. Pensaba que mientras estuviéramos haciendo el libro, Antonio  seguiría con vida. Aunque también te digo que, cuando estaba solito en la cabaña, veía que en cualquier momento, iba a llegar y me lo iba a encontrar muerto. El invierno fue malísimo, estaba muy malito y también tenía la intención de suicidarse. Además, antes de verle siempre le enviaba un mail para que supiera que iba a ir.  A veces pensaba que, si había fallecido, Antonio sería capaz de haberlo planeado.

¿El gran final de un libro?

Sí, la verdad que sí.

¿Vive en una cabaña?

Ahora ya no. En estos momentos está en un agro turismo con personas que le atienden, los vamos a verle y los dueños del hostal, detrás de la iglesia de Santa Inés. El cabecero de su cama pega con la pared de la iglesia.

¿Cuáles son tus libros favoritos?

Me enamoro de los libros a rachas y luego me desenamoro. El mío tenía gracia, ‘Literatura infiel’, y del estilo te puedo decir— que no me gusta hablar del mío— ‘Mientras haya bares’ de Tallón o también se me ocurre ‘Alineación indebida’ de Cabeleira que es un poco del mismo estilo. Este es de la época cuando me dio por escribir columnas. Si alguien tiene una web de libros, hay que leerse el libro de Alberto OlmosCuando el Vips era la mejor librería de la ciudad’. Cuando empecé a estudiar, me marcó mucho ‘El periodismo es un cuento’ de Rivas, pero luego se me pasa la etapa Rivas. También tuve un momento Bolaño con ‘2666’ era la Biblia. Me lo leí dos veces y no sé si hay mucha gente que se atreva a hacerlo… Siendo joven, un imprescindible me parece ‘El palacio de la Luna’ de Austen. ‘Rewind’ de Tallón es una pasada o los dos que ha hecho Jabois: ‘Mis Marte’ y ‘Malaherba’. Milena Busquets, Sara Mesa… Me gustan los libros según quien.

¿Y los de Escohotado?

Uf… es que lee de todo. La filosofía, todo lo que sea estudiar… él ya no tira de libros, tira de ordenador. Puede pasarse horas en Wikipedia leyendo lo que sea, buscando…El otro día no sé que me estaba contando de un río africano, esto fuera del libro. Otro día estaba interesado en “fuentes vivas” que conocieran a Jesucristo fuera del evangelio. Empezó por la historia de Roma, un Galileo… andaba por esa película. Hegel que es el filósofo sobre el que hizo la tesis, puede ser del que más haya leído. Hegel para él es muy importante.

“El eterno curioso”.

Exacto.

¿Y tú? El libro desprende las palabras de un hombre sabio, que está por encima del bien, del mal y del qué dirán. Cada frase es una invitación a la reflexión. ¿Has tenido que estudiar algo previamente a la realización del libro o fuiste a pelo? Estudiar algo que, seguramente, no te hubieras imaginado en la vida, me refiero.

Uf… como mínimo tenía que empezar por él y no fue tarea fácil. El primer libro suyo que me leí fue ‘Los enemigos del comercio’, 3000 páginas. En general… si le quería preguntar sobre una sustancia antes lo buscaba. Para cada entrevista tenía que formarme muchísimo… Ha sido una paliza horrorosa pero, entiéndeme, horrorosa en el sentido de que ha sido mucho trabajo. Antonio es una paliza para transcribir una simple entrevista. Como va saltando de tema, transcribir una entrevista suya es un infierno. Es muy complicado.

Para ti ¿Las tres palabras que definan a Escohotado?

Sabio, chalao y… feliz.

¿Crees que se arrepiente de algo en su vida?

Seguro. A él le marcó mucho la muerte de su padre, encontrase—literalmente— a su padre muerto. También por este motivo ha decidido pasar sus últimos días en Ibiza. No quiere que sus hijos le vean mal y finalmente, que puedan revivir lo mismo que a él le pasó con su padre. Él está de despedida.

¿No te recuerda todo esto al cuadro de ´La escuela de Atenas’ de Rafael? El sabio rodeado de sus discípulos…

¡Hombre!, si Antonio sale en el cuadro.  El del gorro verde, fíjate. Ese personaje se parece muchísimo a él. [En este momento, Ricardo está buscando el personaje dentro del cuadro desde su teléfono y lo enseña]

¡Es verdad! sí tiene un aire sí, jajaja…

Y ya para terminar, ¿Con qué titular te quedas tras tus nueve meses de convivencia con Antonio Escohotado?

La enseñanza que me llevo es poder llegar al final con con alegría y satisfacción por la vida cumplida. Me quedo con eso y con esto: “Muchacho, soy un chalao, no te olvides. Soy muy consciente de que soy un chalao”.

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