X
ENTREVISTA

Jan Arimany : «En España tenemos muchas joyas de la literatura olvidadas»

Hace exactamente once años el joven andorrano Jan Arimany dejó la abogacía para montar una editorial. Lo que empezó, años atrás, como un blog de reseñas, pronto cosechó triunfos en YouTube y demás redes sociales. Hoy son más de cincuenta mil las personas que siguen las publicaciones de Trotalibros, la pequeña editorial independiente de Jan. Con el firme propósito de recuperar grandes joyas olvidadas, Jan nos reconoce con un punto de orgullo su mayor satisfacción: «No conozco ninguna otra editorial en la que siempre se cumplan los deseos del editor».

Trotalibros nació con el empeño de «recuperar obras injustamente olvidadas». ¿Cuánto de esto hay en la literatura?

Esto fue uno de mis primeros descubrimientos como lector: la cantidad de libros que están descatalogados e incluso inéditos y de una calidad impresionante. Creo que la literatura vive mucho en el día a día, en los éxitos momentáneos, y creí que era importante recuperar estas joyas olvidadas. De hecho, abrí el canal de YouTube para compartir muchos de estos descubrimientos. Y cuando comencé con Trotalibros, esta necesidad de recomendar grandes libros y de llevar al público obras injustamente olvidadas fue a más. Soy editor por la frustración de encontrar tantos libros olvidados, pero también por la ilusión de descubrir estas joyas.

¿Triunfa lo bueno y se olvida lo malo?

Qué va. Hay una creencia generalizada sobre la meritocracia en la literatura: los grandes libros se hacen camino y se acaban convirtiendo en clásicos. Y esto no es así. El éxito de un libro depende mucho de un séquito de casualidades alineadas y poco de la calidad del libro. Esto lo descubrí especialmente con Soledad, de Víctor Català. Es un clásico de las letras catalanas y desgraciadamente no se conoce en el resto de España. Si tu paras a cualquier catalán en Las Ramblas, aunque no sea un gran lector, con total seguridad conoce a Víctor Català. Pero fuera de Cataluña nadie conoce a esta autora maravillosa. Por eso creo que no hace falta irse a Nueva Zelanda para encontrar clásicos injustamente olvidados: dentro de España hay joyas ocultas.

¿Por qué se olvida un libro? ¿Ha bajado la calidad de los libros o la calidad de los lectores?

La gran enfermedad del sector está en el ritmo que han impuesto los grupos editoriales. En España la literatura está atrapada por el monopolio del Grupo Planeta y Penguin Random House. Y esto ha provocado que la mesa de novedades esté siempre copada por aquellas editoriales que publican, como poco, una decena de libros al mes. Los grandes grupos sí se pueden permitir este ritmo frenético en el que triunfa una de cada veinte publicaciones. Pero las pequeñas editoriales independientes no podemos vivir así, y esto repercute en la calidad de las obras. No es raro encontrar obras de grandísimas editoriales, con presupuestos enormes para corrección, con decenas de erratas. Es el ritmo autoimpuesto por el mercado y al final esto repercute en todos: en las obras mismas y también en los lectores.

Trotalibros fue primero un canal literario. Y con La Guardia, de Nikos Kavadías, nació la editorial. ¿Qué tiene de especial este libro?

No sé qué contestar [risas]. Lo cierto es que la editorial soy yo sólo y con cada publicación descubro alguno nuevo de mí mismo. No hay nadie que me pare los pies, así que el proceso de selección y edición no es muy racional. Primero cayeron en mis manos los cuentos de Nikos Kavadías, e indagando descubrí su única novela descatalogada hacía décadas. Yo entonces ya tenía tres o cuatro libros preparados para salir, pero decidí empezar con La Guardia. Ese iba a ser el primero, quizás porque me retrata muy bien como lector −además me fascina ese ambiente de marineros−, y porque ella es políticamente incorrecta. Su capacidad de encontrar poesía en la sordidez, allí donde no hay belleza aparente, me cautivó. Es lo que hace Lorca en su Trilogía rural: de un campo yermo, seco y árido es capaz, como Kavadías, de hacer brotar poesía como si fuese una corriente de agua subterránea que llega a su fuente. No te negaré que La Guardia es uno de los libros menos comerciales de la editorial, pero nunca me he arrepentido de este comienzo.

Hablando de este proceso. Wolfe, Zola, Lorca, Evelyn Smith… ¿Cuál es el patrón?

Tengo la gran suerte, y esto es excepcional dentro del mundo editorial, de publicar lo que a mí me gusta, siempre. No conozco ninguna otra editorial que dependa únicamente de una sola persona. Además, después de tantos años hablando de literatura en internet, muchos de los lectores conocen mi gusto y me hacen llegar nuevos títulos y descubrimientos. Por eso digo que Trotalibros se parece a mí: soy muy diverso, me gusta leer géneros muy diferentes, y soy un lector inquieto. Por eso el horizonte de la editorial es amplísimo. ¿Qué tiene que ver La Guardia con El palacio de hielo? No te sabría decir, más allá de que todos estos escritores, en sus respectivos registros y con sus obsesiones particulares, son capaces de crear belleza que no te deja indiferente. No tienen nada en común pero yo los amo a todos por su capacidad de inspirar.

Trotalibros pretende devolver la memoria, sí. Pero también la belleza, con portadas ilustradas, el faro del logo, el haz de luz que ilumina todas ellas… ¿Por qué esta apuesta tan poco rentable por la belleza?

Es una cuestión de mimo. Cuando yo estaba montando la editorial, todo el mundo me desaconsejó la tapa dura. Económicamente no tiene ningún sentido. Pero para mí la tapa dura es un mensaje: no hacemos libros de leer y tirar. Son libros para guardar en la librería, que no quedan machacados, que duran mucho tiempo. Así, todas las decisiones de la edición van en esta línea. Por ejemplo, la sinopsis del libro va en una faja trasera que se puede sacar después de leer el libro. Lo hicimos para que toda esa información innecesaria para el lector, pero fundamental para el marketing, desaparezca una vez leído el libro. En general, todo el proyecto de Trotalibros está impregnado de no poca locura, de ir contra cualquier principio económico y racional. Si yo quisiera grandes beneficios volvería a la abogacía, pero esta editorial me permite hacer lo que me dicta el corazón.

Hablando de decisiones económicamente rentables, también editas en catalán. ¿Por qué es importante editar joyas de la literatura universal en catalán? ¿Gana la literatura en lenguas regionales?

Yo fui educado en catalán y he sido lector precoz del catalán. Fui a una escuela castellana y ahí me enseñaron la riqueza del español y del catalán. Por eso desde el principio, casi de forma natural, planteé Trotalibros como una plataforma de difusión de literatura catalana, que es cultura española. Siempre me ha escandalizado que autores catalanes sean desconocidos por el límite de la lengua. A veces por desinterés de los lectores en español y otras tantas por la cerrazón de la cultura catalana, que presume poco de sus maravillas literarias. Creo, por ejemplo, que Toni Sala es uno de los mejores escritores contemporáneos, digno merecedor del Nóbel, y me escandaliza que haya triunfado en América y en Croacia, con múltiples traducciones, pero no en España. Por eso, aunque estas ediciones en catalán no sean las más comerciales, vale la pena difundir nuestros tesoros más desconocidos.

De entre toda la colección, me han recomendado vivamente Oh, qué espléndida música. ¿Por qué debería leerlo?

En el proceso de edición yo me fui dando cuenta de lo valioso de este libro. El traductor, la ilustradora, portadistas, corrector… todos los que nos involucramos en el proceso sentimos pronto que teníamos algo especial entre manos. Este libro fue escrito por Evelyn Smith mientras caían las bombas de la Luftwaffe en el jardín de su casa, en un pueblecito de la costa británica, mientras su marido batallaba en el frente. Ella escribió entonces, con ese panorama, sus recuerdos de la infancia, inmortalizando el Reino Unido inocente y alegre previo a las guerras mundiales. Es un libro sumamente autobiográfico, donde una niña conoce el amor, la amistad, la guerra, las injusticias… Es un relato inundado por la nostalgia por un mundo que ha desaparecido para siempre, pero sin idealismos. Hay racismo, clasismo, injusticias y dolor. Pero los ojos inocentes de la niña nos hacen sonreír ante semejante tesitura.

¿Qué es lo próximo en el catalejo de Trotalibros?

En agosto anunciaré todas las novedades de la editorial. Pero sí te puedo adelantar que en septiembre publicaremos una nueva novela de Elizabeth von Arnim, autora de Vera. Es una de las novelas que mejor han funcionado de Trotalibros por su actualidad. Aunque la escribió hace algo más de un siglo, su descripción del maltrato psicológico ahora tiene más relevancia que nunca. Por eso muchos lectores me han pedido más de von Arnim, porque esconde muchas joyas que aún merecen ser descubiertas.

También te puede interesar