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ENTREVISTA

Enrique Bunbury: «Dedicarte al arte es una labor bastante heroica»

Su música, voz y estilo inconfundibleY al final, La chispa adecuada la pone él cada vez que se sube encima de un escenario, en forma de canción o en este caso con Exilio Topanga, su primer poemario -que no se nos olvide que también pinta-. Y es que el arte es así: polivalente, misterioso y lo más importante, inexplicable. Cuando hablamos de Enrique Bunbury es inevitable pensar en todo esto. Desde que nació en Zaragoza un 11 de agosto de 1967 su camino por el mundo de la música ha creado a un artista mayúsculo. También es una estrella del rock internacional entre otros géneros y, en Los Ángeles, padre, marido y un hombre de carne, muchos tatuajes y huesos. Dice que su etapa como vocalista de Héroes del silencio fue un aprendizaje fundamental para convertirse en el músico que es ahora. Entre pregunta y pregunta, indagar por su repertorio musical es sumergirse en un sin fin de letras y melodías que apetecen todo el rato, ya me lo decía Úbeda. Y ahora con pinceles, partituras, folios en blanco y acordes de guitarra en vivo, dice que su vida desde fuera puede parecer aburrida-¿perdón?-y que si se acabara el mundo salvaría el libro Tao Te King: «¿O sería una putada?». Si alguien sobrevive, que no dude en manifestarse. Derrochando talento y entregado a una causa heroica por amor a una forma de vivir, al arte, conversamos con un grande a punto de empezar su gira internacional número treinta y cinco entre libros, aceitunas y mucha poesía.

En su primer poemario Topanga no significa casa sino exilio, sitio de paz para reconectar con todo. Como en el mundo de “Alicia” de Lewis Carroll, ¿estamos ante su país de imperfectas maravillas?

Exilio Topanga es una oda a la ciudad de Los Ángeles en un momento bisagra, de transición. Estamos viviendo un momento de cambio, todos, pero he querido reflexionar sobre las pequeñas cosas, los detalles que me hicieron caer rendido y enamorarme de la ciudad. Algunos de esos pequeños detalles parecen dispuestos a desaparecer para siempre. Otros, quizás los recuperemos. Es un momento extraño que merecía un fotograma de recuerdo.

Ahora se encuentra entre dos tierras o más. La vida de un artista internacional es lo que tiene. Con España en el recuerdo, hace tiempo decidió instalarse con su familia en Los Ángeles. Desde un panorama político y cultural, ¿cómo diagnosticaría desde el extranjero a nuestro país?

No atiendo mucho a la política, ni a los políticos. Son fuente de frustración y rabia. Prefiero atender a lo que nos hace fuertes y mirar para adelante con esperanza. La naturaleza, el arte y el amor son fuentes de vida. Mientras que los políticos sólo son capaces de destruir aquello que nos une, que es mucho.

¿Qué queda de Héroes del silencio en Enrique Bunbury?

El cambio y el aprendizaje son motores de vida. Ser el mismo que hace un año, una década o cuando eras pequeño, es palabrería simpática, pero con poco sentido. Es bonito decir que eres el mismo que aquel mocoso de pantalones cortos de tu infancia, pero si nos ponemos serios, es poco creíble o deseable. Afortunadamente, crecemos e intentamos ser una mejor versión de nosotros, ¿no?

En sus poemas de alguna manera existe una similitud con Raymond Carver y su forma de enfrentarse a la—en muchas ocasiones—dura realidad. ¿Por dónde empezaría si tuviera que salvar el mundo?

No creo que el mundo necesite de mí ni de ningún iluminado para guiarnos en la buena dirección. El Universo -creo- se encarga de todo y tiene un plan mucho mejor que el que podamos imaginar. Aunque lo que si me parece evidente es que cuantos menos políticos o menos espacio de decisión dejemos en sus manos, mejor para los ciudadanos. Y si pudiéramos eliminar a las instituciones supranacionales, que toman decisiones por encima de los Estados y de sus ciudadanos, mejor que mejor. Y luego están los que están por encima de estas instituciones: Big Pharma, Big Tech, las grandes fortunas… El peligro está ahí y dejarles que interfieran en nuestras vidas y tomen las decisiones importantes solo puede llevarnos hacia nuestro propio sacrificio. Me da la impresión.

¿Cómo le ha tratado la pandemia? En su caso parece que ir en contra de lo políticamente correcto ha dado mucho de qué hablar. 

He compuesto un par de discos: POSIBLE y Curso de Levitación Intensivo (2020) y ahora, este diciembre, publico mi nuevo material: El Puerto EP (2021). Además del libro de poemas Exilio Topanga (2021) y el documental sobre Héroes del Silencio (2021). He estado trabajando, intentando dedicarme a lo que me gusta y más disfruto. Ahora empezamos la gira, primero en México en enero y febrero, seguiremos en USA en abril y mayo y luego España que llegaremos en verano.

¿Y quién es su héroe?

Ay, no sé. Mis grandes maestros musicales siempre fueron Bowie y Dylan. En la poesía leí con mucho interés y dedicación a Gil de Biedma y Anne Sexton. Y mis pintores favoritos son Basquiat y de Kooning. ¿Esos son héroes? Posiblemente. Dedicarte al arte es una labor bastante heroica.

La importancia de Los Ángeles a lo largo de todo el poemario: ¿Por qué?

Soy un enamorado de la ciudad. Llegué hace once años por unas razones y me quedé por otras. Es un lugar fascinante donde todo es posible. Desde lo más insospechado y freak, hasta lo más mainstream y popular.

Entrado en su música, cuenta con un repertorio gigantesco. ¿Sus referentes o fuentes de inspiración a la hora de crear una nueva canción y ahora, poema?

Sin querer, te contesté a esta pregunta antes. Pero puedo citarte a ¡tantos autores que me fascinan! Últimamente escucho mucho a St Vincent, una de las artistas más interesantes de los últimos años. Y mis últimos descubrimientos poéticos fueron Luna Miguel y Constantino Molina Monteagudo, dos jóvenes poetas españoles.

¿Alguna manía cuando está componiendo?

No soy maniático. Me levanto pronto, cumplo con mis rutinas y voy al estudio todos los días, si no estoy de gira o de vacaciones. Intento trabajar todos los días y siempre surge algo. Pinto, escribo o compongo canciones. Es una vida muy aburrida vista desde fuera. Pero, para mí es muy entretenido, levantarte y crear algo que ayer no existía.

Simplemente por curiosidad. ¿Cuántas chupas de cuero tiene?

Ni idea. Pero no muchas. Soy vegano y es difícil conseguir chupas de cuero vegano que luzcan y queden bien. Por lo menos a mí. A lo mejor a alguien con mejor percha…

Hace un tiempo le pregunté a Andrés Calamaro sobre lo que hay que tener para ser un auténtico rockero y me contestó lo siguiente: “El mito del rockero auténtico me parece de dudoso interés a priori, una esfinge clavada en un pasado perpetuo”. Y Enrique Bunbury ya es un rockero legendario. Para usted: ¿Qué talento especial hay que tener para ser rockero?

No sé. Nunca lo he pensado. Tampoco me considero un rockero auténtico. Soy un tipo que compone canciones. Algunas atendieron al rock, pero otras miraron a los ritmos latinos, a la electrónica, al jazz o en último álbum incluso el afro beat. El rock es una música maravillosa y digna. Muy respetable. Pero no es lo único que me interesa.

Hablemos de libros. ¿Sus tres libros imprescindibles?

Buff, qué pregunta más difícil. No sé. Lo de elegir entre lo que has leído y escuchado en tu vida y seleccionar tus preferencias se me da muy mal. Los libros que leí en el pasado fueron imprescindibles en su momento. Así que siempre pienso que los libros que más me gustan son los que más me impactaron en el último año. Este año me fascinó el poemario póstumo de Joan Margarit Animal de Bosque y el último de Manuel Vilas, Roma. Y también la relectura de Howl de Ginsberg.

¿Y qué está leyendo ahora mismo?

Ahora mismo estoy con Ida Vitale. Tiempo sin claves.

Si se acabara el mundo, ¿qué libro salvaría? 

Bueno, si se acaba el mundo para qué vas a salvar un libro si no queda nadie para leerlo. Pero, supongamos que alguien se salva y no sabes donde quedó y en algún momento puede encontrar ese libro que haga que resurja la humanidad y les de esperanza y deje alguna enseñanza importante. Creo que el Tao Te King sería una buena recomendación. ¿O sería una putada?

¡Bueno! pues, como con todo, depende del cómo se mire. ¿Y su género literario predilecto?

Leo poesía, novela y ensayos, sin preferencia. No veo porqué hay qué elegir. Pero, si no me queda más remedio, elegiría la poesía.

¿Con qué canción compuesta por usted leería su libro favorito?

No escucho nunca la música que he grabado. Como autor, intérprete y productor de mis discos, escucho tantos miles de veces las canciones antes de ser publicadas, intentando mejorarlas que, una vez se publican, nunca más las vuelvo a escuchar. Sólo cuando las interpretamos en directo. Pero en casa no se me ocurriría. Además, me gusta leer en silencio.

¿Y su autor literario o alguien del que se lo haya leído prácticamente todo?

Creo que me he leído todo de Bukowski, de Fernando Arrabal, de Buero Vallejo, de Murakami bastante. Ahora que me fijo esos cuatro autores son cada uno de su padre y de su madre. Y ¡no sé si son mis favoritos! Creo que no.

¿Dispuesto a ser la competencia del Nobel de Bob Dylan? ¿Seguirá escribiendo libros? Si así fuera, ¿sobre qué trataría su próximo título?

Haciendo oídos sordos a lo del premio nobel de Dylan… seguiré escribiendo. Otra cosa es que me publiquen. Pero si mi editora así lo desea, no será mi último libro.

¿Qué libro le regalaría a su hija?

Los que más le gusten y le apetezcan. Ahora lee mucho manga, así que eso es lo que le compro.

Y si Asia le dijera que de mayor quiere ser rockera, ¿qué le recomendaría?

Si quiere dedicarse a la música, tendrá mi apoyo. Igual que si se dedica a la jardinería. Es lo que tenemos que hacer los padres, ¿no? La música y cualquier faceta creativa tiene sus dificultades y algunas las conozco, pero la experiencia personal no tiene porqué ser la misma. No puedo pretender saberlo todo, porque no es así. Además, el mundo cambia a una velocidad increíble y quién sabe si mis consejos suenen a historias del abuelo Cebolleta.

¿Lo que más echa de menos de España? ¿Volverá?

Las aceitunas. Vuelvo siempre. España no se ha ido a ningún planeta inalcanzable. Este verano que viene en el 2022 estaré por ahí, cantando y comiendo aceitunas.

Y ya para terminar. ¿Su lema permanente de vida?

Y mañana ¿qué?

 

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