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ENTREVISTA

Martín Bianchi: «Buckingham es un granero al lado del Palacio Real de Madrid»

Llegó a Madrid con la intención de hacer un máster y apenas 10 años después Martín Bianchi es redactor jefe de ¡Hola!, la revista que idolatraba desde pequeño en su Buenos Aires natal. El periodista se mueve como pez en el agua entre los royals y celebrities internacionales- a algunos de los cuales ya considera amigos- por eso no es de extrañar que su debut literario lo dedique precisamente a la realeza, por la que siempre ha sentido verdadera fascinación. Risueño, rápido, perspicaz y hablador nos desvela los secretos que se esconden tras “Crista y Baby”, las hijas de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, una biografía histórica novelada de dos niñas a las que cuesta no comparar con Leonor y Sofía.

 

Agradezco enormemente al autor los esfuerzos por buscar un hueco en su ajetreada agenda para conseguir mantener la animada charla que están a punto de leer.

 

 

 

¿En qué momento decides que este libro se lo quieres dedicar a Crista y Baby? ¿Por qué te atraen estos personajes?

 

En realidad cuando tuve las primeras reuniones con la editorial yo quería escribir sobre otra cosa, iba con otras propuestas, otras historias sobre la realeza y la aristocracia pero me dijeron que mi idea estaba un poco alejada de lo que buscaban y fueron ellos quienes me propusieron que investigara sobre las hijas de Alfonso XIII. Me puse a indagar un poco y la verdad que me encantó. En cuanto empiezas a investigar te das cuenta de que hay unas líneas argumentales sobre sus vidas que permiten contar este relato, así, ficcionado. Mi mayor miedo con este tema era si realmente iba a tener suficiente material para poder contar sus vidas o que tuvieran esos puntos dramáticos, esos giros necesarios en toda novela. Pero no hubo ningún problema porque los encontramos. 

 

Al leerlo es inevitable encontrar ciertos paralelismos entre las hijas de Alfonso XIII y Leonor y Sofia, ¿Puede que haya alguna similitud?

 

Sí. Hay alguna similitud en el sentido, digamos, de que son dos niñas en palacio en una época en la que su padre es el rey y tiene que lidiar con un momento dificilísimo en la historia de España. Yo creo que hasta ahí, sí hay similitudes. Luego es evidente que hay millones de diferencias: desde que Baby y Crista vivieron en el Palacio Real en pleno centro de Madrid en una época que además es muy interesante, con una vida de corte, es decir, los reyes eran atendidos y servidos por una corte, los nobles hacían cola para atenderles. Según el grado de antigüedad podían servir en cada momento del día a los reyes e incluso el pueblo entraba en el palacio. Tenían esa antigua tradición en la que las puertas de palacio estaban abiertas y hasta el pueblo podía ver cómo trabajaban y vivían sus reyes… eso es algo que se perdió. Las infantas hoy viven en Zarzuela de una forma más alejada de lo que era vivir en el Palacio Real en aquella época. 

 

¿Crees que los reyes cometen un error no dando a sus hijas más visibilidad? Ya no es que te caigan bien o mal es que directamente, no se las conoce…

 

Yo creo que en cien años han cambiado muchísimas cosas. Hace un siglo evidentemente los menores de edad no tenían tantos derechos como tienen ahora y eso es importante. Baby, Crista y sus hermanos desde muy pequeños tenían una agenda oficial cotidiana. Compatibilizaban sus estudios con sus juegos y con sus labores oficiales y es cierto que estaban muy expuestos. También hay que tener en cuenta que los medios eran menos. Había menos medios de comunicación, no existían las nuevas tecnologías, ni los móviles, ni los micrófonos, ni las cámaras… Todo estaba más contenido, más controlado y  creo que hoy en día tiene sentido que por más que sea la princesa de Asturias y su hermana la infanta, no dejan de ser menores de edad, con sus derechos, que los tienen todos los niños por igual. Por ahora, en ese sentido se ha hecho muy bien. Evidentemente una es la heredera del trono pero no deja de ser una niña y entiendo a los padres, que además de reyes, son padres que protegen su intimidad. Hay que pensar que nos encontramos en un periodo de transición. Leonor será mayor y tendrá unas obligaciones y unos deberes y eso va a ocurrir. Quiero decir, que no va a ser un misterio para nadie. Los cambios son cada vez más rápidos, más grandes, de hecho, hubo el anuncio de que Leonor se va a ir a estudiar dos cursos a Gales y yo creo que en estos años sí que vamos a ver cambios en ese sentido. Es importante subrayar que Baby y Crista ni siquiera pudieron tener una formación oficial. Ellas querían ir a un colegio y sus padres no las dejaron y no pasaba nada. Hoy sería imposible, sería un escándalo. 

 

Dices que la vida en la corte era algo completamente distinto a la actualidad pero, era mucho más glamourosa. Había protocolo, frac, el uniforme de los húsares… y ahora los reyes casi que parecen ciudadanos normales, unas celebrities más…

 

Yo creo que cuando se restauró la monarquía tanto el rey Juan Carlos como la reina Sofía decidieron- no sé si hablado o no,- pero quedaron en no tener corte. Un poco por los antecedentes de ambos porque el rey Juan Carlos conocía la historia de su abuelo Alfonso XIII y cómo la corte en muchas ocasiones le perjudicó, tuvo mucho que ver en su caída. Por su parte, la la reina Sofía se crió en Grecia, donde tampoco tuvieron una corte como tal. Vivían de una manera muy sencilla, en el palacio de Tatoi,  a las afueras de Atenas y allí llevaban una vida muy rural, campestre, diferente a las otras monarquías de la época en la que ella creció. Con esta fusión, estos antecedentes, que no tenían mucho que ver entre sí, pues se reinstauró la monarquía y ya no hubo corte. Esto no es una decisión de Felipe o de Letizia, es una decisión heredada y sería difícil ahora reinstaurarla. 

 

Si fuera por mí sería estupendo que hubiera una corte con grandes de España, con honores, con orden jerárquico… Me parece un ejercicio de coordinación demencial. Imaginemos lo que sería en esa época, desde que te levantas hasta que te vas a dormir que tu vida esté todo el tiempo rodeada de personas interesantes. Luego ya vivir en el palacio real sería todavía más interesante. Vivir en el Palacio Real de Madrid no tiene nada que envidiarle al Palacio de Buckingham, porque realmente, Buckingham es un granero al lado del Palacio Real de Madrid, no sólo por el tamaño, sino también por el nivel de riqueza artística, arquitectónica, todo… Vivir la vida del palacio sería una de las cosas que me encantaría. 

 

Antes la vida de la corte era muy estricta y muy agotadora. A mi parecer influyó mucho en Alfonso XIII y Victoria Eugenia… ese cansancio, esa extenuación de esa vida porque era mucho más exigente que en la época actual. Hoy hablamos de que los personajes públicos, -como un jefe del estado o un presidente del gobierno,- no tienen vida privada, pero en ese momento literalmente no existía porque vivías todo el tiempo rodeado de muchas miradas, que eran indiscretas, que no eran ni tu entorno familiar ni a los que tú querías. Estabas expuesto todo el tiempo y muchas de las cosas que ocurrieron en esa época tuvieron que ver con esa exposición. 

 

Es también muy evidente el paralelismo entre la España actual y la España que describes en el libro con ansias independentistas en Cataluña, crisis, malestar general, el parlamento muy dividido… ¿No hemos cambiado nada en cien años?

 

Nada. Yo que soy argentino y llevo diez años en España y obviamente tuve que asimilar y sumergirme en muchos aspectos históricos de este país, no sé si todos los españoles saben qué es lo que ocurría hace cien años en España pero, sí, en cuanto indagas un poco, ves las hemerotecas, los periódicos de hace cien años, de 1910, década del 20, es impresionante cómo efectivamente no ha cambiado nada, estamos absolutamente atorados en las mismas dificultades. El movimiento republicano, que tampoco es una mayoría porque un gran error en el que cae mucha gente es decir que Alfonso XIII se fue porque ganaron los republicanos las elecciones y eso no fue así. De hecho, a nivel de votos ganaron los monárquicos. Sencillamente en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona ganaron los republicanos pero, a nivel de votos, la mayoría era monárquica. Ahora existe esa parte de malestar con la monarquía, está el independentismo catalán, que ya estaba en esa época y ya para Alfonso XIII era su mayor dolor de cabeza. De hecho, cuando se fue al exilio una de las primeras cosas que dijo fue: “Espero que Cataluña no declare una república”, que fue lo primero que ocurrió en cuanto se fue (risas). 

 

¿Cómo crees que influyó en la familia la revolución bolchevique y el asesinato de los zares? ¿En cuanto vieron que aquí podía pasar algo parecido aceptaron el exilio sin prácticamente oponer resistencia?  ¿Crees que está relacionado con eso?

 

No, yo creo que la revolución rusa y los asesinatos de los zares los marcó muchísimo a nivel personal. Eso sí. Sobre todo a Victoria Eugenia que era prima de la zarina, Alexandra. Eso personalmente muchísimo. Les marcó a ellos y a todas las monarquías europeas porque eso sentó  un precedente desde la revolución francesa, en el que  básicamente los reyes no sólo podían perder el trono, sino también la vida. Eso entrando en el siglo XX. 

 

Como decisión estratégica, política, yo creo que él decidió irse, no por miedo a perder su vida, si no más bien por no desatar una guerra. Una guerra que en realidad con su decisión lo único que hizo fue postergarla unos años. Lamentablemente él lo que quería evitar era una guerra civil, que empezaran a pelearse españoles contra españoles por quién era monárquico, quién republicano y entonces  dijo: «doy un paso al costado, un paso atrás», pero lo único que consiguió  fue postergarlo muy poco tiempo. Finalmente esa guerra civil llegó. 

 

Martín me hablabas antes del palacio real. Está tan bien descrito que parece que hayas vivido allí. Hay una cosa que me llama mucho la atención que es el lenguaje. Lo has adaptado a esa época, un guiño a la lengua antigua, a las abuelas… El libro que es histórico, has decidido hacerlo novelado. Esto como sabes tiene muchos detractores, hay a gente que le gusta mucho, es más comercial, pero luego pasa como con Pilar Eyre que dicen que se inventa la historia. ¿No te ha dado miedo que te pudieran acusar de eso?

 

Era mi mayor preocupación -se ríe a carcajadas-. Mi mayor obsesión porque yo soy periodista, no soy novelista. No me considero ni novelista, ni escritor, yo me considero periodista y bueno, he hecho este libro con muchísima ilusión pero no me considero escritor. Soy un periodista que cuando he hecho reportajes y sobre todo, largos reportajes, sí que me he permitido recrear escenas, recrear situaciones y me gusta mucho ese recurso porque es la mejor manera de que el lector quede atrapado. Le decía a mi editora casi a diario: “es que esto no es así” o “esto me lo he inventado” y me decía: “no te preocupes, para eso es una ficción y está en esa categoría” pero, para mí era mi mayor preocupación y la mayoría de las cosas que cuento son reales porque están documentadas, porque están contadas por ellas o por familiares pero… siempre te queda esa duda. 

 

¿Qué has utilizado para conseguir esa documentación tan minuciosa: hemeroteca, libros, biografías?

 

He utilizado muchísimo la hemeroteca del Palacio Real, el archivo de palacio que es espectacular porque tienen documentado todo. Tienen las facturas de lo que compraban, sus cuadernos de estudio, sus pizarras, todo. La verdad que es muy interesante el archivo para ver un poco cómo vivían, bucear y hacer ese puzzle de cómo era el día a día en palacio, de todo lo que vi ahí pues, cuento poco porque tampoco viene a cuento pero podría haber detallado hasta los menús que tomaban cada día.  Es abrumador el nivel de detalle con el que está todo documentado, desde el champán que tomaban, lo que cenaron tal día… 

 

También consulté el archivo y la hemeroteca de ABC, que al ser el periódico más antiguo tiene unas crónicas muy detalladas,  te das cuenta que se hacía otro tipo de periodismo, con crónicas muy exhaustivas llenas de  detalles. Eso también define el nivel de acceso que había antes. Se contaba día a día la vida en la corte con un nivel de detalle que hoy sería impensable. 

 

¿Algún libro que haya sido clave a la hora de proporcionarte información?

 

Hay uno que se llama “El ocaso del reinado de Alfonso XIII”. Es un librito pequeñito de M. de Almagro de San Martín, del año 30. Es fabuloso. Para mí ese libro es una delicia, porque es pequeñito, se centra únicamente en las últimas semanas del reinado y las primeras del exilio y está escrito en el momento en que iba ocurriendo todo. Era una persona que tenía acceso claramente a fuentes muy cercanas en el entorno de la familia real que le contaban  muchísimos detalles y anécdotas. Para mí es un hallazgo que utilizaría siempre. Está lleno de cosas y detalles espectaculares. 

 

Volviendo a la trama. ¿En qué medida crees que afectó al destino de la familia y también un poco al destino del matrimonio, la maldición de los Battemberg?

 

Hay quien te va a decir que no influyó nada y hay quien te va a decir que sí. Es un poco contradictorio. Según a quién leas: de la Cierva, Ansón… algunos te dirán que en realidad eso no influyó, ni siquiera en la mala relación del matrimonio  y otros que sí. Como en cualquier matrimonio,- vamos a olvidarnos de que eran reyes,- si tienes unos hijos enfermos eso, o te une mucho o te destruye. Yo creo que a ellos sí que les afectó y en definitiva destruyó el matrimonio. Mientras que en el caso de los zares de Rusia la hemofilia del zarevitch los unió muchísimo y fueron un matrimonio unidísimo que se amaban, que murieron juntos, que estaban dispuestos a morir juntos y a lo que fuera, en el caso de Alfonso XIII y Victoria Eugenia ese problema minó la relación, pero tampoco hay que olvidar que había otros antecedentes: Alfonso XIII tenía sus historias y antes o después el distanciamiento entre ellos hubiera ocurrido igual. Vivían a ritmos completamente diferentes. La reina estaba totalmente entregada a su labor como madre, a sus hijos, mientras que el rey, como el 99% de los hombres en 1910, 1920, hacía su vida. Sus deportes, sus salidas, sus trabajos, sus mujeres… como muchísimos hombres en la época. 

 

Una cosa que no sé si será verdad o no es el romance de Baby con Miguel Primo de Rivera. ¿Eso pasó de verdad?

 

Fue totalmente verdad. El gran primer amor de la infanta Beatriz fue con uno de los hijos de Primo de Rivera. De hecho, ya publicado el libro y demás, me empezó a escribir gente del entorno familiar que guarda hasta cartas de amor de ellos dos… 

 

¿Te da para otro libro eh, Martín?

 

Totalmente. Directamente era un amor imposible, pero imposible no tanto por los reyes, que seguramente ellos no lo consideraran serio, si no sobretodo porque Primo de Rivera, el dictador, se opuso terminantemente a esa unión. Primo de Rivera estaba horrorizado con que un hijo suyo pudiera tener un noviazgo o casarse con una infanta de España pero, no horrorizado porque sí. Simplemente  no consideraba digno, a la altura el que un hijo suyo pudiera emparentar con la familia real – él siendo militar, para quienes los rangos y las jerarquías son imprescindibles, pues su familia no tenía nada que ver, no había nada que hacer allí. Po eso lo mandó a Estados Unidos. El hijo era artista, escultor, muy bohemio, era muy… bueno, nada que ver con el padre… Lo mandó a EEUU para hacer labores de representación de España, en la  oficina de turismo, pero también a estudiar. Ahí salió ganando el hijo porque se fue a vivir a Nueva York, tenía su taller.. pues fenomenal. 

 

Vamos a cambiar de tercio. Me imagino que ya tendrás un siguiente libro en mente y a un personaje al que te gustaría dedicarselo pero claro, no sé si has intentado recuperar las ideas que tenías iniciales, si ya estas pensando en otro…?

 

Ahí estoy todavía, la verdad que no me decido. Así como pista, es una cosa muy vinculada a los Borbones y es una historia como secundaria, de la familia pero muy interesante. A mí me interesa mucho. Vinculada a la realeza, pero moderna. Con un punto muy moderno y muy actual, así me gustaría abordarlo.

 

Como te fascina la realeza, te propongo que hagamos un juego rápido:

Yo te digo un personaje y tú me dices qué libro le regalarías:

 

La reina Leticia:

 

No lo sé… alguna historia de la familia real “desde ya” pero vamos, seguro que ya se ha leído todo porque como buena periodista nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo siempre. Me gustaría regalarle alguno sobre la realeza.

 

A la infanta Leonor:

 

Me encantaría que se leyera mi libro- sonríe tímidamente. De hecho, este libro lo escribí un poco pensando en quién piensas que te gustaría que lo leyera. Mientras lo escribía pensaba en los familiares que viven porque ambas infantas tienen descendientes, algunos de ellos los conozco, lo escribí pensando en ellos, limita mucho. Y me encantaría que Sofía también lo leyera. Porque seguramente se sentirían identificadas en muchas cosas y en otras cosas no claro.

 

 

No se si eres team Meghan Markle o team Kate Middleton, elige una de las dos:

 

No lo sé, tendría que pensar. A Meghan le regalaría sin duda algún libro de los duques de Windsor que seguro que le interesará Wallis Simpson y toda esa historia. Se sentirá muy identificada. Y a Kate, alguna buena biografía de la reina Isabel. Que vea lo que le va a tocar. Que vea lo que cuesta ser reina. Aunque sea consorte yo creo que va a cambiar. Yo creo que Kate va a ser reina. No va a ser como en el caso de los duques de Edimburgo. Yo creo que en estos tiempos, Inglaterra tiene que tener rey y reina. Como ocurrió en otras épocas. 

 

¿Y a la reina de Inglaterra?

 

A una persona con casi 100 años y 70 de reinado.. ¡Yo qué sé! Pues algún libro de caballos, algún libro de caza, algún libro de perros, el campo… pues algo de eso. 

 

No sé si tienes un autor predilecto de referencia, alguien de que te lo hayas leído prácticamente todo…

 

Bueno, tengo muchos pero… es que me gustan cosas muy diferentes. Toda la vida me gustó mucho Balzac, porque era algo que leía desde muy pequeño, que me dió mi madre y que luego tuve que estudiar mucho en el colegio, cuando hacía el bachillerato internacional, como va a hacer Leonor. Teníamos que leer mucho autor extranjero. 

 

En mi mesilla tengo dos libros que siempre me llevo a todos lados que son: El pobre Goriot de Balzac y el Gran Gatsby de Fitzgerald, que son mis dos libros de toda la vida. Va pasando el tiempo y como los adolescentes, que no evolucionan. Más actual, Jonathan Franzen es un autor que me encanta y sus novelas me vuelan la cabeza porque son bestiales de extensión, de detalles, de cotidianeidad, de unas cosas que en realidad no cuentan nada pero están contando pues toda la vida de una persona. Me encantan también sus ensayos. Ahora también tengo The Paris review. 

 

 

¿Un género en concreto?o ¿Lees de todo?

 

Leía de todo pero cada vez leo menos. Tengo menos tiempo, estoy más cansado, me cuesta más pero, de novela… soy de estos que empieza los libros pero luego no se acaba ninguno. Es horrible.  Ahora estoy leyendo “Nuestra parte de noche” de Mariana Enríquez. 

 

 

Biografía: No es lo que más me gusta pero al final es  es lo que más tengo que leer. Me estoy leyendo en inglés Lady Glenconne, que era una dama de compañía de la princesa Margarita, cuyo marido era duque y dueño de la isla de Mustique. Es un libro espectacular. No está en español lamentablemente pero, estará. 

 

Ensayo: “White, blanco”. Ensayos de la vida. De la cultura pop… Me encantó. Habla de todo, desde cómo era el porno en los 80 hasta American circle. Movimientos culturales de los últimos años. 

 

Un libro de la infancia: Ahora hay una biografía de Silvina Campo nueva y, ahora que está un poco de moda, la hermana de Victoria, hay un cuento de ellas de Silvina Ocampo que me impresionó mucho que se llama “Las invitadas” y no es un libro como tal, es un compendio de cuentos de ella. Luego siempre están los clásicos como El Principito, Facundo Quiroga… “Anaconda”. En el colegio los típicos de cuando eras pequeño, leía cosas de autores argentinos y que eran bastante retorcidas. Jajajaja. Y luego cuando los he revisado con una edad he dicho: ¿Por qué nos daban a leer esto si éramos niños?

 

 

¿Hay algún personaje literario del que crees que  te enamorarías locamente en la vida real?

 

Sí, muchos. Pues de El pobre Goriot Goriot, el personaje principal, es del que llevo enamorado toda la vida. Eugene de Rastignac. Es un personaje que yo creo que abunda en la vida real todo el tiempo. Esa gente que quiere superarse, que quiere ser alguien en la vida – algo que está fenomenal pero, Rastignac está dispuesto a cualquier cosa por llegar ser alguien.- Eso es terrible pero estamos rodeados de muchos. Siempre que quiero hablar de alguien mal pero bien..  digo: “Ahí va un Rastignac”. Además lo bueno es que casi nadie lo entiende. Triunfar o tener éxito es lo más lícito del mundo pero claro, esos personajes están dispuestos a matar a sus padres, a sus mujeres.. así que desde siempre es un personaje que me ha tenido enamorado. Mr Ripley también sería un Rastignac. Me atraen os malos pero que tienen humanidad. Los personajes complicados, son los que más me gustan. 

 

¿Qué personaje de la actualidad te queda por entrevistar?

 

Dentro de lo que me dedico yo, la crónica social… Me gustaría entrevistar al rey Juan Carlos, a la reina Letizia. Como periodista o como persona. Como ellos quieran. ¡Que se manifiesten! Como ellos quieran.

 

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