Hay quien dice que la irlandesa Sally Rooney le tiene tomado el pulso a la realidad. En Estados Unidos causó gran revuelo su primera novela, Conversaciones entre amigos, y levanta grandes pasiones la segunda, publicada en 2018; la serie de televisión basada en ella, recién estrenada, también. Según el New York Times es la primera gran escritora de la generación millenial. Gente normal, novela que discurre en Irlanda pero podría ocurrir en cualquier parte, es una historia de amor (y sexo) joven que no recomendaríamos al lector demasiado joven: necesita de una perspectiva de madurez.
La historia está contada con un lenguaje narrativo pedestre, coloquial; pero nunca descuidado. Cada palabra está pensada y no sobra nada. En escenas sucesivas, se nos van mostrando imágenes y situaciones que retrospectivamente adquieren toda su relevancia. La “gente normal” del título, ¿son los protagonistas Marianne y Connell, o los demás? Ellos son diferentes, más inteligentes, más sensibles, más atormentados. Tienen un lenguaje común que sólo ellos entienden, fruto y también causa de esas cualidades. La novela recorre sus vidas durante cuatro años, entre el último curso de instituto en un pueblo del oeste de Irlanda hasta el último de la universidad en Dublín. El foco está puesto en ellos en todo momento; los personajes secundarios apenas están esbozados, lo justo para aportar perspectiva. Los vemos alejarse y volver una y otra vez, entrar y salir de otras relaciones, incapaces de olvidarse y también de ser definitivamente felices. En más de una ocasión expresan el deseo de ser “normales”, aunque intuimos que lo dicen con la boca chica. Porque Marianne, que viene de una familia terrorífica, sin embargo es como es, con sus fantasmas y sus heridas, y no es concebible de otra manera. Connell iba para hombre feliz, hombre equilibrado, de no ser por ese amor que, a su vez, lo condiciona y lo explica. En el instituto, Marianne muestra una fuerza poco común; esa fuerza va perdiéndola a la vez que muestra su vulnerabilidad, y Connell corre peligro de ser arrastrado con ella. La evolución de estos personajes, como el progreso, no es un avance continuo; más bien un vaivén.
Gente normal es una historia de contrastes: amor y dolor, dulzura y aspereza, amargura y refugio. Hay crueldad; hay incluso brutalidad. En cada momento predomina alguno de estos elementos. No es una novela confortable, de esas que sabemos que van a terminar bien. (En realidad no termina, sino que en un momento determinado nos encontramos con el punto final, ¿dejando la puerta abierta a un “continuará”?) Los protagonistas, por su madurez y su inteligencia, son extraordinariamente lúcidos: Marianne es consciente de que Connell “le trajo la bondad como un regalo y ahora le pertenece a ella”. Ahora, no antes. Porque, en definitiva, la clave está en la familia. Connell es hijo de madre soltera, joven, sensata, trabajadora y volcada en él. La familia de Marianne es no-familia, familia de la que ella no puede fiarse ni depender, familia que es peor que no tener familia. La novela, leída con esa idea en mente, adquiere todo su sentido. Sally Rooney vuelve a explorar ese tema inagotable y siempre nuevo de cómo la familia nos marca inevitablemente y para s
Puedes ver la serie en StarzPlay y PrimeVideo. Pincha aquí para ver el trailer.
