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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Una rueda cuadrada

He recordado que no he sido exhaustivo recogiendo los grandes momentos de Los anillos de poder. Me lo han recordado, en realidad, en los apasionantes debates (todos amables, por cierto) que se han producido tras publicar mi artículo. Alguien me decía que no había modelos normales, heteronormativos y tal. Yo cité, entre otros, a Largo Brandyfoot. Y entonces se me repuso que el tipo era un desastre. Quizá porque yo también, lo veo un padre de lo más ortodoxo. Tiene los fallos propios de nuestro sexo y, si se lesionó, fue ayudando a su hija, ojo. Encajaría perfectamente en un elogio a la familia imperfecta por el maestro Luri.

Cuando él dice de sí mismo, virilmente: «Menudo padre, no te he enseñado nada», su hija Elenor, naturalmente, le contradice. Entre las cosas que ella enumera que le ha enseñado destaca esto tan descaradamente anti-woke: «Que un Peloso sin modales llega tan lejos como una rueda cuadrada». Maravilla, los modales. Estupendo que sea una lección paterna. Y, finalmente, qué finura de comparación, porque ya decimos en España que «las buenas maneras / abren todas las barreras», pero —en la misma línea— es más aventurero lo de la rueda… Cómo fluye que las buenas maneras rueden, suavemente, como, sin duda, lo hacen.

Como también a nosotros nos enseñaron modales, ante esta escena, no debería olvidárseme dar las gracias.

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