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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

S.O.S.

Necesito ayudas. Una por cada letra. Vayamos con la primera S. Le dejé mi Diario de la felicidad a alguien. Ahora Ediciones Sígueme ha sacado por fin la segunda edición y quiero aprovechar para volver a recomendarlo. El problema es que no sé a quien dejé mi volumen y me haría falta para leer mis notas al margen y mis subrayados. Si el feliz prestatario recibe este mensaje de auxilio, por favor que acuda en mi ayuda.

Es la maldición de los libros que más nos gustan. Son los que más prestamos y, a la vez, en vertiginoso círculo vicioso, los que más necesitamos.

Segunda llamada de auxilio. La O. Resulta que me da muchísima rabia la gente que no cumple sus promesas. Sin embargo, yo, a veces… Nunca por falta de voluntad, sino por falta de memoria. Empezar a apuntarme mis propias promesas en un apartado ad hoc de mi móvil me hizo ser más cuidadoso con lo que prometía. Mucho más. Pero todavía hay veces que se me olvida. Si usted es el desengañado depositario de una palabra mía, y la he olvidado, por favor, demándeme por privado su cumplimiento.

Tercera llamada de auxilio. S. Anoche veía Fahrenheit 451 con mis hijos (Leonor está de viaje de trabajo). Y de pronto, en una escena, se abrazan apasionadamente Guy y Mildred Montag y los niños empezaron a dar grititos de incredulidad: «¡Pero si están casados! ¿No son matrimonio?». Saltaron todas mis alarmas. La ficción les ha enseñado que el apasionamiento es algo extramatrimonial. No sé —pregunto— si Leonor y yo, tan modositos en su presencia, estamos obligados a hacer algo.

Acabo de enterarme, por cierto, que S.O.S. es el acróstico de Save our souls. Más apropiado que para un naufragio, me parece, en consecuencia, para nuestra civilización postmoderna.

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