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Reseñas
literarias
Iván Teruel

Somos el fracaso de Cataluña

por:
Pilar Marcos
Editorial
Libros del lince
Año de Publicación
2021
Categorías
Sinopsis
Este volumen traza un breve recorrido por la situación sociopolítica de Cataluña desde la llegada de miles de familias en los años sesenta del siglo XX hasta el momento en que arrancó el proceso independentista en el año 2012, con el objetivo de mostrar el caldo de cultivo previo que posibilitó todo lo que vino después, pero atendiendo, sobre todo, a las vivencias anónimas y cotidianas de una parte de la sociedad catalana: los otros catalanes, como los llamó Candel, los desarraigados, como los llamó Pujol refiriéndose a los andaluces, los nadie de los que hablaba Galeano. Porque nada surgió de la nada. Y en algún momento había que contarlo.
Iván Teruel

Somos el fracaso de Cataluña

Iván Teruel es “el quillo ilustrado”. Así le tildaron sus compañeros de trabajo con ese punto de conmiseración hacia el ser inferior que, contra pronóstico, logra hacerse un mínimo hueco en una sociedad cerrada: “resultaba extraño que siendo hijo de manchego le gustaran y se le dieran bien los estudios”.

Teruel es un “quillo ilustrado” que -¡hay que ver!- tiene una buena dicción del catalán y, siendo charnego de tercera generación, ha logrado ir a la Universidad, sacarse una plaza como profesor de Lengua española en un instituto de Girona, y -encima- escribir y publicar más de un libro. Fue un “quillo ilustrado” que, durante toda su juventud, intentó integrarse en el catalanismo dominante. Hizo todo el esfuerzo por aceptar como natural el marco mental del nacionalismo: “La inmersión era lo correcto, lo avanzado, lo democrático, por oposición a lo que había ocurrido en el franquismo”, porque entonces los castellanohablantes habrían actuado “como colonos lingüísticos”.

La palabra clave no es colonos sino emigrantes. Eso lo cuenta, con su habitual claridad, Félix Ovejero en el prólogo: “Emigrantes era otro más de los productos de la factoría léxica del nacionalismo”. En esa tarea, Jordi Pujol fue un dedicado orfebre. Eran emigrantes en su propio país, España. Y, encima, iban a dedicarse a explotar a los pacientes y hacendosos catalanes. Sigo con Ovejero: “ésa es la sorprendente realidad: los que mandan se describen como explotados, y muchos se lo creen”. Eso sí, unos explotados determinados a no dejarse contaminar por esos seres inferiores, esos españoles venidos del sur.

Teruel pudo disfrutar, como tercera generación (sus padres, de segunda, y sus abuelos, de primera), el “fuerte sesgo clasista ante la llegada masiva de aquellas familias de extracción muy humilde que abandonaron sus lugares de origen con lo puesto, en busca de una vida mejor”. El añadido, que arranca en la Transición, es que a ese nacionalismo excluyente y xenófobo se apunta la izquierda. El resultado es bien conocido: “cualquiera que se opusiera al nacionalismo sería acusado, a través de una potente maquinaria mediática, de pertenecer a la extrema derecha española”.

Y para evitar que te coloquen el capirote de extrema derecha, en España acabas aguantándolo todo. Para evitar ese baldón cabe todo. Cupo el procés, en su versión explícita de otoño de 2017, y también en la actual versión de suave lluvia fina -con algún que otro chaparrón- que seguimos soportando. Cupo el editorial único y cabe el desplazamiento total del español en las aulas y en la vida diaria. Cupo el ‘España nos roba’ y cabe el ‘seguimos reclamando privilegios’. Cupo y cabe todo.

El epílogo de Julio Valdeón hace una detallada comparación entre el asalto al Capitolio, el 6 de enero de este año, por parte de unos enloquecidos fans de Trump y los indescriptibles acontecimientos de septiembre y octubre del 2017 en Cataluña. Su conclusión es que lo de aquí fue mucho peor: “Los bisontes del Capitolio, execrables, duermen entre rejas. Nuestros bisontes, demagogos santificados, contaron y contarán con ser absueltos en una suerte de perdón colectivo”.

Antes de terminar, lo mejor del libro: el ensayo breve sobre los mecanismos de aceptación y rechazo en una sociedad cerrada que actúa como coda del libro de Iván Teruel. Ese capítulo, “De la anécdota a la categoría”, pide ampliación porque ofrece algunas claves de por qué es tan importante controlar la educación, e imponer un eficaz adoctrinamiento entre los más jóvenes, para todo aquel que busque, como el nacionalismo busca, controlar la sociedad del futuro.

Los niños y adolescentes tienen más miedo al aislamiento que los adultos, y son por ello el terreno más fértil para quienes pretenden imponer opiniones unánimes. Teruel lo escribe así: “Cuanto mayor es la sensación de unanimidad mayor es el miedo a expresar una opinión contraria porque cada vez deviene más alta la probabilidad de experimentar la desaprobación de los otros, y, por tanto, el aislamiento del grupo”.

 

 

Temática:
Procés, nacionalismo, separatismo y xenofobia
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Te interesan los buenos libros sobre el procés que se han publicado en los últimos años… y también si añoras “Últimas tardes con Teresa”
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El zumbido del ventilador sobre tu cabeza
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