Erraría quien se acercase a este libro buscando una novela; en realidad, y a pesar del título, tampoco es una biografía al uso, ni siquiera pertenece a ese género que ha explotado Carrere, en el que se explica la trayectoria de un personaje al tiempo que se cuentan los lances a los que se ha enfrentado quien escribe. Se trata, más bien, de una obra de análisis literario, en la que Auster justifica su admiración por Sthephen Crane, un escritor americano considerado hasta la fecha menor.
A juicio de Auster, Crane cambió la forma de entender la literatura. Y da muestras de ello estudiando, al modo de un científico, su vida y obra. Algo de esos personajes fantasmagóricos y ojerosos a los que nos tiene acostumbrados Auster tiene Crane, eso es indudable, pues no paró de deambular a lo largo de su existencia: nacido en una familia de religiosidad escrupulosa, tuvo problemas con el alcohol, frecuentó prostitutas y vagabundeo por el espectro más siniestro de la sociedad. Admiró el oeste, ejerció el periodismo y su personalidad conflictiva le llevó a cruzar el Atlántico, donde trabó amistad con escritores de la talla de Conrad.
Como cabe ver, su biografía es rica y da para una novela, a pesar de que murió joven. O por eso mismo, podríamos decir. A Auster le interesa de Crane en la medida en que condensa el espíritu americano y los conflictos de su cultura. De hecho, el reparo principal que se le puede hacer es que aprovecha las lides en las que se ve envuelto el autor de La roja insignia del valor para ajustar cuentas con el capitalismo y el desarrollo del american way of life. En la medida en que Crane se encuentra en las antípodas de este último, representa su fracaso.
A nadie se le escapa, en cualquier caso, que Auster lee a Crane con las anteojeras del presente, con el trasfondo de un país que se avergüenza de todo su pasado, racista o no. La roja insignia del valor, la obra más importante de Crane, aborda desde un foco muy peculiar los problemas derivados de la Guerra de Secesión y que ahora, más de siglo y medio después, el conflicto siga marcando a las actuales generaciones demuestra muy vívidamente lo que ocurre cuando una nación no es capaz de encajar su pasado. Pero todo esto bien merece otra reseña.
La duda es si esta obra sobre un autor, muy centrada en la literatura y la experiencia americana, interesará a quien solo tenga un interés superficial en ambas. Es larga, recoge innumerables fragmentos de Crane y precisas consideraciones de estilo, lo que puede desanimar a muchos lectores. Para quienes no vean en esto ningún inconveniente, puede ser una auténtica fiesta.