Nic Pizzolatto (Nueva Orleans, 1975) se hizo famoso como creador, guionista y productor de True Detective, esa serie algo intensita con una primera temporada espléndida (la segunda, mucho más floja, la dejé a la mitad, y no seguí). En la cresta de la ola, publicó esta novela negra, más clásica de lo que parece a primera vista, y demostró que es también brillante escritor y no un simple producto de moda.
Finales de los ochenta. A Roy Cady, un matón a sueldo –de sueldo no demasiado alto, por cierto- le diagnostican un cáncer. Por si no fuera suficiente, su vida se tuerce por fijarse en la chica equivocada. La persecución de su antiguo jefe le obliga a huir por Texas y Luisiana, acompañado de una joven y de un bebé. Un par de décadas después, ya en los 2000, horas antes de la llegada de un huracán, la vieja historia vuelve al primer plano.
Otros autores contemporáneos habrían encallado la historia en un tono de fatalismo y desesperanza, pero Pizzolatto, por suerte, prefiere darle una segunda oportunidad a su protagonista. Sobre el fondo oscuro, la novela contiene una historia de redención llena de fuerza.
Novela de atmósfera más que de trama, con personajes bien esbozados, sus páginas se deslizan por moteles destartalados con piscina y barbacoa, carreteras secundarias, gasolineras, playas desoladas y suburbios. Los saltos temporales, que normalmente me irritan, no son cansinos y no rompen la fluidez de la trama. Y las reflexiones del protagonista, que podrían haber atascado la narración, son contenidas y en un tono creíble, sin excesos filosóficos.
Hace un par de años se estrenó una adaptación al cine dirigida por Mélanie Laurent, correcta pero algo floja, sin la potencia del libro. Aunque la fotografía hace justicia al tono de la novela, la película no logra encontrar el punto de agudeza y sensibilidad de la historia original.
Dicen que True Detective tendrá una cuarta temporada, ya sin Pizzolatto. Ojalá aproveche el tiempo libre para encerrarse a escribir otra novela al menos tan buena como Galveston: entretenimiento de calidad, con vocación de estilo y destreza narrativa.