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Reseñas
literarias
Marie Hermanson

El santuario del diablo

por:
Jesús Beades
Editorial
Siruela
Año de Publicación
Categorías
Sinopsis
«A partir de una pesadillesca premisa, Hermanson enreda, profundamente y con toda inteligencia, a su protagonista &y a nosotros sus lectores& en la oscura red que poco a poco va tejiendo».  The New York Times «Bienvenidos a Himmelstal. Ustedes, nuestros pacientes, en realidad no están enfermos. Simplemente están cansados, padecen estrés, síndrome de fatiga crónica, quizá una ligera depresión. Nosotros cuidaremos de ustedes del mejor modo posible... Disfruten de las vistas alpinas, del aire puro, de la pesca y de nuestras modernas y confortables instalaciones. Aquí, nuestros doctores están para atenderlos». Y en efecto Himmelstal, la exclusiva clínica de reposo en un valle de los Alpes suizos donde está internado Max, el hermano gemelo de Daniel, parece un lugar idílico. Hay ríos de agua cristalina, en el restaurante puede degustarse un excelente menú acompañado de un buen vino y el personal es sumamente atento y servicial. Por eso Daniel accede de buena gana cuando Max le pide que ocupe su lugar durante unos días para poder salir y solucionar un asunto de deudas con el grupo mafioso que amenaza a su novia. ¿Qué puede haber de malo en pasar una temporada en tan agradable lugar? Pero cuando su hermano no regresa en la fecha convenida, Daniel empieza a temer que ese valle sea el último lugar que verá en esta vida& Adaptada recientemente a la televisión, Marie Hermanson saca el máximo partido en esta absorbente novela a todos los ingredientes del más oscuro e inquietante thriller escandinavo.
Marie Hermanson

El santuario del diablo

Me sorprende comprobar que sólo se encuentran dos libros de Marie Hermanson traducidos al español. ¿Pues no hacía furor en España la novela negra nórdica? Un indicio de esto último es que la novela sueca que nos ocupa (Himmelsdalen. 2011) fue publicada en español (El santuario del diablo. 2012) antes que en inglés (The Devil’s Sanctuary. 2013). Ahora se reedita en la  colección policíaca de Siruela, que cuenta también con Una extraña en la playa (2015) en su catálogo. ¿Es este reeditado santuario una gran novela? En 2019 se convirtió en una serie para HBO, aunque trocando el sexo del protagonista, con el título Sanatorio. Pero empecemos por el principio, es decir, precisamente por su título.

Ni diablo ni niño muerto

Hasta los más fanáticos detractores del doblaje en el cine, hasta los más fordianos reconocen que Centauros del desierto es un titulazo superior al original, The Searchers. Así, no cabe duda de que el topónimo Himmeldalen («Valle del cielo» en sueco, «Himmel Tal» en alemán) no tiene la fuerza que El santuario del diablo, pero no sé hasta qué punto es lícito invertir los términos, pasando de cielo a infierno, aunque sea de forma irónica, hasta el extremo de que el comprador del libro pueda creer que la trama irá por derroteros por los que en realidad no va. Le añade un aura a lo Polanski desde el principio, y pensamos en su esposa asesinada y en la palabra pigs escrita con sangre en las paredes. Viendo la fotografía de portada, con una mansión imponente de fachada clásica en mitad de un valle montañoso, uno se espera el encierro delirante de El Resplandor. Algún culto satánico escondido en un apacible hotel o sanatorio alpino. Y [SPOILER leve] no hay nada sobrenatural en esta historia, nada que se explique por la sola acción de la mente, de seres invisibles o fuerzas «ocultas». Todo en el libro tiene que ver con la psiquiatría, y con la creación de un ambiente claustrofóbico, angustioso. Pero ni diablo ni niño muerto. [Fin del SPOILER leve].

Suspense pero de tranqui

La trama tiene la suficiente capacidad de enganche como para que carguemos con el tocho hasta la playa o lo leamos en el metro. Pero, advierto, no es un enganche ansioso, de los que nos llevan a pasar páginas con frenesí sin deleitarnos en los detalles ni imaginar paisajes o rostros. Se deja leer, sin más, con ese gustirrinín doméstico, tranquilote, que dan los primeros libros de Murakami (después se le fue la olla al hombre). El enredo clásico de intercambio de identidades entre hermanos gemelos se remonta a Plauto, y lo hallamos en cientos de historias de Allan Poe, Graham Greene, Stephen King, hasta en Toy Story 2. Hay ahora una serie espantosa de HBO, Echoes (Dualidad), que insiste de forma inverosímil con lo mismo. Así que lo vemos venir a kilómetros de distancia en la novela, aun sin haber leído sinopsis o contraportada, y los equívocos posteriores los intuimos al momento, con lo que se desactiva en gran medida la angustia claustrofóbica que parece buscar la autora. No obstante, seguimos leyendo con agrado.

Psicodrama

En realidad, la parte mollar de la trama no la puedo destripar aquí, para preservar el placer de los giros imprevistos (que alguno hay). Ni entrar en la explicación de por qué existe ese sanatorio en mitad de un valle inexpugnable. Lo más interesante desde una perspectiva antropológica, que tenga conexión con una problemática de la vida real, está en el meollo de la trama, que se desvela en la segunda mitad del libro. Da lugar a jugosas reflexiones y a pasmarnos ante los misterios de la mente humana y sus anomalías.

Lo menos logrado es el aspecto «conspiranoico», los mecanismos de sostén económico y estructural del ecosistema del valle, desvelados al final. Se dan explicaciones con la clásica conversación entre villano y protagonista, insertada para que el lector se entere al fin del todo, que resultan un tanto apresuradas y torponas. También la historia de sexo-amor es algo innecesaria, como si se estuviera pensando ya en su adaptación cinematográfica.

Con todo, es una novela lograda, que nos engancha con gusto, y que tiene algunos momentos que recuerdan –en formato descafeinado– a las distopías de H.G. Wells o Huxley. Y también a Esa horrible fuerza de C. S. Lewis. Que no es poco decir.