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Reseñas
literarias
Jon Bilbao

Araña

por:
Paula Fernández de Bobadilla
Editorial
Impedimenta
Año de Publicación
2023
Categorías
Sinopsis
Los protagonistas de Basilisco y de Los extraños regresan en esta nueva colección de historias que alternan pasado y presente, ficción y realidad. Jon Bilbao demuestra una vez más su maestría como narrador y su dominio sobre el género del relato. El huraño pistolero John Dunbar, conocido como Basilisco, guía a un grupo de peregrinos a través de Estados Unidos en busca del Paraíso de los Hombres, una tierra prometida reservada solo a los varones. Durante el viaje, Dunbar entabla relación con Lucrecia, hermana del iluminado líder de los peregrinos, única integrante femenina de la expedición. Jon, autor de las historias protagonizadas por Basilisco, intenta reencauzar su vida después de su divorcio. Rememora su infancia en Asturias y emprende con sus hijos un accidentado viaje de documentación por el desierto de Nevada. A su vez, Katharina, su expareja, visita París durante una tormenta de barro de apariencia bíblica y se encuentra con alguien a quien no esperaba volver a ver. Y, al final, todos los personajes, en cada una de sus épocas, se acaban topando con la Araña, figura de origen incierto e influencia dañina, que guarda un vínculo estrecho tanto con John Dunbar como con su creador.
Jon Bilbao

Araña

Para mí la sorpresa literaria de este año ha sido Jon Bilbao. Digo para mí porque Bilbao lleva escribiendo una eternidad, pero yo no he llegado a él hasta ahora. A veces voy por la vida, y por las librerías, como una liebre: así me topé con Araña (Impedimenta, 2023). Algo vi en la ilustración del bisonte de su cubierta —de Craig Kosak— que me cautivó, y compré el libro sin pensarlo dos veces y sin saber que era el tercero de una trilogía. Tampoco me importó mucho cuando me enteré a mitad de libro, que se lee de un tirón y no necesita el contexto de los anteriores para disfrutarse —aunque lo primero que hice al terminarlo fue comprarme los otros, claro—.

Jon Bilbao escribe con una limpieza y una precisión que atrapan. Sus palabras no están gastadas por el uso pero encajan con muchísima naturalidad, y así va creando un mundo único que solo puede ser suyo. Yo siento, más que veo, un sentido del humor que asoma de vez en cuando, a pesar de lo intensos que son algunos de los personajes. Y me bebo sus relatos sin que me detengan las barbaridades tan tremendas que cuenta como si nada, como en esa imagen del hombre que camina por el desierto, «un bosque que en lugar de sombra arrojaba luz», arrastrando tras de sí las cabezas recién cortadas de su mujer y sus hijos. ¿Por qué no sufro cuando leo a Bilbao? No tengo ni idea.

En Araña hay dos líneas argumentales, igual que en Basilisco, la primera de las tres novelas: por una parte está Jon, viviendo en el presente, escritor de libros del oeste, y por otra está John Dunbar, alias Basilisco, el arisco pistolero que protagoniza el territorio fantástico creado por el autor. Entre ambos universos hay conexiones que a veces aparecen como guiños y otras son prácticamente físicas, dándole un toque mágico al asunto que yo no termino de entender, pero que me da un poco igual. No estorba mi disfrute de la lectura. También creo que las historias de Jon y las de Dunbar funcionarían solas, sin necesidad de entrelazarlas, y que podrían ser libros independientes. Pero tampoco me importa que me las presenten así. Y aunque ambas me las leo con el mismo interés, si tuviera que escoger me iría de cabeza a por las de Dunbar y el Oeste. 

No sé por qué hay escritores a los que seguiría ciegamente me cuenten lo que me cuenten y otros a los que dejo de leer sin piedad en cuanto los veo manosear temas que deberían tocarse solamente cuando uno tiene la destreza más ligera. Bilbao escribe bien sobre violencia, escribe bien sobre sexo y escribe bien sobre amor, tres cosas tan arriesgadas que basta un adjetivo mal colocado para entrar en lo vulgar o, peor aún, en lo ridículo, y que se te caiga el libro de las manos. Pero este hombre es otra cosa: «Lucrecia cerró los ojos y se mordió el labio inferior. Por fin guardó silencio. Él le acarició los pechos, cuyo peso no le dejaba de sorprender. Se los besó hasta que ella volvió a reír. Le encantaba oírla reír. Nunca había pensado que eso fuera tan importante. Le gustaba todo de ella y se preguntaba cómo era posible, si él solo veía los defectos del prójimo, e igual le sucedía consigo mismo». Ante la duda, la prueba del algodón para saber qué tipo de escritor tenemos delante es preguntarse lo siguiente: «¿Dejaría yo que Bilbao escribiese una escena de sexo conmigo de protagonista?» Sí, claro. Pues no hay más que hablar.

Más que contarles de qué van estos libros unidos por sus personajes (Basilisco, Los extraños y Araña, ese es su orden), yo lo que querría es que ustedes se acercaran a ellos sabiendo lo menos posible, como llegué yo, y se arrellanasen en el sofá con los pies descalzos recogidos bajo un cojín dispuestos a dejarse sorprender. Y aunque Basilisco fue el primero, yo empezaría por Los extraños, si es que el tema del oeste les echa para atrás. Esa novela corta y maravillosa que sucede en Ribadesella, en la que la tensión está tan bien controlada y la curiosidad te hace ir pasando páginas sin darte cuenta, con una cubierta como de algodón de azúcar con ovnis. En cualquier caso, poco importa el orden aquí, aunque parezca extraño. De modo que empiecen por el que les dé la gana. Pero empiecen.