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Reseñas
literarias
Teresa Durán

50 cuentos para entendernos mejor

por:
José María Contreras
Editorial
Edelvives
Año de Publicación
2020
Categorías
Sinopsis
Este libro es un compendio que reúne 50 cuentos tradicionales de distintas épocas y lugares narrados por la prestigiosa narradora e investigadora Teresa Duran. Dividido en cinco secciones, en razón de su categoría temática, congrega cuentos muy populares entre los lectores y otros menos conocidos. Cada relato aparece precedido por una introducción que lo vincula con temáticas, emociones y comportamientos que ayudan a entender el mundo de hoy. Medio centenar de cuentos de distinta tipología y procedencia que acercarán al lector a la comprensión de la realidad, ya sea a través de una lectura autónoma o compartida con los adultos.
Teresa Durán

50 cuentos para entendernos mejor

El título del libro es mejorable, no así los textos de Teresa Durán ni las ilustraciones de Marion Arbona. Y digo que es mejorable porque con lo de 50 cuentos para entendernos mejor da la sensación de que el volumen peca de moralizante, como si fuera una especie de recetario psicoafectivo, una infalible y tediosa escala hacia la fraternidad, y no es así.

Por supuesto, la literatura infantil siempre ha tenido una pretensión pedagógica, pero deja de ser literatura cuando se instrumenta hasta el punto de olvidar su imprescindible goce estético y lúdico. Según el principio horaciano, habría que enseñar deleitando, y cuando solo se enseña ―o “ensaña”, que diría una errata afortunada―, podremos estar ante una clase o una catequesis, pero no ante lo que entendemos, en su sentido artístico, por literatura. Y este libro, publicado por Edelvives en el 2020, es 50 veces literario.

Más atinado, aunque entiendo que menos comercial, es el subtítulo: Antología de cuentos tradicionales. Los escoge y reescribe Teresa Durán, tomándolos de distintas tradiciones y tipos, pero, como explica en la presentación, podrían clasificarse en los siguientes subgéneros: mitos y leyendas, tradiciones cosmogónicas y etiológicas, cuentos maravillosos, cuentos de animales, cuentos de costumbres y casos o chistes. Sin embargo, en el libro se agrupan en las siguientes categorías: relaciones entre fuertes y débiles, relaciones entre lo que está bien y lo que está mal, relaciones afectivas, relaciones de causa y consecuencia y, por último, relaciones picarescas, absurdas o ingeniosas.

Esta clasificación, está claro, no se dirige tanto al lector infantil como al adulto, ya que el libro, aunque no de forma exclusiva, está pensado para la lectura en voz alta; así lo demuestra, por ejemplo, el estupendo ritmo que impone Durán a su prosa o la abundancia de onomatopeyas y aliteraciones. La oralidad es un factor fundamental en la literatura infantil: en primer lugar, porque va dirigida a un público más oyente que lector; en segundo lugar, porque si bien toda literatura se origina en lo oral, las leyendas y cuentos folclóricos, que están en la base de buena parte de las historias hoy consideradas infantiles, no conocieron el soporte escrito hasta antes de ayer. Por tanto, esa oralidad primigenia, en la literatura infantil se conserva de un modo especial, aún perceptible.

Otro elemento que agradecerá el adulto es la pequeña introducción que precede a cada relato. En ella se explica el tema y características del cuento, así como la historia de sus orígenes y principales versiones. Asimismo, tras cada introducción encontramos 4 iconos que informan de la duración de la lectura, los personajes principales, la tipología del cuento y, por último, el género al que se circunscribe. Todo ello de vital importancia a la hora de elegir cuál leer según qué momento. En una antología de este tipo, resulta fundamental alguna orientación, ya que la lectura no es lineal y, ante tanta oferta, como ante un bufé, uno puede quedar indeciso, abrumado y, al final, sin desayunar.

A menudo, padres con más buenas intenciones que luces regalan a sus hijos, o a los hijos de los demás vía cumpleaños, versiones abominables de los cuentos clásicos. Se venden en los chinos por dos duros y, a la vista del texto, parece haberlo escrito el propio regente de la tienda con la ayuda del traductor de Google. Y si en esos casos las tropelías de escritura y edición no consiguen apagar del todo el brillo de estos cuentos inmortales, imaginen cómo resplandecen a través de la talentosa y erudita pluma de Teresa Durán.  

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