El profesor de Historia Política de la Universidad Rey Juan Carlos, Roberto Villa García, ha escrito el que, a mi humilde entender, es el libro del año en lo que a la historia de España se refiere.
La Restauración es una época que ha sido prácticamente olvidada por los historiadores. En la actualidad se mantienen los tópicos que consideran que su sistema político se caracterizaba por la corrupción, con un turnismo impostado que favorecía la alternancia entre el Partido Liberal y el Partido Liberal-Conservador a través de la figura del encasillado.
El libro de Villa, sin embargo y de manera contraintuitiva, plantea que el levantamiento revolucionario del año 1917 (tesis ya de por sí innovadora) truncó las numerosas posibilidades de evolución de un régimen que, en las condiciones de aquella época, asemejaba a nuestro país a los regímenes políticos de Francia y Gran Bretaña, o lo que es lo mismo, los países más avanzados de la Europa Occidental.
En él, el historiador plantea que la Monarquía constitucional de la Restauración fue derribada por las fuerzas que, con un mayor grado de ahínco, se habían opuesto a la realización de un proyecto liberal para España constituidas, por un lado, por las izquierdas socialistas, anarquistas y republicanas y, por el otro, por los nacionalistas catalanes.
La revolución de 1917 se habría constituido, de esta forma, en un preludio de lo que, con posterioridad, sucedería en el periodo de 1931 a 1939. El objetivo, abortado en este primer año, pero realizado con posterioridad, habría sido la instauración de una República excluyente gobernada por las izquierdas con el apoyo de unos nacionalistas catalanes que, ya por aquel entonces, empezaban a pergeñar su proyecto de Estado catalán separado del español.
El mismo autor confiesa la perplejidad que le llevó a convertir un libro que, en un primer momento, se había planteado como un relato en clave de historia política de la quiebra de la monarquía liberal española, se terminó por convertir en una monografía sobre la revolución que, con más de 20 años de anterioridad, ya hacía presagiar un enfrentamiento civil que ha marcado la historia contemporánea de España.