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Me manda estos versos Miguel d’Ors. Como Bécquer también padeció sus trances políticos y también los padeció como férreo conservador, aunque eso ya nadie lo recuerde, yo veo apropiadísima la apropiación, más la melancolía y la guasa, claro, las dos totalmente verdaderas:
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Volverán las oscuras elecciones
de tu nación las horas a ocupar
y, como siempre, tirios y troyanos
tu voto pedirán.
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Pero aquellas sin trampa en el recuento
ni en las listas del censo electoral
que podía ganar alguien decente,
ésas… no volverán.
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Más allá del regocijo personal y del compañerismo con el maestro, me interesan mucho estos poemillas circunstanciales que al poeta de raza se le caen por entre los dedos al hilo de su vida cotidiana. Naturalmente no entrarán en sus libros serios, pero es una pena que se pierdan como lágrimas en la lluvia. Miguel d’Ors tiene sus Virutas de taller (qué título tan afinado para el caso) para recogerlas y yo tengo este diario en la red que me permite pescar este poema de circunstancias al hilo de su máxima actualidad.
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