Invitamos a Ignació Peyró ( Madrid,1980) a La Solapa con motivo del lanzamiento de su nuevo libro: Ya sentarás cabeza: Cuando fuimos periodistas, pero lo cierto es que sobran los motivos para charlar con él sobre literatura en cualquier momento. Periodista, escritor y actual director del Instituto Cervantes en Londres, es, además, director de la edición online de Nueva Revista y jefe del proyecto de opinión The Objective. 

Agradezco al autor de Pompa y Circunstancia: Diccionario sentimental de la cultura inglesa (2014), La vista desde aquí. Una conversación con Valentí Puig (2017)  y de Comimos y bebimos. Notas de cocina y vida (2018), la amabilidad al revelarnos parte de sus “fuentes”. Cojan papel y lápiz.

 

Culturilla general

 

1. Ensayo, novela y poesía. ¿Sí a todo? Recomiéndenos tres.

Gusto neoclásico, Mario Praz; Miss Giacomini, Miguel Villalonga; Miércoles de ceniza, T. S. Eliot. 

 

2. ¿Qué tipo de lector es? ¿De pijama y mesita de noche? ¿De biblioteca y chimenea? ¿De metro o parque público?

De aquí te pillo, aquí te cojo, que diría Valentí Puig, pero nada como ser dominguero de uno mismo y pasarse el fin de semana leyendo y sesteando.

 

3. ¿Tiene “manías” a la hora de leer (ediciones, doblar páginas, subrayar o hacer anotaciones)?

Ser gran bibliófilo no equivale a ser gran lector. No me gustan los libros impolutos. Se tiene que notar que los libros son o han sido de alguien. Un libro que no parezca leído tiene siempre algo triste. 

 

4. Sólo he leído “La hierba de las noches” de Modiano. ¿Qué tengo que leer de su obra para que me guste?

Hay escritores muy buenos que no nos gustan y escritores no tan buenos que nos encantan. No creo que pase nada. 

 

5. ¿Cómo elige sus lecturas?

Es un sistema tan complejo que, al final, creo que resulta arbitrario. 

 

6. Relato, artículo, entrada de blog…pieza no contenida en un libro que retenga en la memoria.

Espléndidas terceras de ABC de, por ejemplo, Jiménez Lozano sobre el mes de octubre, Valentí Puig sobre el verano o Eduardo Jordá sobre la Navidad. 

 

7. Pierre Bayard nos explicaba cómo hablar de los libros que no se han leído. ¿Con cuál lo ha hecho alguna vez?

Notablemente con Rayuela, pero también diré que de picar en los libros se aprende mucho. 

 

8. Maquiavelo se acercaba a los libros con ropas curiales, ¿qué obra/autor le merece tal reverencia?

Virgilio. Con él empezó todo, que dirían hoy. 

 

9. ¿Lee como escritor? ¿Disfruta o sufre el talento ajeno?

La generosidad intelectual es un deber. Por otra parte, hay talentos que admiramos y – a la vez- nos dejan indiferentes. 

 

10. En próximas entregas de La Solapa, tendré el honor de publicar el cuestionario a Santiago Mora-Figueroa Williams, diplomático y exdirector del Instituto Cervantes. Déjeme una pregunta literaria para él.

Si miramos las nuevas hornadas, ¿se mantiene la buena literatura de los diplomáticos?

 

He venido a hablar de mis libros

Ha contado que toma notas desde los 17 años y lleva un diario desde los 25, ¿lo hacía ya con intenciones aviesas o se trataba de algo, en principio, íntimo?

No pensaba en publicar nada, claro. ¿Dónde? Con 19 años pasé un verano entero puliendo una crónica sobre la asistencia a un concierto -en realidad, bastante inenarrable- de una especie de grupo punk portugués. A ciertas edades no se tira el tiempo. 

 

Me decían el otro día que usted es el mejor  “de todos nosotros”. ¿Qué aporta, como distintivo, su generación a la literatura?

Hay una preocupación por la prosa y por España: no hemos avanzado tanto en un siglo. A la vez, eso que llama ud. “mi generación” está toda en el columnismo político y yo hace tiempo que no. En cuanto a los elogios, los carga el diablo. 

 

Jorge Bustos dice que el que llega al oficio sin haber leído a Camba, González – Ruano o Chaves Nogales es un gilipollas pretencioso. ¿Habrá que decir lo mismo de Ya sentarás cabeza dentro de 40 años?

¡Me alegra que me haga esa pregunta!

 

Comimos y bebimos es su libro más corto. ¿Le supo a poco? ¿Cómo afronta sentarse a escribir obras de la extensión (y envergadura) de Pompa y circunstancia o de Ya sentarás cabeza?

Me siento un poco Antonio Gala diciendo estas cosas, pero a “Comimos”, que parecía que, en vez de escribirlo, se me hubiera desprendido al caminar, ahora le tengo un afecto tremendo. Así de volubles somos. “Pompa” fue el último esfuerzo de mi juventud, aunque entonces no lo sabía. 

 

Leo algunas críticas elogiosísimas con su prosa pero “escocidas” con parte del contenido. ¿Sólo ha tenido ánimo de ser exhaustivo? ¿o, como usted dice, sin exageración no hay literatura?

Creo que es bueno que en la escritura haya filo y malo que haya sangre. En todo caso, detesto el escándalo: quien lo busca, quien lo provoca, quien desea encontrárselo, quien lo aventa, etc. Puajh.  

 

Ya sentarás cabeza acaba cuando usted entra a trabajar como speechwriter en la Moncloa.  ¿El siguiente tomo continuará en ese punto? ¿Será su siguiente producción o prefiere cambiar de rumbo?

El siguiente tomo sí. Pero es posible que se cuele una cosa -quizá dos- antes. O no: ojalá la pereza fuera uno de esos derechos de nueva generación. 

 

Dígame el tipo de lector que tenía en mente o el perfil de público al que puede ir dirigido cada uno de sus tres libros publicados

No pensar en eso debe de ser de las pocas ventajas de escribir libros frente a fabricar yogures. 

 

Aunque en Ya sentarás cabeza: Cuando fuimos periodistas cuenta sus andanzas, y las de un país, de los 25 a los 31 años, usted publica cumplidos los 40. ¿Sigue siendo aquél? ¿Hay que aplicar el factor de corrección de la edad  al Peyró que leemos en los diarios si queremos conocer al de ahora?

No soy aquel.

 

Recomiéndeme un café o bar en España y uno en Londres en el que leer su libro.

No frecuento cafés, porque creo que ya no hay, y porque me pone nervioso hacer poco gasto al pobre hostelero si me pongo a leer dos horas con un café solo. Y a los bares voy a beber. Si Zahara, en Gran Vía, sigue abierto, lo recomiendo. De joven pasé muchas horas en ese lugar, grande y sin relieve, donde nadie te molestaba y podías mirar egoístamente el botín libresco. 

 

Si le dieran un euro por cada vez que en una reseña de su libro se habla de El quadern gris de Pla, ¿sería rico?

Moralmente. 

 

Quiz show

   

Libro que más veces ha leído

La Biblia, aunque no de seguido

 

Primera lectura que recuerda en la infancia

No la recuerdo. Sí recuerdo -pero no era la primera lectura- una Biblia ilustrada, precisamente. 

 

Autor del que haya leído toda su obra

Alain Fournier 

 

Recomendación que nunca falle

Fallan más los lectores que los libros

 

Libro/s que tiene ahora entre manos

Me acaba de llegar Una conversación  -Daniel Capó y Nadal Suau en conversación con José Carlos Llop. 

 

Libro que le hubiera gustado protagonizar

Hubiese estado bien ser un secundario borroso en algún libro de Ramón o de Pla. 

 

Película que haga justicia al libro en el que se basa

El topo, aunque me gustaría volver a ver El hombre que pudo reinar. 

 

Libro que supuso un antes y un después

Las Notas de Inglaterra de Taine. 

 

Libro que haya regalado para ligar

Dios me libre de tal cosa

 

Necesita papel para hace una barbacoa. Elija un libro de su biblioteca.

Uno mío, porque, total, ya me lo sé

 

Adenda de Ignacio Peyró

¿Qué libro le gustaría encontrar en la mesilla de noche de la persona amada?

Pues no tengo ni idea, pero si me encontrase, qué sé yo, el “Sermon sur la pénitence” del padre Bourdaloue, me quedaría perplejo. 

 

¿Qué palabra está vetada en la solapa de sus libros?

Muchas, pero “testigo lúcido” y “propuesta arriesgada” serían especialmente odiosas. 

 

Si se cumpliera la pesadilla de Gógol de ser enterrado vivo, ¿qué tres libros desearía que le introdujesen en el ataúd?

Bastaría con uno de esos que dicen que la literatura “nos salva”.

 

Primer libro que compró con su propio dinero.

No recuerdo. Sí recuerdo algún desembolso notable, como las obras de Ortega o Los trovadores de Martín de Riquer y que hoy no haría ni loco.