Emilio Domínguez Díaz (Mérida, 1970) trabaja como profesor de Inglés en el Colegio Tajamar desde hace 25 años. Es licenciado en Filología inglesa por la Complutense. En 2010, consiguió el primer galardón de los premios «Aula Escolar Aérea» del Ejército del Aire con una biografía ficcionada, Ala 12: ases de las alturas. Previamente, en 2008, el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte había otorgado el primer premio nacional a su trabajo Visita a AULA: una experiencia para superar el reto de hablar en inglés, correspondiente a la XXI edición del Premio Nacional de Investigación Pedagógica y Experiencias Didácticas en el área de Letras. En los últimos años ha colaborado como asiduo articulista de opinión, literatura e historia de la Legión en diversos medios online como El Confidencial Digital, Desde mi campanario o El Correo de España. También, como conferenciante ha participado en varios congresos y jornadas nacionales e internacionales en Portugal y España sobre la historia de los almogávares, la Guerra Civil Española y autores como H. Belloc, G.K. Chesterton, C.S. Lewis,  J.R.R. Tolkien o el propio Roy Campbell, sobre el que, en inglés y español, defendió su tesis doctoral en la Universidad CEU-San Pablo en 2015. Actualmente, es además profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos, donde da clases de Educational Theory y Social Family Educational Intervention a los grados bilingües de Educación Infantil y Educación Primaria.

 

Hoy responde a nuestro cuestionario con motivo de la publicación de su libro sobre Roy Campbell, el poeta sudafricano del que dicen inspiró a Tolkien el personaje Aragorn en El Señor de los Anillos.

 

Culturilla general 

 

Ensayo, novela y poesía. ¿Sí a todo? Recomiéndenos tres.

 

Sí, ninguno ha de desdeñarse. Cada uno tiene su momento. Como ensayo, Bushido: el camino del guerrero de Inazo Nitobe por razones espiritual, mística y legionariamente obvias. Elegir una novela, complicado, pero haría un guiño a un clásico y, además, producto nacional: Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. Y poesía, por imperativo personal y doctoral, Mithraic Emblems de Roy Campbell.

 

 

¿Qué tipo de lector es? ¿De pijama y mesita de noche? ¿De biblioteca y chimenea? ¿De metro o parque público?

 

De todo un poco, de lo que permite mi tiempo que, por lo general, cada vez me da menos alegrías para algunas de las lecturas pendientes que van acumulándose. Con la añoranza como testigo, el transporte público, que sigo usando diariamente, siempre fue mi mejor refugio de lectura camino de la universidad y, desde hace décadas, al trabajo en el instituto o la propia universidad.

 

¿Tiene “manías” a la hora de leer (ediciones, doblar páginas, subrayar o hacer anotaciones)?

 

Sí que subrayo y hago anotaciones en márgenes y a pie de página ya que las lecturas que emprendo suelen tener un fin referencial a posteriori y, así, las búsquedas me resultan más rápidas.

 

¿Lee traducciones? ¿si la obra original está en inglés le parece un sacrilegio?

 

Sí, he leído traducciones del inglés. No me da ninguna pereza; ni siquiera con la poesía. Siempre viene bien cotejar e interpretar. Y tampoco me parece un sacrilegio, sino una forma de trasladar el original a lectores de otro país, lengua y cultura.

 

¿Cómo elige usted sus lecturas? 

 

No tengo un criterio fijado. Normalmente, por referencias de artículos que leo. Creo que son las mejores invitaciones cursadas a la hora de descubrir obras o profundizar en algunas ya leídas a las que se les da una nueva oportunidad y, seguramente, otro enfoque.

 

Relato, artículo, entrada de blog… pieza no contenida en un libro que retenga en la memoria.

 

Una frase: “No es por ti, boba…Es por mí…”. Apareció en un artículo de Pérez-Reverte hace unos años y, en ausencia de esos valores que ahora echamos de menos en esta sociedad, la recuerdo y uso con cierta frecuencia. Ni que decir tiene que es susceptible de cambiar el género del destinatario a su masculino y pluralizarla en vista de la proliferación de practicantes de la necedad. ¡Qué cruz!

 

Pierre Bayard nos explicaba cómo hablar de los libros que no se han leído. ¿Con cuál lo ha hecho alguna vez?

 

Con toda seguridad, con Homenaje a Cataluña de Orwell o algún otro del mismo autor. Lo peor es que, incluso, puede que tenga 3 ejemplares de ese libro, pero nunca lo leí íntegramente a pesar de citar referencias del mismo por temas relacionados con la Guerra Civil Española o, principalmente, conocer a fondo la biografía del propio autor intentando buscar conexiones con Roy Campbell en el mismo periodo de tiempo.

 

¿Sigue alguna norma concreta a la hora de ordenar su biblioteca?

 

Concreta, no; tal vez, lógica y funcional. Suelo colocar los libros por colecciones, autores concretos o en función de mis principales campos de estudio o interés en un determinado momento. Son muchos y variados frentes los que tengo abiertos. 

 

Maquiavelo se acercaba a los libros con ropas curiales, ¿qué obra/autor le merece tal reverencia?

 

No creo que llegase a tanto, pero, con motivo de la redacción de la tesis doctoral, sí que recuerdo comprar decenas de libros en librerías de segunda mano de Gran Bretaña, los EE.UU., Sudáfrica o Australia que, cuando los traía el cartero, me invitaban a un cierto respeto ya que hubo algunos de ediciones de más de un siglo de antigüedad, de principios del siglo XX.

 

Usted es profesor, ¿los jóvenes leen? ¿Qué tipo de literatura les interesa?

 

No leen lo que deberían a pesar de las opciones, facilidades y el tiempo que tienen. Hay de todo, pero, en un altísimo porcentaje, suelen estar marcados por las lecturas obligatorias de asignaturas del instituto o universidad. Aquí, evidentemente, lecturas más técnicas en función del grado que estudian. La lectura de un libro mina y reduce el tiempo de dedicación a tantos y tantos distractores que les permiten un ocio fácil y, en muchos casos, compartido con compañeros. Un libro carece del atractivo y sensaciones de la serie de marras en tal o cual plataforma, el postureo que te pueda aportar Instagram o la diversión (confinada, recluida y descafeinada) de consolas y similares.

 

He venido a hablar de mi/s libro/s

Su opera prima Roy Campbell: Marginación, exilio y conversión parte de su tesis doctoral, ¿cómo ha sido el proceso de adaptación?

 

Arduo. A priori, esa adaptación puede parecer fácil, pero surgen circunstancias e imponderables que no podemos controlar. Sin embargo, es cuestión de tiempo, justo lo que, en mi caso, no tengo por asuntos profesionales y, en fin, siempre encuentras un pequeño resquicio, aunque sea acompañando a tu madre durante meses en un hospital, para fijar ese objetivo pendiente y dedicarle el 100% de tu atención a la hora de, como el caso que nos ocupa, depurar la tesis en contenido e idioma para su traslado a la versión biográfica.

 

¿Qué le lleva a interesarse por el poeta zulú en su post grado?

 

Varios motivos que van desde su fortaleza como persona hasta su valía como poeta, su músculo poético, sin olvidar ese marcado carácter y fiel compromiso con la fe católica que, aunque viniesen mal dadas, sirvieron para convertirse en el objetivo de aquellos, sus antagónicos, que optaron por el camino sencillo del pensamiento único de su tiempo. El hecho de mantenerse erguido ante la dificultad, orgulloso de sus acciones y la determinación de aguantar contra viento y marea se convirtieron en estímulo, en un rastro a seguir de ese “dark horse”, el caballo “tapado” en la carrera de una vida, por el que casi nadie había apostado.

 

Roy Campbell no es un personaje demasiado conocido para nosotros, pero ya estaba biografiado por Joseph Pearce, ¿qué aporta su obra “sobre” la de Pearce?

 

La de J. Pearce, a su vez, bebe de la del sudafricano Peter Alexander de décadas atrás.Mi obra aporta concreción y ampliación de datos, hechos o experiencias de, principalmente, su etapa española, corrigiendo algunos errores de bulto en las biografías anglosajonas que, evidentemente, carecen de detalles de lo realmente acontecido en Altea, lugar de la conversión, y Toledo entre los años 1934 y 1936. Curiosamente, cuando en el verano de 2011 se estaba gestando la traducción de Bloomsbury and Beyond: Friends and Enemies of Roy Campbell de J. Pearce para su edición por Libros Libres, la editorial contactó conmigo para que yo la tradujera y, al rechazar la invitación por estar trabajando en la tesis, me preguntaron por un título. Mi respuesta fue España salvó mi alma y, con ese título, vería la luz en febrero de 2012.

 

¿Qué reacciones le han llegado por parte de los lectores?

 

La más repetida ha sido “¡Quiero más!”. Literal. Desde vecinos de mis padres de toda la vida hasta familiares o gente que conoce a fondo la vida de Roy Campbell y, por exigencias del guion, se han tenido que detener en agosto de 1936, cuando el poeta zulú logra sacar a su familia de España al inicio de la infausta guerra. Sin embargo, la reacción que más dentro me ha llegado ha sido la de Francesca Campbell, nieta del poeta, que, desde Sintra, me escribió un profundo y emocionado mensaje en el que me confesó que había llorado. El final de la obra, creo, invita a ello.

 

¿Ha pensado en traducir el libro y comercializarlo en Sudáfrica o Gran Bretaña, por ejemplo?

 

De momento, no. Este libro es para el lector español o de habla española en América. Nace de mi perspectiva hispana con todas sus consecuencias y orientaciones. El lector anglosajón tiene fuentes y referencias bibliográficas que pueden servir para hacerse una idea del personaje. Por otro lado, sí que aceptaría invitaciones de Joseph Pearce, por ejemplo, para que en STAR, su revista St. Austin Review, apareciese algún artículo clarificador sobre los momentos que los Campbell vivieron en España. De hecho, ya apareció The Call to Carmel, uno referido a su atracción por el mundo carmelita.

 

Usted conoce a los descendientes de Campbell asentados en Portugal, ¿sabe si han leído ya el libro? ¿Y sus alumnos?

 

Conozco a sus 2 nietos, Francesca y Frankie. Ambos viven en Portugal, en Sintra y sus inmediaciones. Francesca y su familia sí que lo han leído. A ellos les resulta más fácil ya que dominan nuestra lengua. Su opinión, antes citada, supuso un gran estímulo al recibirla hace unas semanas. Felipe, su marido, también se mostró muy contento por los recuerdos y sensaciones que el libro había transmitido a su mujer. De Frankie, aún no sé nada. Al contrario que su prima, tiene dificultades con el español, aunque lo entiende.

Mis alumnos no son potenciales lectores de mi libro En el instituto, sí que saben del anecdotario de Roy Campbell. Siempre encuentro momentos para hallar adeptos y adictos a mi causa.

 

Como gran conocedor del personaje, ¿le interesa más su faceta artística o su vida “contracorriente?

 

Ambas. Es complicado hablar de la faceta literaria de Roy Campbell sin conocer su personalidad y su azarosa vida. Como consecuencia de tantos avatares, su producción literaria sufrió muchos altibajos y todas esas circunstancias personales marcaron el camino de una trayectoria literaria que, a veces, pudo verse detenida por lo que se movía a su alrededor.

 

En el libro, usted nos ofrece los poemas de Campbell traducidos y en su versión original, ¿llegó a componer en español?

 

Nunca. Aunque tuvo un gran manejo de otras lenguas como el francés, el portugués, el español o el zulú, Roy Campbell tradujo prosa y poesía de todas ellas, pero nunca se atrevió a escribir en cualquiera de esas lenguas. 

 

Tiene previsto ofrecernos la segunda parte de la biografía del autor en un plazo de dos años, ¿por qué en dos tomos?

 

Esa es mi intención inicial. El motivo principal es la gran extensión que una obra biográfica completa de Roy Campbell podría tener. Hablamos de un mínimo de 750 páginas tomando como referencia esta primera entrega, que va desde su nacimiento hasta el primer contacto con España incluyendo su conversión. Por otro lado, la base de esta obra es la tesis doctoral, centrada en los tres sustantivos del título: marginación, exilio y conversión. Todos ellos se refieren a las tres primeras décadas de su vida, las que aglutina el libro con un momento final en el que coinciden fuertes emociones de todo lo vivido en aquella España de 1936 tras el estallido de la guerra.

 

Quiz Show

 

Libro que más veces ha leído.

 

La conjura de los necios de J.K. Toole.

 

Primera lectura que recuerda en la infancia.

 

Recuerdo infinidad de cómics de la colección “Joyas literarias juveniles” de la editorial Bruguera y diversas aventuras de los Cinco.

 

Autor del que haya leído toda su obra.

 

Además de la de Roy Campbell, puede que de David Lodge haya leído un gran número de sus novelas (11) y algunos de sus ensayos y libros de crítica literaria.

 

Recomendación que nunca falle.

 

La conjura de los necios de J.K. Toole.

 

Libro/s que tiene ahora entre manos.

 

Releyendo Fahrenheit 451 de R. Bradbury y empezando The Lord of the World de R.H. Benson.

 

Libro que le hubiera gustado protagonizar.

 

El conde de Montecristo de A. Dumas.

 

 

Película que haga justicia al libro en el que se basa.

 

Cadena perpetua y la base en el relato de S. King.

 

Libro que supuso un antes y un después.

 

1984 de G. Orwell.

 

 

Libro que haya regalado para ligar.

 

Seguramente, algún diccionario monolingüe de inglés, el Collins Cobuild, por ejemplo. Defecto profesional. 

 

Necesita papel para hacer una barbacoa. Elija un libro de su biblioteca.

 

Nunca. No soy amigo ni de sacrilegios ni de herejías. Nos quedamos sin barbacoa. Sólo cerveza.

 

Adenda

 

¿Qué libro le gustaría encontrar en la mesilla de noche de la persona amada?

 

El mío, evidentemente. O algún poemario de San Juan de la Cruz.

 

¿Qué palabra está vetada en la solapa de los libros que edita?

 

Palabra concreta, no sé. Pero nunca incluiría algún dato incierto sobre mi persona o la obra.

 

Si se cumpliera la pesadilla de Gógol de ser enterrado vivo, ¿qué tres libros desearía que le introdujesen en el ataúd?

 

No quiero pecar de falta de originalidad, pero me valdrían los de la pregunta inicial; el Bushido de Nitobe, el Quijote de Cervantes y mi biografía de Roy Campbell. 

 

Primer libro que compró con su propio dinero.

 

No recuerdo. Puede que, al comenzar la carrera, alguna novela original como Moby Dick de H. Melville o Utopia de T. Moro para la asignatura de Literatura Inglesa.