No recuerdo dónde leí al poeta Emilio Quintana que las buenas conversaciones tienen la textura de poemas. Es verdad. Una frase de un amigo puede contener la misma belleza y emoción que un verso. Hay un género literario a cuatro manos que está entre la conversación y el poema, que es la entrevista. Jaime García-Máiquez es fervoroso lector de libros de entrevistas, y los tiene todos. Yo no llegaba a tanto, pero me lo estoy pensando.

Sí que llevo años diciendo que uno de los mejores libros de Josep Pla es el programa A fondo que le hizo el magistral Joaquín Soler Serrano. Qué tiempos aquellos. Le tendría que hacer un «barbero». Pero se lo tengo que hacer antes a esta entrevista que Cento Carbó le hace al poeta Javier Almuzara, que me ha traído a la memoria la de Pla. De calidad de grabación, de tiempo, de montaje y de preparación es manifiestamente peor. Lo que hace que se me ocurra un artículo. Estamos perdiendo muchísima profesionalidad, entre otras cosas, porque es cara. Estoy seguro de que Cento Carbó, con el sueldo, los medios y el tiempo de Soler Serrano, también habría llegado a la entrevista con todos los libros de Javier Almuzara en el estudio y leídos. Pasa en la literatura, en el periodismo, en la política, en todo. Tiramos de pasión y amateurismo. Me pasa a mí.

Pero mejor es no rendirse y seguir, porque la entrevista se disfruta muchísimo. «A universo regalado no le mires el diente», decía Chesterton, y tampoco a esta hora que va de hallazgo tras hallazgo pasando por oportunos recordatorios. Qué bien lee Javier Almuzara este poema de Ricardo Reis que está grabado en la tumba de Pessoa, que yo conocía, pero que –gracias, Cantó; gracias Almuzara– me ha conmovido profundamente. «Para ser grande, sé entero: nada/ tuyo exagera o excluye./ Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres/ en lo mínimo que haces./ Así en cada lago la luna toda/ brilla, porque vive en lo alto».

Tampoco nos podemos permitir perdernos dos defensas que se marca Javier Almuzara muy gallardamente: la de lo sacro y la de lo noble. Parece un güelfo blanco blandiendo ambas espadas. Luego habla de la vocación y de la misión. Para él, cada cual ha de «añadir algo al mundo». Esta entrevista se lo añade. Y yo, de ella, he escogido estas ideas: