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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Ni Nietzsche

Cuando trato de explicar qué es el conservadurismo, tiro de Oakshott y recuerdo que no es una ideología (Dios nos libre) sino una sensibilidad o (ahora Kirk) una actitud o (ahora Scruton) un instinto. La idea (no ideológica) está clara, pero por gusto les pongo un ejemplo. Sería todo lo contrario de Nietzsche. Él ordenó: «Si algo se tambalea, empujadlo». El conservador, en cambio, propone: «Si algo se tambalea, sostenedlo». Épica y piedad.

Lo cuento para que entendáis la conmoción que me produjo leerle al Dr. Condor, de La impaciencia del corazón, de Stephan Zweig, la siguiente confesión de principios: «Sé que el hombre más cuerdo del último siglo, Nietzsche, escribió esta frase terrible: no hay que querer ser médico de lo incurable. Pero es, con diferencia, la más falsa de todas las frases paradójicas y peligrosas que ofreció a nuestro análisis. […] es justamente de lo incurable de lo que hay que querer ser médico. […] El médico que acepta de antemano el concepto de «incurable» deserta de la misión que le es propia, capitula antes de la batalla».

Además, el sabio y noble doctor ilustra su argumento con esta idea sobre poesía, donde también expresa, como de paso, un principio muy arraigado en mi corazón: «A mí personalmente me parece una labor tan lamentable como la del poeta que se limita a repetir lo ya dicho, en vez de intentar domar con la palabra lo no dicho y aun lo indecible».

Nos regala otra buena definición de conservador: «El que no capitula antes de la batalla». Ahora hay que sostenerla.

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