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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Más vespas

No puede ser mejor la invitación de boda que ha recibido Ignacia de Pano. Nada más verla empieza la fiesta. Todo es bien.

De paso me ha servido para preguntarme por qué la vespa es la motito del amor, si se piensa. También Nicolás Álvarez de las Asturias, don Lucas Buch y María Álvarez de las Asturias se buscaron una vespa para ilustrar la cubierta de su libro. Será que Vacaciones en Roma nos ha hecho a su imagen y semejanza. La historia es preciosa, hasta con su sacrificio monárquico final, qué tiempos; y apostaría a que la conexión con Roma evoca el derecho canónico, el rito, la indisolubilidad y la muerte que separa o no; y eso ayuda. Pero también hay una cuestión de diseño de la vespa en sí.

Esas rueditas pequeñas, pero chulas, como de amor cotidiano; ese equilibro zigzagueante; esa bandeja para los pies, que evoca un confort de cuarto de estar, casi de mesa camilla; el cambio de marchas en la izquierda también tiene su encanto, y sus clac, clac, clac. ¿Velocidad?, la justa, in medio virtus, que correr más es de cobardes, y menos de perezosos. Es una moto que promueve las conversaciones, así muy apretados. Nada de vértigo. Tampoco viajes muy exóticos. Es una moto para arraigados, alrededor de la propia ciudad, con alguna salida al campo o a una playa moderadamente apartada.

Sin la vespa, mi noviazgo, al menos, se habría salido en alguna curva. Nos ayudó mucho, y aquí sigue.

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