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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Jaurías inhumanas

Primero fue Samuel, en Coruña, el sábado 3 de julio. Luego le tocó a Isaac, en Madrid, el 14 de julio. Después fue el turno de Omar, un menor pateado y apuñalado en Ceuta el sábado 24 de julio. Omar tuvo más suerte que Samuel e Isaac: tardará en recuperarse, pero no le mataron. Del último, no conocemos el nombre. Fue atacado en la madrugada del domingo en Amorebieta (Vizcaya) y está ingresado muy grave en el hospital de Cruces.

Los cuatro fueron asaltados por una jauría humana, por una manada de salvajes. Con el primero, Samuel, se pretendió buscar una motivación homófoba, que se fue diluyendo con el paso de los días: las alimañas que le arrancaron la vida a patadas no le conocían de nada. Samuel era un muchacho especial, de religión evangelista, muy volcado en ayudar al prójimo.

Del asesinato del segundo trascendió que los pandilleros que le apuñalaron por la espalda en el túnel que une los distritos de Retiro y Arganzuela, bajo las vías del tren, en Madrid le habían acosado antes. Ésos… u otros; no está claro. Isaac padecía Aspergen y también era un chico especial: cantante de reggaetón y rap en ciernes.

El muchacho agredido en Ceuta es un menor al que una manada de alimañas quiso robar en una zona de botellón cerca de la playa de la Ribera, y él puso alguna resistencia. Le patearon y le asestaron una puñalada que llegó al estómago. Sobrevivió a la jauría, pero la recuperación le llevará bastante tiempo.

En estado grave está el cuarto de este mes, el joven pateado el último fin de semana en Amorebieta por otra manada de alimañas. Ya hay ocho detenidos, algunos de ellos menores.

No he visto, y me sorprende, que se liguen estos cuatro ataques en jauría inhumana en las informaciones que los medios han dado en este mes. Sí se han buscado motivaciones diversas para cada uno de ellos, pero vistos por separado: que si homofobia (porque Samuel lo era), que si odio (Isaac padecía una enfermedad mental), que si los atacantes podían ser menores inmigrantes (en el caso de Ceuta)… ¡Como si pudiera haber motivo!

Lo que no se ha hecho, y (no) me sorprende, es destacar el nihilismo violento, la sensación de total impunidad y la rotunda ausencia de respeto a la vida de estas pandillas cuando actúan en manada. Y ése es el problema de fondo: el paso de la pandilla a la jauría asesina. Eso es lo que deberíamos mirar y por lo que nos deberíamos preocupar. En este julio que ya termina lo hemos visto en Coruña, Madrid, Ceuta y Vizcaya. El mes que viene… veremos.

Las cuatro víctimas han sido chicos jóvenes, uno menor, y dos de ellos han muerto. Las cuatro jaurías se jaleaban entre ellos mientras perpetraban su ataque: los de Amorebieta incluso lo grabaron como si aquello fuera un juego. Los pandilleros eran varones, algunos menores, y en al menos dos casos -Coruña y Amorebieta-, había alguna chica jaleando la hazaña de los tíos.

Los que hace mucho tiempo dejamos de ser jóvenes recordamos, como libro obligado de juventud, “El señor de las moscas”. Ese excepcional relato de niños -bien educados, según los cánones- que se transforman en pequeños asesinos cuando se esfuman las normas, los límites, el control y -sobre todo- la esperanza podría ayudarnos a entender esta nueva moda -porque va a ser una moda, lamentablemente- de jóvenes jaurías inhumanas sembrando el terror en manada contra otros jóvenes que encuentran a su paso.

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