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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Inmortal y pobre y viceversa

No tiene mérito ninguno vencer la tentación de poner un tuit con una foto de la terraza en donde trabajo. Porque la foto no hace justicia a la situación. Sería tonto aplanar la maravilla.

Y entonces pienso que la literatura será pobre, pero es inmortal, porque sólo ella es capaz de sumergirse a pulmón en la intensidad de cada instante. Las fotos ilustran, como mucho. El azul del mar, vale, pero su respiración, honda y serena, se pierde. Da lecciones a nuestros pulmones, que las aprenden del rumor de las olas. Las palmeras hacen con su verde más azul todo lo que las rodea y más viva a la brisa. En los arbustos de abajo han criado unos jilgueros, y los pollitos estrenan sus primeros vuelos en bandadas juguetonas y todavía tímidas. No se tapan los ojos ante los amantísimos gorriones en la acera, que tal vez procrastinadores, todavía no han empezado, por lo visto, con los huevos. El gorrión macho se pone muy vaquero, con las alas semiabiertas, a intentar impresionar a la gorriona, que ciertamente no tiene ojos para los colores alegres de los jilgueros. El gris y el marrón de su pretendiente ya le van bien. También juegan a perseguirse, como los jilguerillos, aunque es otra cosa. En la puerta de servicio fuman dos o tres camareros. Se ríen. Quizá también ligan. Azorín se habría concentrado en las palmeras y en la transparencia del aire, Pla en la camarera y en lo cristalino de su risa. Julio Camba en la sombra de Marruecos que se ve ahí, a la vuelta de la esquina. Yo, como se acerca la hora del almuerzo, veo cada vez más brillantes las boyas de la almadraba que ya han tendido en Zahara.

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