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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Filosofía verde

Esta mañana me he tomado un café con El Barbero del Rey de Suecia. Para los que todavía no le conocéis, el fígaro llama con literatura nuestra atención -que entre lectores no está nada mal-. Le conozco gracias a Enrique García-Máiquez. Cada lunes le invita a conversar en la portada de Leer por leer. ¿Y lo mejor de todo? Se podría decir que su amistad tiene muy buena pinta, la cosa va para rato. Escucharles y aprender de ellos es una gozada. El caso es que hoy he podido conocer su parecer sobre el conservadurismo de la mano de João Pereira Coutinho y Roger Scruton . El barbero y Máiquez charlaban a propósito de Conservadurismo explicado a revolucionarios y reaccionarios con el título traducido al español, aunque sus páginas sigan en portugués. Entre varias recomendaciones a la vista destacaba el libro Cómo ser conservador del filósofo inglés. Este férreo defensor del conservadurismo sorprende por reflexiones como: «El conservadurismo implica la conservación de los recursos – sociales, materiales, económicos y espirituales – que compartimos y la resistencia a la entropía social en todas sus formas». Resulta que otro libro del autor coincide a la perfección con esta idea. Filosofía verde nos acerca todavía más a Scruton. En este libro editado por Homo Legens lo primordial es reflexionar seriamente sobre el planeta desde ya. Pues vamos a ello:  Desconozco qué pensarían los activistas contemporáneos a Scruton al respecto. Sin embargo, si abandonamos el tiempo del inglés, la certeza vigente de esta reflexión se encuentra en los ecologistas urbanitas de a pie que, a estas alturas de la película, dudan si fue primero el huevo, la gallina o las baldas del supermercado- sí, las granja escuelas siguen siendo necesarias-. Hace poco leí que hoy los jóvenes sufren de «ecoansiedad» y esto aunque provoque cierta gracia, la verdad que no la tiene. Entre pajitas desechables y comidas Bio, los cuatro jinetes del apocalipsis climático -con Greta a la cabeza-, han dado génesis a un nuevo término y a un nuevo problema en nuestra sociedad. Cuando abandonas el sentido común empujado por un histerismo colectivo que todo lo absolutiza, no es raro terminar en manos de un nuevo culto: ayer fueron los Davidianos de Waco, hoy es la nueva religión climática. Siempre que hay una acción, se despierta una reacción- absurda en este caso-. No hay que olvidar que el último responsable de esta espiral de locura es precisamente el capitalismo voraz y su modelo de consumo de producción masiva, que no respeta al medio natural que todos compartimos. Entre estos dos extremos, cabe preguntarse dónde se encuentra el sentido común y, si existe una tercera vía o una alternativa. Y eso es lo que es precisamente la Filosofía verde de Roger Scruton. Una oda al sentido común, a la serenidad y, en definitiva, a la normalidad.

 

 

 

 

 

 

 

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