X
ENTREVISTA

Manuel Ríos San Martín: «En mi adolescencia me habría encantado salir con Gwen Stacy, la novia de Spiderman»

Manuel Ríos San Martín (Madrid, 20 de Diciembre de 1965) un hombre polifacético e idealista. Nos reunimos en la editorial Planeta para hablar de su nueva novela «Donde haya tinieblas», un thriller con grandes atisbos filosóficos de temas tan actuales como el consumismo de las redes sociales, el exhibicionismo o el peligro de la inmediatez, hasta reflexiones tan clásicas y tradicionales como la religión, la dualidad entre la misericordia, el castigo o las relaciones entre hombres y mujeres que, desde Adán y Eva, están destinadas a soportarse.  De ‘Médico de familia’, una de las series de televisión más conocidas de nuestro país, a sus dos últimas novelas: ‘La huella del mal’ y la protagonista en esta ocasión. Asegura que su cerebro creativo, siempre entre letras y cámaras, se divide en dos partes cuando se enfrenta al folio en blanco. Una parte se imagina la escena y la otra mitad, la transcribe. A pesar de maldecir a su mala memoria cuando intenta recordar sus libros predilectos– no hay nada que el tiempo no arregle– a continuación, una conversación fluida y tremendamente interesante con un hombre entregado a la ficción.

 

 

¿Por qué un thriller? ¿género favorito?

 Hasta hace ocho años o así era lector de thriller, no me gustaba. De hecho, no soy lector de thriller. Se me ocurrió una idea de thriller con mi primera novela “Círculo” y le cogí cariño al género. Luego con el tiempo me he dado cuenta de un apunte que está muy bien. Digamos que el lector te permite, si haces algo que tenga ritmo, en mi caso capítulos cortos, generar tensión, que le sorprendas, mucha inquietud…Te permite de fondo hablar de lo que tú quieres hablar. Entonces, de alguna manera, hay que pagar este peaje, que siendo guionista, estoy encantado y familiarizado con la estructura que hace posible generar esa tensión.

En el caso de mi anterior novela, La huella del mal, de fondo pude hablar del mal desde el punto de vista del origen del hombre, de la prehistoria… ¿Está en nuestro ADN el mal, la violencia…? Y ahora, sin embargo, en este libro busco el concepto del pecado, religión, castigo… y el thriller te permite hablar de todo esto sin que el lector, digamos, “se aburra” porque le estés contando un rollo filosófico.

Es una novela con cantidad de referencias culturales, históricas, religiosas… ¿Tus fuentes de inspiración a la hora de idear la novela? ¿Cómo surge esta unión entre moda, asesinato, redes sociales, la Biblia…?

Quizás porque son temas que me interesan. He estudiado en un colegio religioso y, el entender al ser humano desde este punto, me resulta muy interesante. Por otro lado, me encantan las redes sociales.

Además mi madre trabajó en moda, por esto conozco también el mundo de la moda … Son diferentes temas que hacen una mezcolanza muy actual y por ende, un libro actual.

Hoy en día, sigo gente en redes que comparte contenido de todo tipo y condición. Puedes seguir a Ibai, pero luego sigo a Fernando Plaza que es un historiador o, a un arquitecto que es Pedro Torrijos, médicos, científicos… Y ese batiburrillo que es Twitter es la sociedad actual. En mi caso como estoy en la sociedad actual, me sale una cultura, a lo mejor, más clásica, más de mi generación, pero mezclada con todo ese “follón” que es hoy en día las redes sociales también, lo disfruto mucho.

Una novela de ficción pero llena de referencias y temas de inmediata actualidad: feminismo, machismo, abusos sexuales, exhibicionismo en las redes sociales… ¿Exigencias editoriales o utilizas la ficción como medio de divulgación, concienciación…?

No, para nada. La verdad que he tenido total libertad a la hora de escribir. En mis dos novelas con Planeta, total libertad. Es verdad que les planteé los dos temas y ambos, les gustaron. Esto ayuda. En eso tuve suerte.

El thriller me permite hablar de lo que quiera. Es un canal de comunicación y divulgación más. Puedes hacer un análisis social y es un género que te lo permite perfectamente. Puede que hayan otros pero… vivimos en una sociedad que la tensión del thriller, los capítulos cortos, esa emoción, funciona muy bien como vehículo divulgativo.

 

¿Tienes alguna manía, liturgia a la hora de escribir?

No, tengo una capacidad de concentración muy grande. Puedo escribir con música o sin, con gente gritando alrededor o solo en mi cuarto. A parte, como los capítulos son cortos, no necesito una concentración larga. A lo mejor estoy 15 minutos absolutamente concentrado y escribo del tirón. Es como si los personajes tomasen posesión de la escritura. A veces, cuento una cosa, que no sé si tiene una demostración científica, pero es la única manera de explicarlo. Es como si mi cerebro creativo viese una escena y la otra mitad, la transcribiese. No soy consciente de pensar el “estoy escribiendo algo” es lo que surge. Ahora, eso pasa en zonas cortas. A lo mejor me puede pasar en dos párrafos, en dos páginas… ese nivel de concentración es difícil que se mantenga mucho más de 15 minutos.

Un hombre polifacético ya que te mueves entre las letras y las cámaras. ¿Qué destacarías de cada faceta? ¿Cómo prefieres que se te conozca, como novelista o guionista/director?

Lo divertido es conjugar ambas. Como escritor estás solo, en tu cuarto, se te acaban las relaciones sociales… jajaja. Y con la pandemia ya…

Bueno, de alguna manera, la pandemia te ha servido

Totalmente, cerré el contrato el viernes antes de que nos encerrasen y entregué la primera versión en septiembre, con lo cual… prácticamente estuve escribiendo todo ese tiempo. Me vino bien, me vino bien.

Sin embargo, un rodaje es todo lo contrario. Un montón de personas, se habla muchísimo, las relaciones sociales son muy intensas porque son rodajes muy intensos con actores, técnicos… entonces la combinación de ambos mundos está bien porque ni me gusta ser siempre solitario, aunque me gusta la soledad ni, a lo mejor, estar siempre un rodaje tras otro porque realmente es una vida agotadora.

¿Cómo prefieres que se te conozca, como novelista o guionista/director?

Hasta hace poco he firmado siempre como guionista y creo que ahora en justicia, podría poner guionista y escritor.

Me acuerdo cuando empecé. Escribía y gané un premio literario. El reconocimiento se solapó con el éxito del guion. Tenía unas tarjetas donde iba a poner “guionista y escritor” y reconozco que me dio vergüenza. En ese momento me dije: “No, no soy escritor todavía”. Había ganado algún premio, publicado alguna cosita… Pero ahora, creo que con tres novelas… puedo ponerlo jajaja.

Decían los puristas que hasta los 50 años no se puede escribir un libro

Pues yo empecé a los cuarenta y muchos… jajaja. Es verdad que tiene mucho mérito la gente que ha empezado a escribir muy joven porque tiene mucho que contar. En mi caso, me interesaba el tema de la violencia del hombre en la prehistoria, me interesa el tema de la religión y del pecado… ¿Cuántos temas más me interesan?  ¡Menos mal que he empezado ahora! No sé si tenemos tanto que contar los seres humanos.

Mientras exista la curiosidad…

Yo creo que para tres o cuatro más me dará… jajaja.

¿Te atreves a opinar sobre la cultura en este país? ¿alguna sugerencia al respecto?

La cultura engloba bastantes aspectos. Hay temas tan variados que es difícil elegir por donde empezar. Es verdad que en este gremio nos quejamos mucho. Pero en mi caso, no sería partidario de quejarme. Me considero una persona positiva.

Durante el periodo pandémico retomé la afición por ir al teatro y estuvo bastante bien. Sin embargo, la embestida del Covid al mundo del cine ha sido terrible. En este momento, el punto fuerte de la ficción reside en las series de televisión. Ya tuvieron una explosión increíble en los 90– esta etapa la vivió muy de cerca– y en la actualidad, estamos viviendo un nuevo boom. Realmente nos hemos convertido en un centro de producción y creación a nivel mundial muy interesante. Hay que aprovechar esa circunstancia y este momento.

Desde hace bastante tiempo, España cuenta con una ficción audiovisual con muy buena salud. ¿Algo que envidiar de la ficción internacional? Temas económicos a parte…

Habíamos envidiado dos cosas y las vamos consiguiendo. Una era que las series no durasen 70 minutos, sino que durasen 50’ o como mucho, 60’. Ahora, casi todas las televisiones y plataformas no permiten hacer una serie con una extensión de 60 minutos. Esto es un logro que prácticamente está conseguido.

Luego, la segunda petición que habría que hacer y que está costando es la económica. Me acuerdo que nos dieron en Francia un premio por ‘Sin identidad’ y, en un debate con guionistas franceses alguien preguntó qué costaba producir una serie española. Cuando nos escucharon los franceses nos echaron y dijeron: “¡No se pueden enterar de que se pueden hacer series por este dinero porque aquí cuestan el doble!”. Realmente fue un momento muy tenso.

A lo mejor encuentras que Netflix invierte muchísimo en una serie pero las cadenas en abierto, a lo mejor, no tienen tanto dinero. Estamos viendo series muy distintas; unas con presupuestos ya muy altos pero muy interesantes y otras que todavía tienen presupuestos muy ajustados.

Netflix y parecidos. ¿Presente y futuro?

Sí, desde luego. También habrá que ver. Hay tantas plataformas que evidentemente no podrán sobrevivir todas. Creo que la producción de series ha llegado para quedarse, que vamos a pasar muchos años con una producción de series muy interesante. Queden las que queden, las series ahora mismo interesan, se consumen fácil… Luego tendremos que mantener el nivel. Han salido series muy explosivas que han funcionado muy bien. Se potencian más esas series impactantes que, a lo mejor, les falta un poco de contenido pero con el tiempo, conseguiremos que se estabilicen. Las futuras producciones serán series que llamen mucho la atención y que estarán bien desarrolladas. Esta es la idea que intento plasmar en mis novelas; llamar la atención y atrapar al lector o al espectador. Luego hay que intentar dar algo más que el mero artificio.

El presente y el futuro cinematográfico del cine. ¿Hacia qué dirección se dirige en estos momentos, (temática, tendencia, estéticamente hablando) el cine español?

En un producto que llame la atención. Sobre todo, estas series de consumo compulsivo y las que perduran como serie de “capitulo semanal”. Vuelven las series que no necesitan ese frenetismo. Creo que está bien que convivan ambos modelos, unas para maratones y otras que puedan emitirse una vez a la semana. Que convivan varias opciones es muy positivo, que cada espectador elija su formato favorito.

Entramos de cabeza en las pantallas que llevamos ya incluso colgando. ¿Por qué crees que las redes sociales les han ganado la batalla a aficiones tan maravillosas como el leer?

En este punto hay que destacar que leer tras la pandemia ha aumentado bastante. Que convivan ambas sería lo ideal. Cuando empiezo un libro, leo, leo… 20 minutos. Tengo mucha capacidad de concentración pero, un poco corta… jajaja- eso ya lo ha reconocido antes- Y después de terminar un capítulo, pongo dos tweets y después, sigo leyendo. Vamos a una sociedad donde probablemente este tipo de  hábitos sean “los normales”. A libros de capítulos muy largos estas pausas, distracciones, puedan afectarles más como a las series de 70 minutos, a los partidos de fútbol de 90 minutos… Las nuevas generaciones no sé si pueden ver un partido de 90 minutos…

El caso es no estar solo con nuestros pensamientos. En vez de leer, ¿crees que la sociedad gracias a las redes sociales ha encontrado una vía de continuo escape para llenar su vacío o evadirse de sus preocupaciones?

Hay un personaje de mi novela que está esperando en el ascensor y se pone a dar “likes” y dice: “¿Antes en estos ratos, pensábamos en cosas interesantes? ¿o no? Porque claro, antes perdíamos el tiempo, pero antes en vez de estar con el móvil, estábamos pensando en las musarañas”. Es difícil saber. Lo que está claro es que desde la prehistoria está. El ser humano desea comunicarse.

El lenguaje se desarrolla sobre todo por dos cosas:

El cotilleo delante del fuego y el empezar a contar historias que, pudieron ser reales y que vas ficcionando. Según los historiadores , delante de la hoguera se contaban escenas de caza. El protagonista hace de narrador y de repente, empieza a exagerar la historia. Para mí esto es el inicio de la ficción. Los programas de televisión que vemos ahora se asemejan con las hogueras prehistóricas; el cotilleo y la ficción. Ahí reside algo que existe desde el origen. El rol de las redes sociales responde a una inquietud que también proviene de las escenas prehistóricas; comunicar, ser el centro de atención, la curiosidad por ver lo del otro…

Las ganas de ser protagonista en algún momento…

Y que de repente consigas que un famoso te de a RT y con eso convertirte en una persona viral.

El caso de Karolina sucede porque existen las redes sociales. ¿Seguimos entendiendo el significado de pudor y privacidad o conceptos en peligro de extinción?

No sé si por la existencia, pero es verdad que ella da muchos datos personales a través de las redes sociales. Son dos conceptos que están cambiado completamente. Amigas de mis hijas que tienen redes y tal pues sí o sí, tienen una foto en bikini en la playa. En mi generación este dato es que era impensable. Le decía una idea de broma a mis amigos. El uno de enero del año que viene vamos a subir todos, una foto en pelotas, ¡y se ha acabado! Y que lo haga toda la humanidad, así ya nos hemos visto todo y ya, empieza la relajación. A partir de ahí, cada uno que haga lo que quiera. Tras esto, no te pueden pillar peor. Al participar todo el mundo, si tú te ríes de mí yo me rio de ti. Desaparecen las vergüenzas, nos relajamos todos.

Pero al final, la intimidad es una idea fundamental y creo que la estamos perdiendo…

Claro que se está perdiendo. Lo único que espero, más de cara a las nuevas generaciones, es que fuera de los móviles y redes sociales, sigan saliendo, se sienten en un banco y charlen toda la noche. Esto mis hijos lo hacen. Por eso creo que hay una combinación de ambas cosas. No creo que vayan a perder el contacto directo pero, es cierto que hay una cierta pose que no sé si con los años se modera. También la adolescencia es una fase con el ego muy subido, demostrar quién eres, de mostrar tu cuerpo… Y mi sensación es que a medida que van pasando los años, esta forma de ser se va normalizando.

 

Según los expertos, potenciar la creatividad en la infancia es fundamental para el correcto desarrollo del pensamiento crítico. Ahora a los niños se les dan móviles en vez de libros, bicicletas, pelotas… ¿Crees que los oficios creativos están próximos a desaparecer?

Creo que no. Hay gente que en las redes sociales pone contenido muy superficial como: maquillaje, ropa, moda, peinándose… pero luego veo que hay gente que sí crea contenidos. Mis hijos siguen a un tipo en Instagram que hace comedias super cortitas, que se disfraza mucho de su madre…

¡@natcher!

Sí, ese. Ese tío es bueno. ¡Y mi mujer también le sigue! También se dan cuenta que prefieren seguir a este tipo de perfiles que aportan algo más que un maquillaje, un bolso o unas zapatillas. Me doy cuenta también de que los chicos tienen sus redes sociales. A los niños les gustan más los youtubers y las niñas usan más Instagram y Tik Tok.

Habría que hacer un análisis sociológico más complejo… ¡Cambiemos de tercio! ¿3 libros que todo niño debería leer?

Ostras… ¿sabes qué pasa? Que tengo una memoria de mierda total jajaja. A ver que me centre… Hay montones de libros. Me encantó Momo de Michael Ende, El niño del pijama de rayas ambos los han leído mis hijos. Otro que nos encantó es Wonder que también tiene película. Estos tres libros en mi casa han funcionado.

 

¿Qué libro te estás leyendo ahora? Así por encima, ¿te está gustando o tiras la toalla?

El premio Planeta de Javier Sierra, El fuego invisible. Javier se rehizo la presentación de mi novela, entonces empezó a leerse la mía y claro, a continuación empecé a leerme yo la suya jajaja. Y todo hay que decirlo, me está gustando mucho.

¿Con qué personaje de ficción te hubiera gustado salir en tu adolescencia?

Gwen Stacy, la novia de Spiderman.

¿Qué libro es el que más “resaca” te ha dejado?

Tal vez La fiesta del chivo de Vargas Llosa.

¿Película favorita y libro?

Blade Runner y Senderos de Gloria, y el libro de Vargas llosa que, de veras, me impactó muchísimo.

¿Qué libros han inspirado con más frecuencia tus guiones?

Creo que tengo poca consciencia de libros. Por decirte uno, Sueñan los androides con ovejas eléctricas, de donde posteriormente sale Blade Runner. Ese si creo que me influyó en mi primera novela pero no siento que tengan muchas más influencias literarias. Es que sí veo lo que he escrito, por ejemplo, sobre Atapuerca, te podría decir que me gustó cuando era joven El clan del oso cavernario. La leí muy jovencito y treinta años después, surgió mi novela sobre Atapuerca. Se tienen que juntar dos cosas: que vea un detonante y que me sugiera algo personal. Por ejemplo, ‘La huella del mal’ se me ocurrió yendo a Atapuerca, hay un enterramiento falso, una reproducción neandertal, y uno de mis hijos se acercó a tocar un muñeco que estaba en el suelo. En ese momento dije: “aquí hay una historia”. Y eso se junta con que a mí Atapuerca me interesaba mucho. De ahí salen las cosas. “Donde haya tinieblas” fue parecido. Estoy en la catedral, veo un panel enorme y leo sobre la evolución, la introducción de la religión, el arte religioso, algo que me motiva y eso es más lo que me lleva a escribir, son los temas que me gustan del día a día los que hacen que me inspire a la hora de escribir un guion o en este caso, una novela.

Para “Donde haya tinieblas”. ¿Serie o película a la vista?

Sí, también es verdad que cuando te pones a adaptar del libro a película o serie,  te das cuenta de lo siguiente: un lector ve desde fuera que una novela es adaptable porque desconoce la complejidad que hay detrás. Hablemos del arranque. Si esta novela fuese una serie, lo contaríamos de forma totalmente distinta. Probablemente las primeras cien páginas serían muy diferentes. Todos los arranques de televisión tienen unos cánones que la literatura no necesita. En la literatura lo que se busca es que un personaje te atrape. Entonces, entras de lleno con el inspector Martínez, un personaje peculiar por su visión del mundo y eso es lo que hará que el lector siga leyendo. En televisión no funcionaría así. Te puede gustar Martínez pero tienes que entrar con la acción en general. Con una pregunta, incertidumbre… Ha pasado esto y… ¿Por qué? Aunque en la novela haya una estructura con mucho ritmo, para tele el planteamiento es muy distinto. Ahora estoy trabajando en la adaptación de “La huella del mal” y los cuatro primeros capítulos cambian bastante en comparación con la novela. Los cuatro siguientes son más parecidos porque hay una trama que ya no va a variar.

¿Televisión o plataforma?

Estamos negociando con una plataforma y también con una cadena en abierto. Todavía no se puede contar pero la verdad que estoy muy esperanzado.

 

Y para terminar. ¿Cómo se titularía la película, novela o serie de tu vida?

De «Médico de familia» a caníbal, jajaja.

 

 

También te puede interesar