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ENTREVISTA

Julia Navarro: «El Quijote es una escuela de humanidad»

Al otro lado del teléfono Julia Navarro descuelga mi llamada al primer toque. Acaba de conceder otra entrevista y mientras nos saludamos espera un taxi que la llevará a su cita con la Feria del Libro de Madrid. La autora está ya con los últimos coletazos de la promoción de su exitosa De ninguna parte y entre una ciudad y otra saca tiempo para trabajar en los primeros esbozos de la que será su próxima novela y de la que, lógicamente, se niega a avanzarme nada, «¡pero es que no se lo cuento a nadie!, mi editor me mataría por una razón muy sencilla ¡porque no se lo cuento ni a él!», me confiesa entre risas.

Julia Navarro sigue cautivando a miles de lectores. Sabe bien lo que es ser un auténtico fenómeno de ventas con las ocho novelas que ha publicado hasta la fecha: La hermandad de la Sábana Santa; La Biblia de barro; La sangre de los inocentes; Dime quién soy, de la que además se ha producido una ambiciosa serie; Dispara, yo ya estoy muerto; Historia de un canalla; Tú no matarás y De ninguna parte. Reconoce contar con el favor de los lectores y, a la vez, es consciente de que en cada novela se la juega y vuelve a empezar. Porque la vida, por mucho que la programes, tiene sus propias pautas, afirmación sin vuelta de hoja que transmite a todos los que leemos sus libros, «escribir es una forma de viajar a lo más recóndito del ser humano, una forma de intentar comprender por qué somos cómo somos, por qué hacemos las cosas que hacemos… Y no para justificarlas, ni mucho menos, pero sí a veces para explicar el por qué en determinadas ocasiones la vida a uno le lleva por un camino que, a lo mejor, no era el que quería o, tal vez, no es el que habría elegido».

Mientras su taxi se abre paso entre el tráfico madrileño, le pregunto por esta 81º edición de la Feria del Libro, que retoma su formato clásico y sin las restricciones que impuso el Covid con horarios más amplios y más expositores, pero sobre todo una Feria, una celebración alrededor de los libros, que nos permitirá volver a donde solíamos y como solíamos: «Hay un ambiente estupendo. La gente tiene muchas ganas de volver a la normalidad y el reencuentro entre los autores y lectores siempre tiene algo de emocionante. Yo creo que hay buenas perspectivas, todos tenemos ganas de volvernos a encontrar».

Sus historias se nutren de la actualidad, ¿ha desconectado del todo del periodismo? ¿Añora su antigua profesión? ¿Son sus novelas su vía de escape plasmando esta actualidad cada vez más complicada?

He desconectado totalmente. Yo ahora me dedico a escribir, pero qué duda cabe que el haber ejercido el periodismo durante cuarenta años me ha dado unas herramientas que me resultan absolutamente útiles para construir mis novelas. Unas herramientas, para mí, poderosas. Y, no, no añoro el periodismo, no tengo ni siquiera ese gusanillo que me dices. En la vida se van cerrando puertas. El periodismo fue una etapa de mi vida absolutamente fantástica, maravillosa, me siento una privilegiada por haberla vivido; pero punto, ahora es otra historia.

Afirma que El Quijote es su libro preferido, ¿por qué?

En El Quijote y en Shakespeare está todo. Es decir, toda la esencia del ser humano, todo lo bueno, todo lo malo, todo te lo vas a encontrar. El Quijote para mí es imprescindible. Es mi libro de compañía. Acostumbro a releer sus páginas y siempre encuentro algo nuevo, una reflexión… Abro por una página y leo a lo mejor diez, otro día abro por otra página, otro capítulo, ya te digo que para mí es un libro de compañía. El Quijote es una escuela de humanidad.

¿Por qué cree que en España tendemos a despreciar tanto lo nuestro? Nuestras figuras históricas, nuestra propia historia…

Porque los responsables políticos prefieren a sociedades adocenadas, más que sociedades formadas. Entonces la filosofía, el arte, la historia… todo instrumento que ayuda al individuo a ser un individuo crítico, a tener una perspectiva de todo, es imprescindible. No puedes entender el presente, si no conoces el pasado. No puedes cuestionar nada si no tienes los fundamentos que te da la filosofía. Es más fácil manejar a individuos a los que quitan estas herramientas que te convierten en ciudadanos críticos, ciudadanos que son capaces hasta ese momento de pensar por sí solos, ciudadanos capaces de tener un criterio propio…

Las mayores barbaridades se han llevado a cabo por fanatismo, ya sea religioso, político… y han conllevado el sometimiento de las mujeres, la falta de libertad… Qué importante trasladar todo esto desde sus libros, ahora que en los colegios ya casi no estudian humanidades, historia sagrada…

En mis novelas hablo de todo lo que tiene que ver con la condición humana. Escribir novelas es hacer un viaje a lo más profundo del ser humano y yo lo que intento es viajar a esas profundidades. Descubrir, en la medida de lo posible, todos los claroscuros. El hombre está hecho de muchos materiales distintos y desde el principio de los tiempos todos albergamos en nosotros amor y odio, generosidad y avaricia, ira y piedad… es decir, somos un compendio de muchas cosas y yo lo que intento es hacer ese viaje a esa parte profunda que se enseña menos, pero que son los contrastes que todos los seres humanos tenemos dentro.

Confiesa que The Crown es su serie favorita. ¿Participaría en una serie igual pero basada en la Casa Real española, quizá alguna adaptación?

No, no… yo hablo de mis novelas y a mí lo que me interesa son mis novelas. Lo de The Crown salió un día cuando el productor José Manuel Lorenzo me llama y me plantea hacer Dime quien soy para la televisión. Y yo le digo que sí, pero que me gustaría que fuera una serie que tuviera la calidad y el rigor que tiene The Crown. Es decir, era un poco el espejo en el que yo quería que nos miráramos para poner la serie en marcha.

Precisamente, José Manuel Lorenzo, el productor de Dime quién soy, confesaba que usted ha sido la persona más exigente con la que ha trabajado. Dice que enviaba correcciones muy severas sobre el guion. Y ahí estoy con usted, me lleva a su profesión de periodista, de buen periodista que comprueba, confirma, corrige…

Es verdad, ¡pero actualmente José Manuel Lorenzo y yo somos buenísimos amigos! Ahora es una persona que forma parte de mi vida y de mi círculo de amigos más queridos y yo creo que es correspondido. Escribir me ha regalado muchas cosas y entre otras está la amistad de José Manuel Lorenzo y de Domingo Corral. Han sido como dos regalos que me ha hecho Dime quien soy.

Tratar de conciliar el lenguaje literario y el televisivo, tan distintos, no es sencillo. Como autora supongo que se añade el plus de velar para que no se pierda el alma de la novela, por respeto a los lectores…

Fue muy complicado y difícil. Yo he trabajado en televisión y sé que el lenguaje televisivo es distinto al lenguaje literario, pero cuando, además, es una criatura tuya la que hay que adaptar entonces cuesta y mucho. Si añadimos que, a veces, los guionistas lo que quieren es reescribir tu historia y terminan convirtiéndola en una historia distinta… Durante todo ese proceso lo que hice fue defender a los lectores, entre otras cosas porque los lectores, cuando me veían, me decían «oiga, no deje Dime quien soy a lo que quieran». ¡Es que me lo decían lectores de todas partes cuando leían que se iba a hacer una serie! Y yo eso lo tuve muy en cuenta cuando estaba todo el proceso de poner en marcha la serie.

Y no ha defraudado para nada…

Bueno, yo creo que la serie tiene una enorme calidad y que es un buen resumen de lo que es Dime quien soy

Creo que de televisión sólo ve informativos. Comentó en una ocasión que cuando estaba intentando encontrar una salida para un personaje un amigo le recomendó Homeland, serie que usted ni conocía, ¿es así?

Así es. Yo preguntaba a este amigo porque estaba recién operado del corazón y le habían puesto unos dispositivos. Para la novela que yo llevaba entre manos necesitaba saber cómo funcionaban esos dispositivos en el corazón. Cuando me estaba contando cómo fue ese proceso de repente me dijo, “oye, tendrías que ver estos capítulos de Homeland porque aquí explica muy bien lo que parece que tú quieres hacer con tus personajes”. Me fui, evidentemente, a ver esos capítulos. Y, en efecto, eran muy ilustrativos. Además, hablo de la serie en mi libro, claro.

¿En las series basadas en novelas suele prevalecer el personaje sobre la aventura?

Yo escribo más novelas de personajes por tanto lo que prevalecen son los personajes. Para mí el tiempo histórico es sólo el escenario sobre el que coloco mis personajes, pero lo que me importa es lo que les pasa a ellos, aunque evidentemente todos somos hijos del tiempo en que nos toca vivir. Es indudable que no es lo mismo un hombre del siglo XXI que un hombre del siglo XIX. La sociedad es distinta, todo es distinto, por tanto hay que cuidar el escenario, pero sin perder de vista la historia de los personajes.

Con tanta plataforma de televisión y esta vida tan digital, ¿series o libro? Es decir, ¿para ir a la cama a dormir sigue eligiendo un libro o ya se acompaña de una Tablet?

Yo me voy con un libro. Yo soy una lectora empedernida de las de siempre y además, efectivamente, en papel. Pienso que tener un libro de papel en la mano es un plus.

¿Abrir un libro es una de las mayores aventuras?

Para mí, sí. Cuando abres un libro no sabes dónde te va a llevar, vas a conocer formas distintas de pensar, vas a conocer otros lugares, otros valores, otros paradigmas… nunca sabes, cuando empiezas a leer un libro, dónde llegarás. Eso siempre me interesa.

¿Podría nombrar series que le hayan entusiasmado? Y en el cine, ¿qué novela cree que se ha trasladado mejor a la pantalla grande?

Respecto a las series, ninguna porque no veo series. Veo muy poca televisión por una razón muy sencilla, viajo constantemente. Estoy de un lugar a otro con las promociones de mis novelas y otros actos y llega un momento en el que tengo que elegir el tiempo que tengo a qué lo dedico. Y yo prefiero dedicarlo a leer, lo cual no significa que desprecie las series, ni mucho menos. Cuando lleguen las vacaciones, seguro que me pondré con ello; además de leer pensaré en qué serie no he visto y qué series voy a ver. El cine, sí, solemos ir. Lo que pasa es que, ya te digo, en estos últimos tiempos llevo a cabo unas promociones tan intensas y viajo tanto que me pillarías si me preguntaras cuál es la última película que he visto. Ahora bien, del cine de todos los tiempos sí lo tengo claro, la novela que mejor se ha plasmado en la pantalla grande es El nombre de la rosa, realmente ahí está toda la esencia de una obra que es muy difícil, muy difícil de leer y mucho más difícil de llevar a la pantalla. Me parece que fue realmente una obra de arte, es genial.

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