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ENTREVISTA

Alberto Cantúa (Viva Suecia): «Somos menos libres que nunca y va en detrimento de la cultura y del pensamiento crítico»

Viva Suecia acaba de estrenar su nuevo trabajo, La voz del presidente, “no es tanto un mensaje político como una reflexión general. Dejemos de hacer el ridículo y estar cabreados todo el día, y empecemos a tirar del carro”. Todos. Tan sólo han pasado cinco días desde su lanzamiento y las perspectivas no pueden ser mejores, ya anuncian una larga gira de conciertos que comienza este fin de semana en Granada. Parece que ha pasado una eternidad desde aquel 2019 cuando publicaron El milagro, que la terrible pandemia no nos dejó disfrutar todo lo que quisimos en directo. Ya es momento de resarcirse, de olvidar sinsabores, incertidumbres, sufrir la dura realidad y buena prueba son los carteles de ‘no hay entradas’ que ya han colgado en ciudades como Madrid. Alberto Cantúa, guitarra de Viva Suecia, ha tenido la amabilidad de concederme esta entrevista en la que hemos hablado de la vida que es como un torbellino de luces y de sombras, lento y vertiginoso al mismo tiempo, maravilloso y sobrecogedor. 

 

Desde hace seis años, Viva Suecia lleva cosechando el elogio, el respeto y el reconocimiento reservados a los grandes de la música. Alberto Cantúa y sus compañeros, Rafa Val, Fernando Campillo y Jess Fabric, asisten entre admirados y agradecidos a la alegría con que sus seguidores comienzan a vivir con emoción La voz del presidente: “Podría decir que estos meses no tenía mucho que contar o que mi vida ha sido poco interesante y que por eso no piso muchos las redes sociales, pero mentiría. Simplemente, como muchos, me he centrado en sobrevivir a este horror y mirar un poco más hacia dentro, rodearme de gente maravillosa y salir mucho más fuerte y convencido de que, tomándole prestada parte de la frase a Andreu Buenafuente, la música es la única salida”. Además, acaban de firmar con la discográfica Universal Music Spain con lo que dan comienzo a una nueva etapa con el apoyo de una de las compañías musicales más importantes. El día que firmaron celebraron eso, el cumpleaños de Rafael Val, voz y guitarra del grupo murciano,  “y la suerte que tuvimos de encontrarnos. Y, en el horizonte, los nervios de volver a levantar las guitarras al cielo y hacer un poco de rock, que ya está bien”.

 

Siempre es un buen momento para volver a la emoción. El otro día leí a un neurocientífico que el cerebro sólo es capaz de aprender si hay emoción. Es una certeza con la que secretamente convivíamos. Vivir es emocionarse: “Sólo nos queda mirar hacia adelante. Con rabia y a veces tristeza, pero adelante. Pronto nos volveremos a encontrar y será́ más épico, y volveremos a casa otra vez felices, afónicos, sudados y borrachos”. 

 

Prepárense porque Viva Suecia regresa por la puerta grande a los escenarios y, “venimos más eléctricos, más frescos y con más ganas que nunca”.

 

Le pillo en estos momentos viajando a Madrid, para rodar el videoclip de la canción con la que regresan a los escenarios, La voz del presidente. Además, ya anuncian las próximas citas de conciertos y ¡enhorabuena! han fichado por la discográfica Universal… ¿Parece que se va viendo la luz al final del túnel?

Así es. Ha sido un año intenso en decisiones esenciales para la banda y más con todo lo que ha pasado extramusical. Hemos fichado por Universal y sumado a la incorporación previa de The Music Republic, como oficina de management y booking, creo que tenemos uno de los equipos más potentes de este país. Era el momento de que nuestros compañeros de viaje crecieran con la misma ambición que lo hacíamos nosotros. 

 

Suena de fondo Noche ardiendo, de Sean Frutos, líder de Second: “Me he acordado después de nuestro último viaje, no me cansaré de aquellas curvas, echan de menos patearse de nuevo las carreteras”. ¡Se notan las ganas de echarse a las carreteras!

¡Es que nuestra vida es esa! Hoteles, carreteras, euforia, melancolía, gente… siempre decimos que nuestras vidas en casa a veces van a cámara lenta, y es necesario parar, pero han sido demasiados meses de incertidumbres y desposeídos de lo que más amamos. Noche ardiendo ha sido una de las canciones que más he escuchado estas semanas, muy nocturna, muy de hotel después de un concierto.

 

¿Qué le dice a su hermano lutier? ¡y a sus seguidores! ¿Que salen ya de gira, no? Adelántenos algo

Hemos preparado la gira más ambiciosa de nuestras carreras. Hace meses, cuando empezamos a perfilar lo que queríamos expresar este verano, decidimos arriesgar, decidimos darle a la gente lo que se merece, que es un show de primer nivel, se encuentren  sentados, de pie, tumbados o como sea. El dinero siempre ha sido algo secundario en nuestras vidas, somos artistas y tenemos que jugárnosla y darlo todo. Es tiempo de volver a la electricidad y a lo salvaje, es nuestra esencia y no podemos contenerla más tiempo. Vamos a disfrutar en el escenario. 

 

La portada y esta campaña de promoción a propósito de La Voz del Presidente es una apuesta fuerte, no son para nada tibios. Viva Suecia vuelve contundente y tiene mucho que decir a través de su música…

Venimos más eléctricos, frescos y con ganas que nunca. Tenemos unos meses por delante en los que vamos a dar que hablar y, aunque terminemos viviendo debajo de un puente, sabremos que hemos sido coherentes con nuestra forma de entender la vida y la música. 

 

Como si dejaran un mensaje a los políticos, algo así como el descontento generalizado de la sociedad, que se puede hacer más y que hay alternativa a la política que estamos viendo actualmente…

No es tanto un mensaje político como una reflexión general. Es más un dejemos de hacer el ridículo y estar cabreados todo el día y empecemos a tirar del carro cada uno en su casa, en su barrio y en su grupo de amigos, que ya está bien de señalar con el dedo como si tuviéramos doce años. 

 

Desde luego, los políticos se lo están dejando bastante fácil viendo el descontento generalizado. Si, realmente, se postularan como partido político creo que sacarían unos muy buenos resultados…

Seguramente, sí. También, seguramente, Jess por error enviaría un misil a Corea del Norte, Fer le rompería a Merkel el corazón con su mirada azul y nos echarían de la UE mientras que Rafa y yo estaríamos en un castillo de la Rioja demasiado ocupados bebiendo vino para evitarlo, ¡quién sabe!

 

No existe persona que haya salido indemne de esta pandemia, ¿Cree que hemos aprendido algo de todo esto o como dicen en Los Años: “No hemos aprendido nada de esta época, lejos de aprender, nos apuñalamos, nos hacemos más extraños”.

Esto es una reflexión que tiene que hacer cada uno sobre su vida. Son tiempos polarizados y supongo que las redes sociales, los algoritmos y los medios de comunicación se sienten cómodos en esa radicalización de las ideas y, sobre todo, ese odio patológico que parece que se está instaurando, cada vez más, en nuestras vidas. Para mí, que he tenido pérdidas personales, que me he visto sin poder trabajar meses, alejado de mis hermanos y padres, viéndoles sufrir… ha servido para darme cuenta de que amo mi trabajo, a la banda, mi vida y mi gente. Y, aunque he tenido momentos malos, ese amor por lo que me rodea me ha hecho salir más reforzado en mis ideas. Me siento en deuda con mucha gente buena, creativa y maravillosa que hace mi vida mejor. 

 

Madrid ha seguido celebrando espectáculos, en Murcia se reabrieron teatros… tal vez acudir a un espectáculo puede ser hasta terapéutico, ya lo dicen con el nombre de su gira ‘Necesitarnos tanto’. ¿En esta complicada situación se hace más necesario escuchar música e historias que emocionen?

Creo que es seguro y esencial. La gente necesita la música, la literatura y el cine. Es lo que nos diferencia de cualquier animal. El arte. No se cuida nada la cultura, pero cuando la perdemos nos echamos las manos a la cabeza. En invierno fui a un concierto de Sidonie; hacía meses que no estaba al otro lado de la barrera, estaba un poco apático… Flipé, vi a la gente feliz tomando una cerveza antes de entrar, eufórica en el concierto… yo mismo salí de allí con una energía renovada y feliz para afrontar unas Navidades de mierda. 

 

Apela muchas veces a tener fe, a no perderla, a que no está todo perdido…

Claro… vivo con el corazón en un puño, nervios, estrés, creando…  y entiendo la vida como si no hubiera un mañana. Tengo mucha fe en el arte y en las personas, creo en lo que hacemos y es maravilloso. La gente tiene hijos, se enamora, llora, ríe. No hace falta ser músico. Se trata de eso, que no nos engañen más, que no nos vendan la confrontación constante. Hay que soñar más y luchar por ello. Nosotros haremos canciones y nos dejaremos la vida en los escenarios, espero que la gente se agarre a eso y tenga fe con nosotros.

 

En estos tiempos de pandemia hemos valorado más los amigos, la familia, ¿qué es lo que más está valorando de sus compañeros, de qué se ha dado cuenta ahora y antes no le daba tanta importancia?

Esta banda se nutre del respeto, del amor, el humor, el compromiso y la amistad. Hemos salido del peor bache posible, no sólo por la pandemia, también hemos decidido dejar atrás a compañeros de viaje que estaban lastrando nuestras vidas. Hemos arriesgado y perdido cosas por, literalmente, amor al arte. Estoy en la mejor banda de este país, lo digo siempre, y en momentos así lo hemos demostrado. Y las canciones que vienen van a dar cuenta de ello. 

 

Por cierto, no sé si sigue ocurriendo o son leyendas urbanas de bandas lo de sexo, drogas y Rock and Roll.  Decía Ignacio Peyró el otro día que los punks de hoy son los conservadores de mañana. No sé si a estas alturas ya le pillo más sosegado, ¿Cuándo deja uno de ser moderno, si se deja de ser…?

Como te comentaba antes, vivimos todo con mucha intensidad. Siempre decimos que no se hacen canciones jugando al pádel y viendo programas del corazón. Tenemos que tocar fondos y techos, ahí es donde está la inspiración. Es nuestro trabajo. Además, somos gente callejera, nos gusta exprimir la vida. Lo de ser moderno o no… somos de Murcia, creo que nunca entramos en esas tonterías. En resumen, a lo de estar sosegado… ya te digo que NO. 

 

¿Ha seguido algún tipo de disciplina para continuar adelante sin perder el ritmo y seguir componiendo? ¿lo ha logrado?

Tuvimos unos meses, al principio, de bloqueo, pero por lo que he podido hablar con amigos de otras disciplinas, fue un poco común. Es normal, por otra parte. En cuanto decidimos arrancar y “normalizar” las cosas, ha ido todo bien. Hemos probado rutinas nuevas; de hecho, parte de las canciones nuevas se han compuesto en una preciosa casa rural, en medio de la nada, en Riópar. Decidimos componer con luz, conviviendo, comiendo al lado de un lago que teníamos en la casa, desayunando con vino. Ha sido maravilloso. A nivel personal, esto es poco rock pero Rafa y yo nos pusimos serios con el deporte y creo que nos ha salvado un poco la vida… ese rato de no pensar en nada que te da entrenar. 

 

Ya dijo Thelonious Monk “la nota más importante es la que no tocas”. Ahora que estaban fuera de escenarios y aislados, leí a Amancio Prada que el silencio es como el folio en blanco para el músico ¿Quizá estamos hablando demasiado cuando no tenemos tantas cosas que decir? Como dicen en Piedad “Y hablar por costumbre, hasta que algo absurdo nos alumbre”.

Soy una persona a la que le encanta hablar, pero también el silencio. Amo levantarme por las mañanas y no hablar, desayunar sin hablar… vivo en la huerta, me estresa, últimamente, mucho ir a la ciudad, el ruido… Hemos perdido la cabeza un poco, tenemos que opinar de todo todo el tiempo. Como dice mi amigo Dan Vidal: “Cantúa, ponte una copa de vino y léete un libro por la mañana, que te vas a volver loco”. 

 

La lectura, ¿ha sido importante para usted en esta época de coronavirus?

La lectura y los escritores. Soy un tipo afortunado, tengo a mano tanta gente brillante que me empujan a leer y a ser mejor artista en general… En Murcia, unos meses antes del Covid, hicimos una comida en torno a la novela de Miguel Ángel Hernández, El dolor de los demás, y de ahí salió una comunidad de gente muy diversa (periodistas, músicos, escritores, dj’s,…) sobre la que me he apoyado mucho. La Generación Estrella la llama el periodista Yayo Delgado, pero realmente somos el Eje del mal, como la canción de La Habitación Roja.

 

 

Decía Saramago que uno va con el niño que fue. Hay un libro de Llamazares, Escenas de cine mudo, en el que aparecen muchas de esas postales que la infancia nos envía. Somos realmente nuestra infancia, lo que aprendemos de pequeños, ¿no cree?

Totalmente. En la infancia todo es describir, todo es nuevo y fascinante. El primer libro, el primer beso, el primer amor,… por eso es tan importante vivir con intensidad, no perder esa magia. Un escenario con 10, 100, 1000, 10.000 personas… Hay que tener la cabeza motivada como si fueras un crío para ser feliz. Nosotros siempre decimos que la furgoneta de Viva Suecia es como un viaje de estudios. Así que imagina…

 

Recuerdo que disfrutó mucho con aquel concierto en un colegio, ante los alumnos. Usted valora lo importante que es la educación. Su madre trabajaba en una guardería. Por otra parte, la editora de Harry Potter, Sigrid Kraus, contaba que “más que crear lectores, en el colegio se pierde mucho lector” porque no se transmite correctamente la afición por los libros ¿Qué papel jugó el colegio a la hora de crear en usted un lector? ¿Cree que son conscientes muchos profesores de que el lector futuro son los jóvenes y que hay que atraerlos?

Yo, que no soy nada de niños, me emocioné como un tonto dando aquel concierto ante aquellos pequeños. La educación lo es todo y en España tenemos un serio problema. Ya no sólo te hablo de educación académica, te hablo de educación en general. El respeto, los modales, el amor,… No es tan importante “obligar” a leer a un chaval Cien años de soledad como dotarle de una sensibilidad para que se emocione si por algún motivo lo hace. Yo tuve suerte, esos libros pasaron por mis manos y me voló la cabeza. Pero veo a los chavales en un momento peligroso, en el que saben de todo súper pronto y te hablo de sexo, novias, fiesta, respeto, amor, drogas… Quizá sólo conocen la palabra, pero no lo que hay detrás de términos tan importantes. Eso requiere consensos más grandes en educación y padres más formados, pero es la pescadilla que se muerde la cola.

 

 

 

Creo que una de sus primeras lecturas, con 13 años, fue El Señor de los Anillos, de JRR Tolkien, ¿fue uno de los que marcó su afición a la lectura?

Sin duda. Recuerdo estar haciéndose de día leyéndome las últimas páginas. La magia del amanecer mientras terminaba aquella locura de novela, aquel viaje épico… Desde luego que es un libro que nos ha marcado a muchos. Yo tuve la suerte de leerlo antes de la película. Desde luego que marcó mi vida. 

 

 

 

Hace poco participó en un encuentro organizado por el Club Renacimiento junto a los escritores Miguel Ángel Hernández y Leonardo Cano; Sean Frutos, de Second; su compañero de Viva Suecia, Rafael Val y la artista Tatiana Abellán, con motivo del Día del Libro, y hacía hincapié en valorar la educación que ha recibido tanto en casa como en las aulas ¡y qué poco se valora actualmente a profesores y educación!

Se valora cero. Yo tuve la suerte de ser el hermano mayor así que mi madre me dedicó cinco años en exclusividad hasta que nació mi hermana. Mi madre era profesora de guardería, y creo que tuve tanto amor y educación que condicionó mi vida. Fui a buenos colegios, en general (y eso que cambié mucho por el trabajo de mi padre). Aprendí a estar solo con tanto cambios, a ponerme un walkman a todas horas, a leer… me temo que las cosas ya no funcionan así. Hablaba con Santos -uno de los productores de la nueva canción- y él tenía una visión muy optimista con su hija en el colegio. Pero yo le decía que eso es el 1%. Vivimos en una burbuja de artistas, de gente con amor a lo que hace, pero no es la realidad de este país. 

 

Si le nombro Por quién doblan las campanas, ¿qué se le viene a la cabeza? Aquella frase “Nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti” nos lleva otra vez a esta pandemia, a que no debemos olvidar a las víctimas como si esto no fuera con nosotros, no somos seres aislados, formamos parte de un colectivo, ¿no cree?

 

Es una novela y una reflexión muy actual. En un mundo súper individualista, donde triunfa la libertad individual sobre la colectiva, donde ya hemos olvidado las miles de muertes que hemos tenido… Me viene a la cabeza una historia de amor, del romanticismo por la vida y las personas. Ojalá mucha gente la leyera y pudiera sentir lo que yo sentí al leerla.

 

 

Por otra parte, también comentaron en el encuentro esa moda de juzgar y sentenciar a alguien, esta ola de corrección política. Por ejemplo, querer prohibir Lolita, de Nabokov, porque ven cosas que ni siquiera están en la obra o el caso de Woody Allen. Nos están llevando a un mundo profiláctico, ¿nos estamos quedando sin humor, lo que es peor, sin entender la cultura porque nos están llevando a hacerla más plana, más lineal, a perder la capacidad de sorprendernos con tramas originales porque hoy todos tienen la piel tan fina?

El algoritmo, la corrección política, la cultura de la cancelación… es un horror. Somos menos libres que nunca y va en detrimento de la cultura y del pensamiento crítico. 

 

 

Y está pasando también en el cine. Hollywood ha fijado unos criterios que deben tener las películas que aspiren a ser premiadas con unos guiones que parecen hechos con escuadra y cartabón para que no se ofenda nadie. El mundo Disney sigue en una revisión constante. Estamos en una cultura de vaselina, que decía Miguel Ángel Hernández, ¿qué opina?

El cine quizás, con la irrupción de las plataformas, es el más perjudicado. Se ha mercantilizado el consumo de arte hasta tal extremo que puedes ver los guiones de series y películas casi con tiralíneas para llegar a un segmento concreto sin ningún pudor, resultado a veces incluso ridículo. Películas como Taxi Driver o Apocalypse Now o series como A dos metros bajo tierra ya no tendrían cabida en la sociedad en la que vivimos. Pero, ¡ojo! que viene por detrás una generación que va a acabar hasta con el fútbol, que ya no sabe ni que es Netflix, y que tiene una forma de consumo más radical todavía que está fuera de todas estas plataformas. Lo más triste de todo es que, en unos años, ya no habrá ni cines. 

 

¿Qué tipo de literatura prefiere?

Leo, principalmente, novelas, y entre ellas no tengo un género especial. Es algo que ha ido cambiando con los años. Como curiosidad, no soy muy fan de las novelas relacionadas con la música. Quizás, en esta etapa de mi vida, me gustan las novelas crudas, melancólicas… supongo que como con la música. Soy un triste en todas las facetas artísticas.

 

¿Qué busca usted en los libros que lee?

Supongo que, como todos, sorprenderme. Lo que hablábamos de la infancia… esa sensación de primera vez, de conectar… Sé que es difícil, pero a veces pasa. Como me pasó con El dolor de los demás, de Miguel Ángel Hernández, al que hemos mencionado antes o La Edad media, de Leonardo Cano, ambos amigos, además de grandes escritores. 

 

 

¿Qué libros hay en su mesilla de noche?

Muchos. Madrid, de Andrés Trapiello;  Poeta Chileno, de Alejandro Zambra; El libro de las ilusiones, de Paul Auster (aquí puedes leer la semblanza completa sobre Paul Auster); La isla, de Aldous Huxley… los tengo por toda la casa, voy avanzando un poco a la vez y si alguno me engancha, me quedo en el más tiempo. 

 

 

¿Cuándo suele leer?

Por las noches casi siempre, duermo poco y mal. 

 

¿Qué géneros le divierten más leer / cuáles evita?

Como te comentaba, no me interesa mucho la novela que transcurre en lo musical. Biografías de músicos y todo esto… me aburre. 

 

¿Qué libros sorprendería a la gente encontrar en su estantería?

Una biografía de Franco, de Paul Preston, que muchos deberían leer para entender qué tipo de persona absurda y ridícula llegó a ser el Caudillo. Me gusta la decoración y la arquitectura, así que alguna cosa también tengo. El Origen de las Especies, de Darwin, que también se lo debería leer más de uno… y algo de literatura sobre agujeros negros…. 

 

 

 

¿Quién es su héroe o heroína preferida de ficción? ¿Y su villano favorito o antihéroe?

Héroe, por volver a El Señor de los anillos, Gandalf. ¿Villano? Patrick Bateman, de American Psycho.

 

Tiene la oportunidad de organizar una cena con literatos, artistas… ¿Qué tres escritores, artistas, creadores etc, vivos o muertos, invitaría su cena?

Tengo la suerte de cenar cada semana con los que más quiero y admiro. Hace poco, de hecho, lo hice con Miguel Ángel Hernández – aquí puedes leer la entrevista a Miguel Ángel Hernández- , Leonardo Cano y David Trueba. Reímos como locos, no le puedo pedir más a la literatura, sería abusar. 

 

¿En quién confía la opinión a la hora de que le recomienden un libro: un crítico, un librero, un amigo…?

Amigos míos. Además de los mencionados, Dan Vidal y Yayo Delgado, periodistas. Aarön Sáez, de Varry Brava; mis suecos; Don Flúor DJ; Fran Guirao, Jorge Guirao y Sean Frutos, de Second; Toni, de Miss Caffeina… y sobre todo a Jota, un tipo de Murcia, amigo de la infancia, que es un pozo de sabiduría y nocturnidad.

 

¿Cuáles son sus autores literarios preferidos, esos a los que siempre se acerca en busca de estímulos?

Ha ido por épocas. No me gusta mucho volver a leer libros que ya he leído, hay tanto por descubrir… Pero, quizá, el más inspirador de todos sea José Saramago

 

Para terminar, no puedo evitar citar a Calamaro y aquella frase de Paloma, qué gusto vivir con esa certidumbre de Voy a vivir para repetir, otra vez este momento ¡Por fin repetiremos esos momentos y nos volveremos a ver en los conciertos!

Claro que sí, y mejores. Yo, que soy un tipo triste y melancólico, afronto esta etapa con optimismo, así que os animo a ver las cosas de manera positiva y sonreír un poco más, que también me cuesta.  

 

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