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Los cuatro libros me encantan, pero además ganan muchísimo puestos en línea o en corro de una conversación. Están, naturalmente, los Ensayos de Montaigne; pero yo no osé relacionarlos con esa pequeña joya que tanto me estimo: El primer sorbo de cerveza. Gracias a Pablo Sol Mora, que se ha marcado un precioso libro sobre Montaigne: Nada hago sin alegría, fui a leer, por un salto, a Alain, Sobre la felicidad, y entre ambos me han hecho ver cuantísimo hay de Montaigne en Delerm. La fiesta que es la literatura gana mucho, como todas las fiestas, cuando es concurrida y las conversaciones entre unos y otros son animadas.