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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Conyugalia

Los casados también echamos mucho de menos a nuestras mujeres. No sólo los tiernos enamorados y los novios. Llevo cuatro días fuera de casa y ay de mí. Me acuerdo de Leonor a cada rato. Por ejemplo, hoy llevaba toda la tarde quejándome de mis cervicales y del mareo tan incómodo que me producen y un poco de vacío en el estómago. A la enésima queja he recordado lo que Leonor me hubiese respondido a la primera: «Las cervicales, sí, y también la botella de amontillado, la botella entera, que te has metido entre pecho y espalda en el almuerzo tú solo, ¿no?».

Y se me habría curado de inmediato. Si no el mareo, sí la hipocondría. Y las quejas, claro.

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