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LO LEÍDO
y lo liado
un blog de enrique garcía-maiquez

Casi feliz

Se me acerca un caballero a decirme cuánto le gustó un poema mío. No se lo sabe de memoria, pero recuerda que era un soneto y que terminaba diciendo que mi vida era casi feliz. Me extrañó porque 1) no lo recordaba en absoluto. 2) La rima «feliz», quitando la «perdiz», tampoco es para olvidarla, si uno ha conseguido posarla en un poema. 3) Eso de conformarse con la «casi felicidad» que había emocionado al lector, y lo entiendo, no es una posición muy mía, que trato de conseguirlo todo a lo Ortega: «La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada».

Nada, no recordaba esa poesía… ¿No sería una de d’Ors? ¿O de mi hermano Jaime? ¿O de W. B. Yeats? Pude haberlos citado yo y por eso la confusión. No, no, era un soneto y era mío, aseguraba mi interlocutor, que me contó que, además, es filólogo hispánico y se fija muy bien en esos detalles de la autoría y las referencias.

Me he quedado con la posibilidad mejor. Él imaginó o soñó el poema y, generosamente, me lo adjudicó. Yo se lo acepto. Sobre todo, porque me aseguraba que era muy bonito, precioso, emocionante. Seguro que hay muchos poemas míos reales que nadie recuerda con tanto cariño como ése, casi mío.

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