Se busca editor en España. Materia: una de las aventuras más extraordinarias del siglo XX. Atentos al relato.
Berlín, enero de 1919. La vieja Alemania imperial se deshace bajo la derrota de la Gran Guerra, la primera guerra mundial. La Puerta de Brandeburgo, escenario habitual de los triunfos militares prusianos, está desierta: ningún general volverá a desfilar entre sus arcos. Un día, sin embargo, una extraña gente aparece en la avenida Unter den Linden: vienen tocados con sombreros coloniales y salacots, el color de sus uniformes es distinto, incluso hay algún soldado de raza negra. Vienen sonrientes, a caballo, bajo las banderas imperiales, siguiendo los pasos de su caudillo: el general Paul Emil von Lettow-Vorbeck, el único militar alemán que ha ganado en su frente de batalla, vencedor de numerosas batallas, invicto en toda la guerra, capaz incluso de arrebatar territorios a los británicos. Ese frente no estuvo en Europa, sino en otro continente: el África oriental alemana, un extenso mundo colonial que abarcaba desde Tanzania hasta Ruanda y el norte de Mozambique. Y aquí, en efecto, los alemanes ganaron.
Un profesor argentino, Ignacio Bracht, acaba de dedicar a esta epopeya un libro sobresaliente: El León de África. Es, por así decirlo, el “Todo Lettow”. Faltaba un libro español que recogiera todos los detalles de esta aventura y ya lo tenemos. Bracht no sólo cuenta la historia del héroe, sino que además la complementa con abundantes fotografías y documentos. Es un trabajo excepcional por lo concienzudo y también por lo hermoso, porque la edición es de esas que acaricias con los ojos. Un libro para comprar, guardar y visitar a menudo como quien se encuentra con un amigo de grata conversación.
¿Cómo pudo ese hombre, von Lettow, vencer a los ingleses? ¿Quién era? ¿De dónde había salido? Sin revelar detalles que el lector debe descubrir por sí mismo en el libro de Bracht, resumamos lo fundamental: Paul von Lettow-Vorbeck, veterano de la guerra de los Bóxers en China y de las campañas en Namibia (la otra gran colonia africana del Kaiser), se vio en 1914 al frente de una exigua guarnición en Tanga, en Tanzania. Sólo tenía 3.000 soldados alemanes y algunos centenares de voluntarios africanos, los llamados “askaris”, para hacer frente al bien pertrechado ejército colonial británico. Berlín le ordenó encerrarse en una guerra defensiva, pero él optó por combatir: alineó a cuantos askaris pudo y se lanzó a la ofensiva. Eso sí, no lo hizo al estilo europeo, sino que se mimetizó con el modelo africano de combate, con columnas que aprovechaban su conocimiento del terreno para golpear al enemigo en rápidas campañas. Durante cuatro años, Von Lettow y sus askaris africanos no sólo mantuvieron a raya a los ingleses, sino que les derrotaron una vez tras otra e incluso les ocuparon territorios en Kenia y Rodesia. El 11 de noviembre de 1918 Alemania se rindió en Europa, pero, en África, era Von Lettow el que había ganado. Sólo el 23 de noviembre, cuando se confirmó la noticia de la capitulación, se avino el alemán a entregar sus armas a los ingleses.
La aventura militar de Von Lettow es impresionante, pero es que, además, la personalidad del protagonista es digna de una de esas novelas de espadas y honor. Cortés y caballeroso, generoso hasta la fraternidad con sus askaris, respetuoso con el enemigo, Von Lettow trabó una estrecha amistad con Jan Smuts, el general surafricano que fue su rival en el campo de batalla, y Richard Meinertzhagen, el oficial de inteligencia británico que durante toda la guerra trató, infructuosamente, de atraparle. Todo ello mientras Von Lettow removía Roma con Santiago, o Berlín con Londres, para repatriar a todos y cada uno de los soldados alemanes que habían quedado dispersos en las colonias africanas perdidas. Los últimos años de su vida, en una Alemania derrotada de nuevo en 1945, pudo sobrellevarlos precisamente gracias a una pensión concedida por sus viejos rivales (y amigos) surafricanos y británicos.
En cuanto a los askaris, baste una anécdota. En los años 60 Alemania decidió otorgar una ayuda económica a los africanos, ya ancianos, que habían combatido bajo sus banderas. Como casi todos habían perdido su vieja documentación militar, se recurrió a un método singular: cada vez que llegaban solicitantes, se les proporcionaba un palo y se les daban órdenes militares en alemán. Todos recordaban perfectamente su instrucción. Fue la última victoria de Von Lettow.
Ningún editor español ha entrado en esta historia. Es llamativo, porque los askaris de Von Lettow salen hasta en el cómic de Corto Maltés. De momento, los interesados pueden encontrarlo aquí:
Y mientras tanto, lo dicho: se busca editor.
Ignacio F. Bracht: El león de África. La epopeya africana de Von Lettow-Vorbeck (1914-1918), Maizal Ediciones, Buenos Aires, 2020 (144 pags.).