Hay países y regiones que concentran el genio literario, puntos y nodos de la buena literatura. Un genio de las palabras puede nacer, por supuesto, en cualquier lado, pero Irlanda (como Sicilia, por ejemplo) ya predispone a ello. Y es que es éste un país peculiar: una isla a medias, de raíz católica entre protestantes, de bebedores y soñadores, de mucha hambre y muchas expectativas.
De Irlanda son Joyce y Wilde, Stoker, Yeats, Thomas, Beckett, Swift, y un sinfín de autores que nos han acercado una isla repleta de acantilados, verdes prados y ciudades ricas en patrimonio.
Ulises, James Joyce
Es inevitable arrancar esta lista con el libro más famoso de Irlanda, que es a la vez una odisea por su capital, Dublín, en la jornada del 16 de junio de 1904. Desde entonces, los irlandeses y los muchos extranjeros que visitan Dublín celebran el Bloom’s Day en memoria de los paseos de Leopold Bloom y Stephen Dedalus en este libro de 1922 que cambió para siempre la literatura.
Lectura amada y temida, reverenciada y denostada, el Ulises de Joyce es, con todo, un clásico moderno que, además, sigue inspirando a los turistas para recorrer los escenarios de la novela y de la vida de su autor.
Gente normal, Sally Rooney
De un clásico a un bestseller actual. Sally Rooney conquistó al público con joven en 2018 con esta historia ambientada en Sligo, una pequeña ciudad del norte de Irlanda. Allí, en el instituto, se cuece la compleja historia de Connell y Marianne, que se va desarrollando a lo largo de los años. Estos personajes, atraídos el uno a la otra, volverán a encontrarse en el famoso Trinity College de Dublín.
Ganadora de varios premios y adaptada a serie de televisión, esta novela fraguó todo un fenómeno en torno a Rooney, que ha sumado lectores para sus dos otras obras: Conversaciones entre amigos y Dónde estás, mundo bello.
Las chicas de campo, Edna O’Brien
También en la Irlanda rural se desarrolla de entrada esta novela de Edna O’Brien escrita nada menos que en 1960, pero rescatada en español por Errata Naturae en 2013 con notable éxito. La protagonista, Caithleen, rememora su infancia y las circunstancias de su familia y su amiga Baba en un pueblo del oeste de Irlanda, así como la posterior adolescencia y los primeros desengaños en la capital, Dublín.
De Las chicas de campo se valoró mucho el retrato de la sociedad de los años 50. Philip Roth llegó a decir de esta autora no hace tanto aún desconocida en España que «es la escritora de lengua inglesa con más talento de nuestros días».
Canta Irlanda, Javier Reverte
Entre los muchos libros de viajes dedicados a esta isla, el de Javier Reverte es un imprescindible. El aventurero lleva al lector por los paisajes reales y sentimentales de Irlanda en una obra en que se cruzan historia, leyenda y vivencia.
Aseguraba Reverte en este libro de 2014, que «Irlanda es el país europeo donde se aman los mitos con más fuerza que los hechos probados. Parafraseando a John Ford, el gran cineasta americano de origen irlandés, en esta tierra, como en el Oeste americano, “entre la realidad y la leyenda, se elige siempre la leyenda”».
Las cenizas de Ángela, Frank McCourt
«Cuando recuerdo mi infancia, me pregunto cómo pude sobrevivir siquiera», escribe Frank McCourt al inicio de este libro que supuso un éxito internacional apabullante en los 90 y motivó la continuación con Lo es. El autor, nacido en Nueva York, rememora el regreso con su familia a Irlanda y las penurias que pasaron en Limerick.
Las cenizas de Ángela ganó el Premio Pulitzer de 1997 y fue adaptada al cine por Alan Parker.
Mi isla, Brendan Behan
Brendan Behan es una de esas personalidades excesivas e inclasificables de Irlanda. Militante del IRA, por lo que fue encarcelado durante 8 años, rebelde, bebedor impenitente, y escritor airado, en Mi isla presenta, según Marbot Ediciones, «un monólogo inclasificable, a medio camino del libro de viajes, el relato autobiográfico, el anecdotario humorístico… Brendan Behan realiza una personalísima exploración de su Irlanda natal en este libro donde el texto y las ilustraciones de Paul Hogarth se reparten el espacio a partes iguales».
Una humilde propuesta, Jonathan Swift
Cerramos esta lista con una sátira excepcional a modo de ensayo político, tan fresca, divertida y cruel como en 1729, año en que la compuso el autor irlandés de Los viajes de Gulliver. Este libro, Una humilde propuesta, reflexiona en torno al conflicto secular entre Irlanda e Inglaterra, que ha seguido vigente hasta nuestros días y ha marcado el carácter de la isla y de su literatura.
Criticado ampliamente en su tiempo por su «mal gusto», Swift propone con mucho humor negro y sirviéndose de bases retóricas que la única solución para acabar con la pobreza de Irlanda es comerse a los niños irlandeses. «Me ha asegurado un joven americano muy entendido que conozco en Londres, que un tierno niño saludable y bien criado constituye, al año de edad, el alimento más delicioso, nutritivo y sano, ya sea estofado, asado, al horno o hervido; y yo no dudo que servirá igualmente en un fricasé o en un guisado».